madrid - Será bastante difícil que el exduque de Palma, Iñaki Urdangarin, eluda la cárcel. Pero ello no quiere decir que no pueda acogerse a dos vías con las que podría esquivar su ingreso en prisión, aunque fuera durante un tiempo. El cuñado de Felipe VI, al que el Tribunal Supremo notificó ayer su condena a cinco años y 10 meses de reclusión por los delitos de malversación, prevaricación, fraude a la administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencia, tan solo podrá estrujar la normativa si no quiere dar con sus huesos en la cárcel. Sus letrados tan solo pueden presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) o acogerse en última instancia a un indulto.

Lo primero que debe hacer Urdangarin, que desde que estallara el caso reside en Suiza, es personarse hoy ante la sección primera de la Audiencia de Palma, juzgado que en primera instancia le condenó. Citado junto a su socio en Nóos, Diego Torres, y el expresidente balear, Jaume Matas (PP), debe comparecer de 9.00 a 14.00 horas para recoger su orden de prisión. Los pasos a dar después de su comparecencia, por el contrario, son una incógnita. Pero, en un principio, tienen entre 10 y 15 días para ingresar en prisión.

Ese impasse que se abre permitirá a Urdangarin explorar las posibilidades para alargar su entrada en la cárcel -diversas fuentes se aventuraban a señalar que ingresará en Brieva (Ávila)- o esquivar una vida entre rejas. La primera opción pasa por presentar un recurso de amparo ante el Constitucional por vulneración de derechos fundamentales. Si se admitiera la reclamación de Urdangarin, podría darse el caso de que la ejecución de la pena fuera suspendida hasta que no se entrara a dilucidar el fondo del asunto. En todo caso, ese proceso de deliberación no se puede alargar más de cinco años, cuando el exduque ha sido penado con una condena superior a ese plazo. Asimismo, el TC no suele conceder medidas de gracia similares y suele optar por mantener encarcelados a los solicitantes.

El indulto, que es otorgado por el rey a propuesta del Ministerio de Justicia y puede ser total o parcial, es la segunda vía hacia la libertad. Si cabe con menos visos de éxito que la presentación de un recurso ante el Constitucional debido a su excepcionalidad como medida de gracia, lo cierto es que el juez o el tribunal puede suspender la ejecución de ingreso en prisión en tanto no se resuelva la petición. Tras años de muchas resoluciones favorables a los solicitantes, sobre todo del ámbito político, los indultos han caído los dos últimos años a mínimos históricos. - I. Fradua