madrid - El PP está a punto de protagonizar la imagen más insólita de los últimos tiempos en el Senado. El partido de Mariano Rajoy pretende enmendar sus propios Presupuestos para borrar los compromisos pactados con el PNV, aunque ello suponga que representantes vascos de su partido, como el alavés Iñaki Oyarzábal, tengan que rechazar las inversiones acordadas para la comunidad autónoma y para el propio territorio al que representan en la Cámara estatal. Ese dinero lo van a redirigir a otras comunidades. Los populares confirmaron ayer que van a enmendar los Presupuestos porque consideran que el PNV ha roto su compromiso dejando caer al presidente Mariano Rajoy en la moción de censura del socialista Pedro Sánchez. Para los jeltzales no es más que una venganza, y confían en que sea fruto de una reacción en caliente que en cierto modo comprenden, pero avisan de que recurrirán a todos los resortes para garantizar el cumplimiento de lo pactado si el PP tumba las inversiones. El PNV en bloque se movilizó para avisar a los populares de que su decisión supondría una bofetada a los vascos. Lo dijeron el lehendakari Urkullu; el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; y el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.

En concreto, los Presupuestos estatales para este año, que se están tramitando en este momento en el Senado, recogen 540 millones de euros en inversiones. Oyarzábal dejó ver en declaraciones a Europa Press que el PP no va a meter la tijera en todos los compromisos. Su partido mantendrá las inversiones que ya aparecían de saque en el anteproyecto presentado por el Gobierno español (los 470 millones pactados el año pasado con el PNV, que debían tener reflejo en años sucesivos y que aluden sobre todo al Tren de Alta Velocidad), pero redistribuirá en otras partidas, totalmente o en parte, los 70 millones que introdujeron los jeltzales este año a través de enmiendas parciales. En ese paquete destacan los 3,5 millones destinados para las obras en el aeropuerto de Foronda y su operatividad las 24 horas del día, diez millones en I+D+i, inversiones para el puerto de Pasaia y el paseo de La Concha en Gipuzkoa, y los más de 18 millones previstos para la depuradora de Galindo, que lleva años provocando todo tipo de trastornos a los vecinos por los mosquitos y los malos olores que desprende.

Oyarzábal no aclaró hasta dónde alcanzará la revisión del PP sobre esos 70 millones, aunque sí dijo que se va a desentender de las actuaciones que sean competencia del Gobierno Vasco y de los ayuntamientos, lo que en principio salvaría de la quema al aeropuerto de Foronda, competencia de Aena, aunque no lo dijo expresamente. Con esa distinción, el PP podría salvar los muebles en Araba, el territorio de Oyarzábal y donde pretende recuperar el poder institucional en las elecciones municipales y forales del próximo año. El senador dijo que se va a mantener “el grueso” de la inversión presupuestada, defendió las obras del TAV y los puertos, y se lavó las manos sobre el resto de las cuestiones. “El PNV tendrá que ir donde el PSOE, Unidos Podemos y Bildu para pedir sopitas”, lanzó. En el Congreso y el Senado va a ser determinante el papel de los diputados vascos, tanto del PP como del PSOE y de Unidos Podemos, que tendrían problemas para justificar su rechazo a las inversiones vascas, más aún en puertas de las elecciones municipales y forales.

generar tensión El PP confirmó ayer que va a enmendar las Cuentas en el Senado donde, a diferencia de lo que ocurre en el Congreso, tiene mayoría absoluta. Ese movimiento no sería decisivo porque el proyecto deberá pasar nuevamente por el Congreso para que ratifique los cambios que introduzca el PP. Solo Ciudadanos abrió la puerta a hacerlo, pero la suma se quedaría en 169 escaños, a siete de la mayoría absoluta. Por lo tanto, los cambios caerían. Sin embargo, lo que pretende el PP es colocar en un brete a Pedro Sánchez para que se vea obligado a defender en público el proyecto presupuestario que rechazó, con el objetivo de no romper los puentes con el PNV; y también quiere generar una situación de difícil gestión con el resto de partidos que lo apoyaron en la moción, Unidos Podemos, el PDeCAT, ERC y EH Bildu. Quiere obligar a Sánchez a convencer a sus socios de que defiendan estas partidas, algo que provocará tensión y que, llevado al extremo, podría hacer caer los Presupuestos, aunque el compromiso de Sánchez es garantizar su aplicación.

El portavoz del PP en el Senado, José Manuel Barreiro, confirmó ayer que su grupo presentará enmiendas porque se siente liberado del pacto presupuestario que alcanzó con el PNV. También pasará la factura a Nueva Canarias (apoyó la moción) y Coalición Canaria (se abstuvo) retocando las inversiones para las islas. El PP amplió hasta el lunes el plazo para registrar las enmiendas parciales, y también pedirá hoy que se retrase la votación de los vetos a la totalidad. Es una mala señal para el PNV, que ve un signo inequívoco de que el PP se está planteando revisar todo lo pactado. La subida generalizada de las pensiones no se verá afectada. El PP podría derivar las inversiones vascas a otros territorios, como Andalucía, donde tiene intereses electorales; o a comunidades gobernadas por sus siglas. Rafael Hernando avisó ayer en Telecinco de que tienen las “manos libres”.

Araba se lleva un buen pellizco de las inversiones. Además de la parte proporcional del Tren de Alta Velocidad, la rebaja de la tarifa eléctrica de las empresas vascas y el aumento de las pensiones, en las enmiendas parciales el PNV logró introducir 3,5 millones para el aeropuerto de Foronda; 1,7 millones para la reurbanización del entorno del antiguo Banco de España; 759.000 euros para los regadíos; 150.000 para la plataforma de Jundiz; y 150.000 para el puente del Zadorra.