MADRID. En su informe 'Fuera, en ningún sitio', Oxfam expone "cómo un burocrático y asfixiante sistema de acogida en Italia pone en peligro y fuera del radar a personas refugiadas vulnerables y a otras personas migrantes".

En Francia, según el informe, la Policía para "de forma rutinaria" a los menores no acompañados y "los mete en trenes de vuelta a Italia después de modificar sus papeles para que parezcan mayores o para dar a entender que quieren ser devueltos".

Según la ONG, los niños han denunciado que han sufrido abusos físicos y verbales y que han pasado la noche en celdas sin comida, agua o mantas y sin acceso a un tutor oficial. "Todo ello va contra las leyes francesas y de la Unión Europea, ha asegurado Oxfam.

Personal de Oxfam y de organizaciones locales ha denunciado casos en los que la Policía de Fronteras "ha rajado las suelas de los zapatos a los menores migrantes o ha robado las tarjetas SIM de sus teléfonos". "En un caso, una menor eritrea fue obligada a volver a cruzar la frontera por un camino sin asfaltar junto a su bebé de 40 días", ha denunciado la ONG.

En este sentido, ha explicado que al menos 16.500 migrantes --una cuarta parte de los cuales son menores-- han pasado la frontera por el pueblo italiano de Ventimiglia (a 7 kilómetros de la frontera) en los nueve meses previos a abril de 2018 y "es probable que la cifra crezca en los meses de verano".

"La mayoría huye de la persecución y la guerra en países como Sudán, Eritrea, Siria y Afganistán. Muchos de ellos están intentando llegar a países como Francia, Reino Unido, Suecia o Alemania, donde esperan reunirse con familiares o amigos", ha relatado.

Oxfam ha asegurado que muchos menores no acompañados han denunciado sentirse abandonados en los centros de recepción, "sin oportunidad para ir a la escuela o a formarse y sin información sobre cómo pedir asilo o reunirse con miembros de su familia en otros países europeos". "Después de meses o incluso años de espera, muchos deciden probar suerte y continuar su viaje solos, mientras que otros son expulsados de los centros en cuanto cumplen 18 años", ha añadido.

Tras explicar que el único centro de recepción de migrantes cercano a Ventimiglia, Campo Roja, ofrece alojamiento básico para hasta 444 personas, Oxfam ha señalado que la "falta de información clara, la fuerte presencial policial en el acceso y la obligación disuade a muchos de quedarse".

"Como consecuencia, mucha gente duerme bajo una autopista a las afueras del pueblo, sin acceso a agua potable o servicios. Sus tiendas o refugios de cartón son destruidos a menudo por las autoridades locales y no existe seguridad", ha señalado.

Los equipos de Oxfam en la zona se encuentran habitualmente con familias, mujeres embarazadas y menores no acompañados viviendo en estas condiciones. Entre estas personas hay supervivientes de violaciones y torturas en Libia.

"Los niños, niñas, mujeres y hombres que huyen de la persecución y la guerra no deberían sufrir abuso ni abandono por parte de las autoridades francesas e italianas", ha asegurado la directora de campañas de Oxfam Italia, Elisa Bacciotti.

"En demasiados casos, las carencias en servicios básicos y de información en el sistema de acogida italiano obligan a la gente a vivir situaciones precarias y peligrosas. Son personas que solo desean pedir asilo en un país donde ya viven sus familiares y que se ven frustradas", ha indicado.

Bacciotti ha hecho hincapié en que Europa "debe reformar su sistema de asilo" y "compartir la responsabilidad de acoger a aquellas personas que buscan refugio".

"Los gobiernos y el personal administrativo de las fronteras deberían proteger las necesidades específicas y los derechos de los niños y niñas en lugar de devolverlos ilegalmente a otros países. Los menores nunca deberían ser retenidos en celdas carcelarias o ser sometidos a abusos crueles", ha reclamado.

El informe de Oxfam hace un llamamiento a los miembros de la UE a asegurarse de que la responsabilidad con respecto a las personas refugiadas es compartida de manera más igualitaria bajo el sistema de Dublín, la regulación de la UE que determina qué país es responsable de procesar las solicitudes de asilo.

El documento también pide que la Unión Europea tenga en cuenta las necesidades "legítimas" de quienes piden asilo y garantice unos procesos eficientes para reunir a las familias, "evitando los obstáculos burocráticos".

Además, el informe exige al Gobierno de Francia que deje de devolver a "ilegalmente" menores a Italia y que ponga fin a las prácticas ilegítimas de la Policía francesa y de los guardas de la frontera.

En 2017, llegaron a Italia 17.337 niños, de los cuales 15.779 (el 91 por ciento) no iban acompañados. Oxfam ha recordado que suponen la "inmensa mayoría" de los menores no acompañados inmigrantes que llegaron a países europeos en 2017.