ROma - El rechazo a las políticas en materia de inmigración del ultraconservador Gobierno italiano se está traduciendo, cada vez más, en acciones de protestas concretas. Es el caso del grupo de unos 50 activistas pertenecientes a varias ONG, entre ellas Seawatch y la española Open Arms, que se encadenaron ayer en la entrada del Ministerio de Transporte italiano para protestar contra el Ejecutivo y su política de cerrar los puertos a los inmigrantes.

La red #RestiamoUmani (sigamos siendo humanos), que engloba a varias asociaciones humanitarias, explicó que la iniciativa pretende “protestar de manera pacífica y no violenta contra las políticas del actual Gobierno que, en complicidad con la Unión Europea (UE), están causando el aumento exponencial del número de personas que mueren en el mar en el intento de llegar a las costas europeas”.

Durante la protesta, en la que los activistas vestían chalecos salvavidas, mostraron una pancarta donde se podía leer: “Náufragos de Estado”. Denunciaron que “durante muchos años Italia estuvo en primera línea salvando cientos de miles de vidas en el Canal de Sicilia y desde 2017 se está poniendo coto a la acción de los barcos civiles”.

“Estas políticas y la reducción de las operaciones de socorro han aumentado el número de personas que se ahogan en el Mediterráneo central superando el millar desde inicios de año. El Canal de Sicilia es la frontera más letal del mundo con una de cada siete personas que desaparecen solo en el mes de junio”, agregaron los participantes en la protesta, que se encadenaron.

De forma paralela, más de 300 personas de todo el Estado español viajarán a Italia con la Caravana Abriendo Fronteras, que partirá mañana de Salt (Girona) para denunciar la vulneración de los derechos humanos en las fronteras, las políticas xenófobas y la criminalización de los activistas.

En la mañana de ayer, representantes de distintas organizaciones que trabajan en la iniciativa Caravana Abriendo Fronteras explicaron que sus reivindicaciones principales son “denunciar las políticas migratorias y la vulneración de derechos humanos en las fronteras, fortalecer una red entre las organizaciones que se dedican a ayudar a los refugiados y acabar con el estigma y la criminalización de los activistas”.

Su portavoz, Sira Ruiz, apuntó que “se trata de una caravana feminista que también quiere visibilizar la violencia que sufren las mujeres en el tránsito migratorio y la explotación laboral de las trabajadoras transfronterizas”. El activista del grupo Girona Acoge y Espacio Antirracista, Karim Sabni, explicó a los medios que la Caravana iniciará su viaje en Salt porque “el 37% de la población de la ciudad no dispone de nacionalidad española y se encuentra excluida de las decisiones políticas que afectan a su día a día”.

La caravana iniciará su viaje mañana y se dirigirá a la frontera francoitaliana, a Ventimiglia y Briançon, desde donde partirá en ferri hasta Sicilia, la principal vía de entrada de los casi 14.000 inmigrantes que han llegado a Italia por vía marítima en lo que va de año. Allí visitará el mayor centro de internamiento de solicitantes de asilo de la Unión Europea, donde “se han juntado hasta 4.000 personas con un tiempo de espera de dos años”, apuntaron activistas de la Caravana.

Asimismo, tienen previsto visitar algunos puertos donde han llegado cientos de inmigrantes en los últimos años y donde están operando los barcos de rescate y las ONGs que están siendo “hostigadas y criminalizadas”. La caravana, antes de regresar a España el día 22 de julio, visitará también Catania y Riace, un pueblo de 1.800 habitantes donde hay personas de hasta 22 nacionalidades distintas y su alcalde es conocido por abrirle las puertas a refugiados e inmigrantes.

Esta será la tercera edición de la Caravana Abriendo Fronteras, que el año pasado viajó a la frontera sur, hasta Melilla, para denunciar las devoluciones en caliente, las vallas con cuchillos y la situación de internamiento y de estancia temporal para personas extranjeras. El primer viaje de la caravana fue en 2016, cuando más de 300 personas se desplazaron hasta Grecia para denunciar el acuerdo de la vergüenza entre la Unión Europea y Turquía.

Amenaza a la seguridad En este contexto, el presidente de Médicos sin Fronteras (MSF) en España, David Noguera, aseguró ayer que “la ciega obsesión de los gobiernos europeos por mantener lejos de sus costas a migrantes, refugiados y solicitantes de asilo convierte a estas personas en mercancías, cuando lo prioritario es evitar que sigan ahogándose en el mar”. Admitió por ello su “indignación” ante esta situación.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, alertó por su parte de las “amenazas” que supone la inmigración en términos de seguridad para Italia y afirmó que de ella “puede venir el riesgo de los combatientes extranjeros” del Estado Islámico. “Las amenazas son grandes en materia de terrorismo. Estamos también comprometidos en el frente de la inmigración, ya que de la misma pueden venir peligros”, agregó. - Efe