May visita por primera vez la frontera norirlandesa desde la victoria del ‘Brexit’
Irlanda del Norte camina hacia la recesión por la incertidumbre que genera la salida de Reino Unido de la Unión Europea
Londres - La primera ministra británica, Theresa May, comenzó ayer una visita de dos días a Irlanda del Norte en Belleek, convirtiéndose en su primera aparición en la frontera irlandesa desde la victoria del Brexit en el referéndum de junio de 2016. Durante el viaje, May se reunió con Arlene Foster, la líder del partido Unionista Democrático, su principal apoyo para gobernar en Westsminer. Foster cree que la visita “permitirá a la señora May hablar con personas que viven, trabajan y viajan diariamente a través de la frontera irlandesa de la que se habla mucho” y como “escuchará ejemplos de primera mano sobre cómo las personas ven los desafíos y las oportunidades para sus sectores a medida que abandonamos la UE”.
Lo cierto es que hay una creciente preocupación en Irlanda de que el ritmo que está tomando la negociación en las últimas semanas en Westminster, puede ser una señal de que el partido conservador no podrá entregar ningún acuerdo sobre el Brexit, lo que eleva aún más la posibilidad de un caos mayor en la frontera irlandesa. A eso se une la preocupación de que May esté “retrocediendo” en la promesa inicial de dar una garantía legalmente vinculante de que habrá una alineación entre el norte y el sur de la frontera, en caso de que el Brexit se haga efectivo sin acuerdo.
La Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés) advirtió a May a pocas horas de su viaje de que Irlanda del Norte camina hacia la recesión, por el vacío político dejado por el colapso del poder compartido en Stormont y por la incertidumbre que genera el Brexit, lo cual está pasando factura en la región. “Muestra niveles preocupantes de contracción económica” con dos declives consecutivos” y “la región parece estar al borde de la recesión”, dijo la directora de la CBI para Irlanda del Norte, Angela McGowan.
Desde Dublín, el taoiseach, Leo Varadkar, reconoció que Irlanda estaba buscando contratar a unos 1.000 funcionarios para los controles aduaneros, veterinarios y de exportación para hacer frente a un Brexit sin acuerdo. Varadkar reconoció que ha recibido garantías de la UE de que no obligaría a controles físicos en la frontera, incluso si al Reino Unido le van mal las cosas fuera del bloque común.
Pero en la frontera irlandesa, los líderes empresariales han expresado su preocupación de que cualquier división, incluso como resultado de un Brexit suave, tendrá consecuencias. “Casi toda la comunidad empresarial de Irlanda del Norte se opone al Brexit”, dijo con rotundidad Conor Patterson, director ejecutivo de la Agencia Cooperativa y Empresarial Newry and Morne.
La visita de May se produce entre fuertes críticas por su fracaso en visitar la frontera, mientras que el negociador del Brexit para la UE, Michel Barnier, ya la ha visitado dos veces. Ayer precisamente, el nuevo ministro británico para el Brexit, Dominic Raab, también se reunió por primera vez con Barnier en Bruselas.
Se trata del primer viaje de Raab a la capital belga, después de que la pasada semana tomara posesión de su cargo como sustituto de David Davis, quien presentó su dimisión el 8 de julio por desavenencias con la estrategia del Gabinete sobre el Brexit Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de que algunos países de la UE sufrirán un daño económico significativo si el Reino Unido se retira del bloque común sin un acuerdo comercial. Pero por el momento la maquinaría de Londres y Bruselas está intensificando los preparativos para un Brexit “sin acuerdo”. Las dos partes insisten en que no es lo que quieren, y que llegar a un acuerdo para el otoño todavía está en juego.
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