El PP puede perder el único resquicio parlamentario que le queda para sabotear la legislatura de Pedro Sánchez: su capacidad de vetar el techo de gasto en el Senado con su mayoría absoluta. Es una reserva que fue introducida por el propio Rajoy en 2012 cuando gobernaba con mayoría absoluta, y supone una excepcionalidad en el sistema parlamentario, porque ninguna otra ley debe obtener el aval del Senado, sino que basta con el Congreso. El Gobierno español y Unidos Podemos pactaron en la noche del miércoles una reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para que el techo de gasto solo tenga que conseguir el aval del Congreso, lo que supone un jarro de agua fría para el PP, que pensaba escenificar la debilidad de Sánchez y actuar como contrapoder con la esperanza de que no pudiera agotar la legislatura hasta 2020. Ayer se tomó este acuerdo como un ataque a la democracia, al igual que Ciudadanos, que ve cómo se aleja el adelanto electoral.

El PP verá muy disminuida su capacidad para desestabilizar la legislatura. Ahora lo fía todo a la vía judicial y los recursos en el Tribunal Constitucional. Llevará esta reforma ante los jueces, pero también tiene otra alternativa. En el caso de que no se apruebe por decreto y entre en los próximos días en el circuito parlamentario, usará su presencia en la Mesa del Congreso para tratar de evitarla.

Si esta reforma se confirma y tampoco la frenan los tribunales, el único quebradero de cabeza que tendrá Sánchez será gestionar su propia minoría parlamentaria. En ese sentido, este acuerdo le ha servido para dar un giro a la negociación del techo de gasto. Ha reforzado su sintonía con Podemos, y el PDeCAT y ERC abren la puerta a la negociación. También ellos exigían eliminar la capacidad de veto del Senado. El PNV lo valorará en la ejecutiva de la próxima semana, pero Josu Erkoreka, desde el Gobierno vasco, vio lógica la reforma.

El Gobierno español va a presentar en los próximos días el techo de gasto de 2019 y lo va a remitir al Congreso por segunda vez tras el fracaso de la votación de julio, donde solo el PNV dio su voto a favor. Es la antesala de la presentación de los Presupuestos, aunque no es estrictamente necesario aprobar el techo de gasto para tramitar las Cuentas. Sánchez ha pactado con Unidos Podemos la reforma sobre el Senado, y hay avances para eliminar el copago farmacéutico y asegurar la actualización de las pensiones con arreglo al IPC este año y el siguiente. Es algo que ya pactó el PNV con Rajoy, pero Unidos Podemos pensaba que podía estar en riesgo porque el IPC estimado va a ser más alto que lo calculado hace unos meses.

La portavoz adjunta de Unidos Podemos, Ione Belarra, aseguró que la reforma debe entrar de inmediato en vigor para que el PP no pueda vetar los objetivos de déficit y deuda que se van a votar en septiembre. Según dijo en la cadena Ser, se están explorando dos vías: un cambio por decreto, y una proposición de ley. El PP cree que su recurso al Constitucional tendría muchas opciones de prosperar si el cambio se hiciera por decreto, porque considera que una ley orgánica debe reformarse con un proyecto de ley o una proposición de los grupos. Sin embargo, sospecha que Unidos Podemos y Sánchez necesitan el decreto porque es una vía de urgencia, la reforma entraría inmediatamente en vigor y, además, evitaría pasar por la Mesa del Congreso, donde PP y C’s tienen mayoría.

“como trump” El PP y Ciudadanos reaccionaron ayer a esta propuesta como si se tratara de un ataque contra la división de poderes y la propia democracia porque, a su juicio, el PSOE trata de alterar las mayorías parlamentarias con triquiñuelas. Le pidieron que convoque elecciones. Casado acusó ayer a Sánchez de “cargarse el reparto de poderes”, y le preguntó “qué diría si lo propone Trump en Estados Unidos”. A su juicio, Podemos está acostumbrado a Venezuela, donde, “si no les gusta la mayoría, disuelven la Cámara y crean otra paralela”. El portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó, aseguró en Antena 3 que se opondrán a este cambio “con toda su capacidad parlamentaria”; o a través de recursos judiciales, aunque en este caso su principal problema es que una sentencia del TC llegara tarde, con el techo en vigor. Desde C’s, Miguel Gutiérrez habló de “atentado a la democracia”. El PSOE, por el contrario, dijo que en el Congreso reside la “soberanía nacional”, y Pablo Echenique, de Podemos, aseguró que fue el PP quien atribuyó al Senado “ilegítimamente” la capacidad de veto.

Con esta reforma, el PSOE dedica a Unidos Podemos el guiño de calado que estaba esperando Pablo Iglesias. También logra que entren en la negociación los nacionalistas catalanes, que no querían asumir el coste de llegar a un acuerdo que pudiera ser tumbado en el Senado.