Bruselas - La cumbre europea para los nombramientos de la nueva cúpula comunitaria arrancó a última hora de la tarde de ayer con retraso -debido a los contactos de última hora entre los líderes de la Unión Europea y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk- con el socialista holandés Frans Timmermans como único aspirante claro a presidir la Comisión Europea.
Según fuentes comunitarias, la propuesta que Tusk plantea a los líderes de la UE es que el candidato a presidir la Comisión Europea sea de la familia socialdemócrata, de acuerdo a una propuesta impulsada por Alemania, Francia, España y Holanda y tratada en el marco del G20 en Osaka este fin de semana.
Tusk llegaba a la cita con un reparto provisional de los cargos disponibles entre los tres grandes grupos surgidos de las elecciones del 26 de mayo, cuyo esquema otorgaría al Partido Popular Europeo (PPE) la presidencia del Parlamento y el Alto Representante de Política Exterior; a socialistas y demócratas la presidencia de la Comisión; y a los liberales de Renovar Europa la presidencia del Consejo.
Esta fórmula permite salvar el llamado proceso del spitzenkandidat (que permite a los partidos políticos designar sus aspirantes a presidir la Comisión), al otorgar la presidencia a uno de ellos, el socialista Timmermans, y conceder al otro, el conservador Manfred Weber, la presidencia del Parlamento. Sin embargo, el reparto provoca algunos resquemores y reticencias a tener en cuenta en el seno del PPE, ya que no se muestra cómodo al tener que ceder la presidencia de la Comisión tras salir vencedor en los comicios europeos. Por otro lado, la figura de Timmermans provoca el rechazo firme de varios países de Europa central, como es el caso de Hungría y Polonia.
Los socialistas y liberales parecen mostrarse, en principio, a favor del acuerdo casi sin fisuras. Aunque en la reunión previa a la cumbre de Bruselas el PPE ponía de manifiesto una seria resistencia entre los conservadores. La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que las negociaciones no serán fáciles ya que en la Eurocámara “están empeñados, al menos con dos grandes grupos parlamentarios, en el principio del spitzenkandidat (cabeza de lista, que los líderes rechazan), y, al mismo tiempo, la mayor fuerza, los conservadores del PPE, no tiene mayoría en el Parlamento Europeo”. “Tal y como se presentan las cosas, no serán negociaciones muy fáciles, por decirlo precavidamente. El Parlamento está empeñado, al menos con dos grandes grupos parlamentarios, en el principio del spitzenkandidat, y, al mismo tiempo, la mayor fuerza, el PPE (el Partido Popular Europeo), no tiene mayoría en el Parlamento Europeo”, subrayó Merkel.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló a su llegada a la cumbre europea que espera que haya al menos dos mujeres en esos cargos, e hizo referencia a Timmermans pero también al conservador francés y negociador europeo del Brexit, Michel Barnier, o a la liberal danesa y comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, y pidió respetar “los equilibrios geográficos y de género”. “Las condiciones para mí son claras. De los cuatro puestos que dependen del Consejo, tendrá que haber dos hombres y dos mujeres. Por mi parte tengo un compromiso claro en ello”, dijo Macron ante la prensa al llegar al Consejo Europeo en Bruselas.
Por su parte, el primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, rechazó hacer comentarios sobre las posibilidades de Timmermans y agregó que España, Holanda, Francia y Alemania abordaron el asunto en la cumbre del G20 en Japón este fin de semana, pero que “no hay compromisos concretos”.
La posibilidad de que Timmermans presida la CE enfada en cualquier caso al grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia), al considerar que como vicepresidente primero de la actual Comisión se ha entrometido en cuestiones sobre el Estado de derecho en esos países.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, consideró ayer en una carta enviada al presidente del PPE, Joseph Daul, que sería “humillante” que esa familia política, vencedora en las elecciones, no consiga la CE.
Para el primer ministro portugués, António Costa, Timmermans “es sabido que reúne las condiciones para ser presidente de la CE” aunque ya apuntaba ayer a, “seguramente, muchas horas de reunión para llegar a una conclusión final”.
El primer ministro luxemburgués, el liberal Xavier Bettel, se mostró, al igual que Macrón, a favor de que dos mujeres en los principales puestos, y dijo que “podría ser en el Banco Central Europeo (BCE) una de las posiciones en las que tuviéramos una mujer”.
La primera ministra británica, Theresa May, dijo que este será “probablemente mi último Consejo Europeo” y confió en que haya una “discusión constructiva”, aunque no se pronunció sobre el reparto de cargos.
Por su parte, el primer ministro irlandés, el conservador Leo Varadkar, dijo que en la reunión previa del Partido Popular Europeo (PPE) no se acordó “el paquete que se ha negociado en Osaka”. “Creo que es justo decir que hay mucha oposición (...) desde el punto de punto de vista del PPE (...) La mayoría de los primeros ministros creen que no deberíamos entregar el puesto de presidente de la Comisión tan fácilmente, sin luchar”, comentó. Varadkar agregó que “muchos países en Europa central y del este se oponen mucho al nombramiento de Timmermans” y señaló no está asegurado en “absoluto que tengamos un acuerdo en esta reunión”.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ya anticipó a su llegada que la cumbre sería “una larga maratón” y, preguntado sobre la propuesta de Timmermans, se limitó a señalar que “es una candidatura que validaremos”. “A Italia le interesa personalidades fuertes”, dijo. - Efe