Más de un centenar de pasajeros y tripulantes de un avión sobrevivieron ayer al accidente ocurrido al despegar del aeropuerto de Durango, norte de México, aunque 98 resultaron con lesiones y 49 de ellos reciben atención hospitalaria.
El accidente del vuelo 2431 de la compañía Aeroméxico ocurrió a las 16.00 horas (21.00 GMT) del martes, poco después de despegar en medio de una fuerte tormenta para caer en el límite exterior del Aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria de Durango. El secretario (ministro) de Comunicaciones y Transportes de México, Gerardo Ruiz Esparza, señaló en su cuenta de Twitter que “ya se localizaron las 103 personas que viajaban en el vuelo AM2431 con destino a la Ciudad de México, sin que se reporte ningún fallecimiento”.
Ruiz Esparza confirmó que el aeropuerto de Durango había reanudado sus operaciones tras haberlas suspendido a causa del percance.
Personal de la Policía Federal y del Ejército habían establecido un perímetro alrededor del lugar del accidente, a donde llegaron una treintena de ambulancias de diversas instituciones de salud del estado.
El gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, informó a la prensa mexicana de que 49 de los 98 ocupantes que fueron hospitalizados siguen bajo atención médica, entre ellos el piloto y el copiloto, cuyos nombres no fueron revelados y quienes están en una condición grave.
Varios de los heridos fueron dados de alta, quedando ingresados 18. Los 18 heridos que permanecen hospitalizados evolucionan favorablemente, según informo el gobernador del estado, José Rosas Aispuro. Una niña con quemaduras de primero y segundo grado es el herido de mayor gravedad, mientras que el piloto del avión se encuentra en estado estable después de haber sido operado.
Un minero asturiano Entre los heridos se encuentra un minero asturiano de 43 años, José Manuel Pulgar, que viajaba en el vuelo siniestrado para regresar tras un periodo de vacaciones. Pulgar debía incorporarse en pocos días a su trabajo en el pozo Nicolasa, de Hunosa, en Mieres, y viajaba solo ya que tanto su mujer, de nacionalidad mexicana, como sus dos hijos, de ocho y cinco años, iban a prolongar su estancia en el país azteca.
La empresa Grupo Aeroportuario Centro Norte, que opera la terminal aérea de Durango, anticipó que “según versiones preliminares” el accidente pudo haber sido ocasionado por “condiciones climáticas adversas” que prevalecían en la zona.
El avión fue impactado por una potente ráfaga de viento que lo hizo descender bruscamente cuando despegaba y tocar tierra con el ala izquierda, afirmó ayer Rosas Aispuro. En un comunicado divulgado por el gobierno del estado de Durango (norte de México), Aispuro explicó que el impacto del ala con el suelo provocó que se desprendiera el motor del lado izquierdo.
La aeronave del vuelo 4231 de la compañía Aeroméxico se desplomó ya fuera de la pista, desplazándose sobre el terreno y quedando a unos 300 metros de la misma. El gobernador indicó que inmediatamente se activó el centro de emergencia del Aeropuerto Guadalupe Victoria de la capital estatal, y minutos después el personal estatal y federal comenzó a brindar auxilio a los ocupantes del avión. De acuerdo con el comunicado, la posición horizontal en que quedó el avión permitió el despliegue de los toboganes de emergencia, permitiendo rescatar a los 99 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación del avión, del fabricante brasileño Embraer y con 10 años de antigüedad.
Tras desplomarse la nave al suelo muy cerca de la pista de aterrizaje, los pasajeros lograron salir del avión con rapidez antes de que se incendiase, sin que haya habido víctimas mortales, algo considerado milagroso habida cuenta de la envergadura del accidente. “Dentro de lo lamentable de este evento, no tenemos información hasta este momento de pérdidas humanas”, dijo el director de la compañía Aeroméxico, Andrés Conesa. Aispuro indicó, no obstante, que será la comisión de accidentes e incidentes de Aeronáutica Civil de México la instancia que investigará y dará a conocer las causas del accidente.
Testimonios recogidos entre los supervivientes inmediatamente después del accidente confirmaron que la mayoría logró salir por su pie del avión, una nave Embraer 190, antes de que esta se incendiara.
“El avión no alcanzó a despegar, lo agarró una corriente muy fuerte”, declaró a la televisión mexicana un pasajero de unos 60 años que viajaba en primera clase y quien fue de los primeros en salir.
Una pasajera que viajaba con su hija dijo que llovía muy fuerte cuando el avión aceleró en la pista y que cuando logró elevarse, enseguida se sintió una fuerte sacudida. “El avión se cayó y empezamos a golpearnos (...) se deslizó un largo tramo, cuando se detuvo me di cuenta que las maletas se cayeron y el pasillo estaba bloqueado. El incendio empezó pronto, le quité a mi hija el cinturón y salimos por un hueco”, manifestó.
Aeroméxico lamentó el accidente y confirmó que ya se trabajaba con las autoridades para garantizar la atención médica de los lesionados, además de abrir una línea de atención telefónica. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reveló que ya se había integrado una Comisión Investigadora y Dictaminadora de Accidentes de Aviación. - Efe