Gasteiz - A pesar de que el debate presupuestario de cara a 2020 aún no ha comenzado como tal, pues ni siquiera hay un proyecto sobre el que discutir ni una estimación de ingresos, los grupos parlamentarios vascos van marcando posición, y la del PP está siendo dura ya de inicio. Ayer su presidente en el País Vasco, Alfonso Alonso, advirtió al lehendakari Urkullu en la Cámara vasca de que solo su formación es fiable como socio externo, pues el mismo jueves facilitaron la aprobación de dos leyes, y le instó a elegir compañeros de viaje después del verano, sin más dilación, y a modo de ultimátum. “O resolver, o disolver”, le espetó Alonso.

“Usted sabrá si disolver el Parlamento le conviene”, respondió el lehendakari, que mantiene su intención de agotar la legislatura a pesar de que el sprint electoral de la primavera ha fortalecido la alianza entre PNV y PSE y consolidado su presencia en las instituciones, frente a un PP que, como ponía Urkullu sobre la mesa, vive sus horas más bajas en Euskadi.

Del tono de uno y otro se desprende que serán muchos los escollos para alcanzar un pacto presupuestario que además pasaría por una reforma del IRPF inviable a corto plazo, pues el actual marco impositivo se mantendrá en vigor hasta 2020, y PNV y PSE se niegan a retocarlo mientras no se evalúe su efecto sobre la economía.

Tampoco parece cercano a medio plazo un acercamiento entre el Gobierno y EH Bildu, pues después del fracaso de las negociaciones del año pasado la desconfianza mutua es patente y ayer así se puso de manifiesto, también en el pleno de control. El parlamentario de EH Bildu Unai Urruzuno criticaba que “ya en junio se hable de boicot de la oposición” al Presupuesto, citando al portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka. “Se van a quedar sin palabras para diciembre, ¿o la palabra de diciembre será adelanto de elecciones?”, se preguntó Urruzuno, quien advirtió de que “las fanfarronadas no ayudan en absoluto a abrir un proceso de este tipo”.

Lanzaba el parlamentario de EH Bildu su queja y advertencia al consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, a quien le pedía abstraerse del actual contexto de incertidumbre postelectoral y emprender una negociación “honesta”.

“Mi responsabilidad en exclusiva en el ámbito presupuestario es ser capaz de diseñar unos Presupuestos que tengan el foco puesto en el desarrollo de las políticas públicas recogidas en nuestro programa de gobierno; el contexto político lo construimos entre todos”, respondía Azpiazu, quien afirmaba que, si EH Bildu tiene “verdadera voluntad” de alcanzar un acuerdo, este será posible. “Si huyen, no lo será”, añadió. Con Urruzuno salía a colación por segunda vez en la mañana en el Parlamento un adelanto electoral que la presidenta del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa, negaba, para añadir que, vistos los puntos de partida iniciales de cada cual, Elkarrekin Podemos “puede tener un papel muy importante”.

Efectivamente, en el Parlamento la coalición morada mantenía la actitud posibilista con la que ha arrancado el preludio al debate presupuestario y el Gobierno, aun con reservas, se dejaba querer. El portavoz de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, le reclamó a Urkullu una actitud “valiente y audaz” para afrontar los retos que le planteó a Azpiazu en su reunión de esta semana, y el lehendakari le respondió que podrán avanzar juntos si “si su grupo quiere aportar su grano de arena sin quimeras”.