Puede que políticamente Iñigo Errejón y Pablo Iglesias vuelvan a compartir camino, o no. Lo que ya parece difícil es que su relación personal se parezca en algo a la que mantenían en sus años de universidad.

Entonces uno y otro se mencionaban en los agradecimientos de sus tesis doctorales, ambas dirigidas por el mismo profesor. En su tesis doctoral Iglesias cuenta hasta su primer encuentro con Errejón y dice: “Al que conocí comiendo pan con azúcar -es como un suizo, decía- en el puesto de chuches de la facultad. Tuve la suerte de darle una clase (una sola) que me permitirá, en el futuro, presumir de haber sido profesor nada menos que de Íñigo Errejón”. La complicidad que compartían también la dejó reflejada en su tesis el hoy candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid: “En Pablo Iglesias he encontrado un compañero de mente incisiva y voluntad bolchevique, así como un permanente estímulo intelectual. Él me enseñó que el arte de la guerra se practica con método y tesón, haciendo más que diciendo, como me quiere”.

La facultad de Ciencias Políticas fue el laboratorio donde se forjó Podemos y desde donde muchos se habían implicado ya en las movilizaciones del 15M. Tras su presentación en el Teatro del Barrio, Podemos se registró como partido político en 2014 para concurrir a las elecciones europeas en las que lograron cinco eurodiputados. La asamblea fundacional del partido en octubre de ese año dejó la ya famosa foto de los cinco fundadores: Iglesias, Errejón, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero y Luis Alegre.

La dimisión de Juan Carlos Monedero en abril de 2015 empezó a destapar algunas diferencias. Iglesias acaba aceptando la salida de Monedero y la relación con Errejón se ve tocada. En marzo de 2016 Pablo Iglesias destituyó de forma fulminante al secretario de Organización y hombre fuerte de Errejón, Sergio Pascual, por una “gestión deficiente” y falta de confianza tras la crisis provocada por la dimisión en bloque de nueve dirigentes de la organización en Madrid, todos ellos del “sector errejonista”. Entonces se atribuyó al sector errejonista una supuesta operación bautizada como Jaque Pastor para sustituir a Iglesias. A Errejón le costó recuperarse y manifestó públicamente su desacuerdo con el cese de Pascual.

La destitución de Pascual se produjo en plenas negociaciones con el PSOE para la fallida investidura de Pedro Sánchez, que revelaron también las diferencias internas sobre cómo podían ser más útiles a los ciudadanos. Algunos errejonistas se mostraron proclives a no facilitar una repetición de elecciones y la posible continuidad del PP en el Gobierno. Pero ganó el no a un Gobierno de Sánchez con Ciudadanos y en las siguientes elecciones del 26J perdieron un millón de votos presentándose en confluencia con IU, a la que el sector errejonista también era reacio por considerar que les colocaba en el eje izquierda-derecha y les alejaba de la “transversalidad” tan buscada por Errejón.

La crisis de Podemos en Madrid se intentó cerrar con la elección de una nueva dirección y la salida del hasta entonces secretario general madrileño, Luis Alegre, otro de los fundadores del partido y amigo personal de Iglesias, que dejó la formación en julio de 2016 alertando de los riesgos de división interna. La portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, afín a Errejón, con la diputada Tania Sánchez en su equipo, perdió unas primarias frente al pablista Ramón Espinar. Errejón y otros muchos de su sector mostraron públicamente su desacuerdo y apuntaron que ese no era el camino, lo que desembocó en una campaña de los pablistas en Twitter el día de Nochebuena para recordarle al secretario político “Íñigo, así no”.

La segunda Asamblea Ciudadana estatal de Podemos fue la de la derrota de Errejón y la confirmación de Iglesias por sus militantes como líder indiscutible. De ese congreso salieron fortalecidos Irene Montero, quien sustituyó a Errejón en la portavocía parlamentaria, y Pablo Echenique, desde entonces número tres de la organización. Errejón pactó con Iglesias ser el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, pero él y los suyos se vieron relegados a una segunda línea política y mediática. Desde aquel momento se entregó de lleno a la política madrileña.

Si quedaba algún resquicio de confianza, el pasado 18 de abril llegaba el siguiente mazazo para Iglesias cuando Carolina Bescansa difundió por error un documento en el que proponía a Errejón un plan para desbancar al líder de la dirección. Errejón se desvinculó inmediatamente del documento, pero perdió fuerza para poder controlar su candidatura en Madrid y tuvo que aceptar un pacto con Ramón Espinar para conformar la lista.

Las tensiones entre el sector errejonista y pablista volvieron a surgir en la negociación para conformar la candidatura al Ayuntamiento de Madrid, lo que terminó con la apertura de un expediente a Rita Maestre y otros cinco concejales madrileños por no presentarse a las primarias de Podemos para integrarse directamente en la lista de Manuela Carmena. De forma paralela, Errejón, que había sido elegido en unas primarias de Podemos como candidato, negociaba la alianza de Unidos Podemos con otras fuerzas políticas. Y cuando ya se creía cerca el acuerdo, Errejón anunció el jueves su pacto con Manuela Carmen para concurrir a la Presidencia de la Comunidad.

Su relación con Iglesias parece un divorcio en toda regla en lo personal. En lo político nada puede descartarse y algunos ya buscan comparaciones y recuerdan que Pedro Sánchez renunció a su escaño y hoy es presidente del Gobierno.