zarautz - El PNV arrancó ayer el curso político con una defensa clara del acuerdo en el nuevo estatus de autogobierno, y con una apuesta por mantener su influencia en la política estatal, de manera que su contribución a la estabilidad del presidente Sánchez sirva para alargar la legislatura y garantizar que exista tiempo para abordar las transferencias pendientes y una nueva política penitenciaria. Además, el mitin de Andoni Ortuzar en Zarautz arrancó con un golpe de efecto que sirvió para zanjar las especulaciones sobre la brecha entre el PNV y los nacionalistas catalanes del PDeCAT: acudieron su presidente David Bonvehí y la vicepresidenta Míriam Nogueras, de la máxima confianza del expresident Puigdemont.
Su asistencia, al más alto nivel, sirvió para ratificar la sintonía entre ambos partidos y zanjar el episodio del tenso malentendido con el lehendakari a cuenta de su apuesta por liberar a todos los presos. En algunos medios de comunicación se interpretó como una defensa en exclusiva del político de ERC Oriol Junqueras, como si Urkullu hubiera querido distinguirlo del resto y primarlo frente al PDeCAT y el entorno de Puigdemont en JxCat porque considerase que su mensaje es más conciliador y puede contribuir mejor a rebajar la tensión en Catalunya. JxCat se hizo eco de esas informaciones y las interpretó como una injerencia de Urkullu. Tras ese enredo, el lehendakari aclaró al president Torra que había pedido la liberación de todos y que se reunió con Junqueras porque fue el único en pedirlo. Torra y Urkullu acordaron reunirse, quizás también con Puigdemont.
Ortuzar reforzó ayer la idea pidiendo expresamente la “inmediata puesta en libertad de todos y todas las presas” del procés para no dejar ningún margen a la interpretación. Les envió un “abrazo caluroso y solidario”, y tuvo un recuerdo especial para el exconseller Jordi Turull, que el año pasado acudió al acto de apertura del curso del PNV y hoy está “injustamente preso”. También lo hizo el presidente de la ejecutiva guipuzcoana, Joseba Egibar. Defendió que el único delito que han cometido es “dar la voz al pueblo”. “Vuestra causa es nuestra causa”, concluyó.
Debido a la histórica colaboración entre ambas formaciones, la presencia de la antigua Convergència es una tradición en los actos más señalados del partido jeltzale. La presencia de Bonvehí y Nogueras sirvió para despejar cualquier duda sobre un eventual alejamiento tras la renovación del PDeCAT. Las tesis de Puigdemont y JxCat tienen ahora mayor influencia y ha sido apartada de la dirección Marta Pascal, con quien Ortuzar mantenía una gran sintonía.
estatus El PNV pasó página de este episodio en el mitin de Zarautz. Por la mañana, los burukides se habían reunido en Getaria para analizar los retos del curso. Tras esa reflexión, el PNV acudió al mitin con una evidente intención de aclarar su posición sobre el nuevo estatus de autogobierno ante las interpretaciones que se han realizado. Apostó por un acuerdo tanto o más amplio que el sustanciado en el Estatuto de Gernika, que fue apoyado por PNV y PSE. Sin embargo, Ortuzar subrayó que todos los partidos deben moverse. Ni el acuerdo que han alcanzado con EH Bildu es intocable, ni PSE y Podemos pueden pretender que prevalezcan sus posiciones minoritarias, vino a decir. En concreto, aclaró que el texto de bases que ha pactado con EH Bildu “no es un dogma de fe inalterable”. Por lo tanto, está abierto a la negociación. No obstante, puntualizó a PSE y Elkarrekin Podemos que “nadie puede pretender que el estrecho corsé de su interpretación constitucional impida a esta sociedad pensar y decidir sobre su futuro”. “En resumen, ni la izquierda abertzale va a darnos ningún abrazo del oso, ni socialistas y Podemos pueden pensar que sus posiciones, siendo minoritarias en el país, van a ser las que salgan adelante. Toca moverse a todos”, dijo.
Ortuzar pidió propuestas en positivo y menos vetos, y reiteró su apuesta por aglutinar a los que apoyaron el Estatuto de Gernika, “y los que se quedaron fuera”. Mostró su sintonía con el planteamiento del lehendakari y se distanció de la posición más inmovilista de EH Bildu, que se conforma con el pacto abertzale.