Londres - La presión para respaldar un segundo referéndum sobre el Brexit, ante la falta de una mayoría que apoye el acuerdo al que ha llegado el Gobierno británico con Bruselas, continua aumentando para la primera ministra, la conservadora Theresa May, y el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.

Medios británicos aseguran que altos cargos del gabinete de May han comenzado a diseñar planes para una eventual consulta a espaldas de la jefa de Gobierno, a pesar de que ella ha recalcado su oposición a ese plebiscito.

Al mismo tiempo, una parte de las bases del Partido Laborista ha iniciado una campaña para defender una consulta, aunque miembros de la dirección temen que esa opción podría dañar sus opciones electorales, dado que una parte de sus votantes defendieron el Brexit, según ha revelado The Observer.

El también laborista Tony Blair, primer ministro británico entre 1997 y 2007, fue ayer el blanco de las críticas de May, tras haberse expresado la pasada semana a favor de posponer el Brexit y convocar un segundo referéndum.

La premier británica, que aún confía en obtener concesiones de Bruselas que faciliten la ratificación en el Parlamento del acuerdo al que llegó a finales de noviembre con la Unión Europea (UE), dijo que la postura de Blair es “un insulto al cargo que una vez ocupó”.

El antiguo mandatario laborista pidió a la Unión Europea que acepte modificar la libre circulación de movimientos, uno de los principales puntos que llevó al 51,9% de los votantes a optar por el Brexit, para que más británicos defiendan quedarse ahora en el bloque.

A pesar de la oposición de May al plebiscito, The Sunday Times asegura que el “número dos” del Ejecutivo, David Lidington, ha comenzado a sondear a diputados sobre el posible apoyo que tendría un referéndum en la Cámara de los Comunes.

Al menos cinco miembros del Ejecutivo defienden esa vía, mientras que cada vez más miembros del Partido Conservador quieren que la primera ministra les otorgue libertad de voto para decidir sobre el camino a seguir si el Parlamento tumba el acuerdo de salida, según los medios.

Lidington, que la semana pasada advirtió de que un nuevo referéndum podría aumentar la división en el país, no negó las informaciones publicadas y se limitó a señalar en las redes sociales que como ministro del Gabinete escucha “los puntos de vista de diputados en todos los bandos en el debate sobre la UE”.

El titular de Comercio Internacional, Liam Fox, dijo, por su parte, que no consideraría un “problema” que los parlamentarios tuvieran libertad de voto para pronunciarse a favor de una consulta u otras opciones respecto al proceso del Brexit, aunque se posicionó en contra de un plebiscito.

El ministro de Educación, Damian Hinds aseguró, por su parte, que “no hay política del Gobierno que esté más clara” que la negativa a un referéndum y subrayó que el Ejecutivo cumplirá “con la voluntad que el pueblo británico expresó” en 2016.

La tensión se ha extendido asimismo al Partido Laborista, primero de la oposición. El diario The Observer revelaba ayer que el presidente de la formación, Ian Lavery, advirtió esta semana a la directiva de que apoyar un segundo referéndum les pasaría factura en las urnas, dado que en torno al 35% de los votantes laboristas apoyó el sí a la salida de la Unión Europea”.

“La única vía” A este respecto, la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, defendió la convocatoria de un nuevo plebiscito como la “única” vía para corregir el “desastroso” proceso en el que está inmerso el Reino Unido para abandonar la UE. “Creo que debe haber un segundo referéndum que otorgue a los ciudadanos de todo el Reino Unido la oportunidad de decidir, con todo lo que sabemos ahora, dos años y medio después, si quieren permanecer en la Unión Europea”, afirmó la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) en una entrevista con Sky News.

Sturgeon criticó la posibilidad de que una futura consulta incluya únicamente las opciones de aceptar el acuerdo al que ha llegado el Gobierno conservador con Bruselas, o bien un Brexit no negociado, como está valorando el Ejecutivo de la primera ministra, Theresa May, según han revelado medios británicos. “La mayoría de la gente consideraría que, democráticamente, esa no es una opción aceptable”, declaró la líder escocesa.

Asimismo, Sturgeon instó al Partido Laborista a presentar una moción de censura en el Parlamento contra el Ejecutivo de May y respaldar un segundo referéndum. “La posición de los laboristas ahora es que no apoyarán una nueva consulta hasta que hayan intentado forzar unas elecciones, pero al mismo tiempo no quieren intentar forzar las elecciones”, dijo. “Creo que ahora mismo el Partido Laborista supone la misma barrera para hacer progresos en el Brexit que los conservadores.