Hong Kong - El movimiento ciudadano hongkonés, que protagoniza una movilización inédita en décadas en la excolonia británica contra el proyecto de ley de extradición de su Gobierno, consiguió ayer que quedara en suspenso la aprobación de esa polémica norma, aunque todavía no su retirada definitiva. En vísperas de la nueva manifestación convocada para hoy, la jefa del Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, dio marcha atrás y anunció la “suspensión” hasta nuevo aviso de su controvertida propuesta legislativa, que permitiría extraditar a China a los acusados de ciertos delitos.
“Hemos creado un gran conflicto y mucha gente está decepcionada y triste. Yo también estoy triste y me siento arrepentida por desatar este conflicto”, reconoció Lam en una rueda de prensa ante decenas de medios locales e internacionales. Y agregó que su gobierno “escuchará abiertamente las opiniones sobre el proyecto” y que acepta las críticas a su actuación “con sinceridad y humildad”.
Las palabras de la jefa del Ejecutivo no convencieron, sin embargo, a los opositores a la controvertida ley, agrupados en torno al Frente Civil por los Derechos Humanos, que llamaron poco después de sus palabras a continuar las protestas y a acudir hoy masivamente a las calles para reclamar su dimisión y la retirada definitiva del proyecto legislativo. “La suspensión no es aceptable porque el Gobierno podría retomar el proyecto de ley en cinco días, en cualquier momento”, afirmó Jimmy Sham, coordinador del frente civil en otra rueda de prensa, ésta al aire libre, en el parque Tamar, justo al lado de la sede del Parlamento. “Abajo Carrie Lam”, gritó Sham junto a los jóvenes del frente congregados en el parque después de llamar a los hongkoneses a salir a las calles y no cesar en las protestas hasta conseguir las retirada definitiva de la ley y la dimisión de la gobernante de la ciudad.
Otro de los responsables del frente Wong Yok Mo explicó a que después del domingo “si es necesario” organizarán más manifestaciones “y otro tipo de actos de protesta” hasta conseguir sus reivindicaciones, entre ellas la retirada de todos los cargos contra los detenidos en las movilizaciones. Piden además que las marchas sean consideradas “un derecho legítimo y no una revuelta”, tal como las calificó Lam. Mo señaló que al haberse suspendido la reunión del Parlamento mañana sobre la ley de extradición queda desconvocada la huelga general prevista para ese día, aunque organizaciones sociales de trabajadores mantenían ayer todavía esa convocatoria.
Reuniones El cambio de postura de Lam, que hasta ahora había defendido con ímpetu su proyecto de ley de extradición, se produjo tras reunirse con su Gobierno y después de que algunos dirigentes políticos que lo apoyaban pidiesen el viernes aplazarlo o dejarlo en suspenso. Además, según aseguraba ayer el diario hongkonés South China Morning Post, funcionarios chinos se habrían reunido la noche del viernes con la jefa del Ejecutivo en la ciudad china de Shenzhen para buscar una solución temporal a la crisis.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang, mostró ayer su “apoyo, respeto y comprensión” a Lam y al Gobierno hongkonés en aras de la “estabilidad y la prosperidad” de la excolonia británica. “Desde su retorno a China, los derechos y libertades de los residentes de Hong Kong se han respetado de acuerdo con la ley. Los hechos están ahí para quien quiera verlos. Mantener la estabilidad en Hong Kong sirve a los intereses de China y de todos los países del mundo”, manifestó el portavoz chino al tiempo que apuntó que los asuntos de Hong Kong son “de índole interno” y que “ningún país debe interferir en ellos”.
La marcha de hoy da seguimiento a las protestas del miércoles, cuando cientos de miles de personas se echaron a las calles para pedir la retirada del texto, aunque entonces sólo consiguieron un aplazamiento de su segunda lectura en el Parlamento. La policía dispersó ese día la concentración ante la sede legislativa mediante el uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma en una actuación que se saldó con 81 heridos -dos de ellos graves- y 11 detenidos, según las fuerzas de seguridad locales. “Podría haber más heridos, y no quiero que eso ocurra”, apuntó hoy Lam al explicar los motivos para dejar en suspenso el proyecto, al tiempo que defendió la actuación de la policía y aseguró que las cámaras de seguridad mostraban a muchos manifestantes atacando a los agentes.