bilbao - Ciudadanos se ha lanzado al cuerpo a cuerpo contra el PP con la expectativa de que el impulso de las encuestas y la victoria en las elecciones catalanas de diciembre lo catapulten como alternativa al partido de Mariano Rajoy en el Estado. C’s, que se distingue por su discurso centralista y contrario al Concierto Económico vasco, ha decidido explotar esa veta y achicar el espacio electoral del PP endureciendo su mensaje contra el nacionalismo vasco, a costa de colocar otra vez en el disparadero de la opinión pública española el autogobierno de Euskadi. El objetivo sería convertirse en el garante de la unidad de España, en contraposición a un Mariano Rajoy al que quiere retratar como un dirigente blando con las reivindicaciones abertzales, que ha buscado el acuerdo con el PNV para aprobar los Presupuestos estatales, y al que ve más preocupado por contentar a los jeltzales por su posición clave en el Congreso de los Diputados que “al conjunto de los españoles”.

También ha difundido los supuestos acercamientos entre Rajoy y el PNV, que no han llegado a producirse; y está presionado al presidente español para que corte de raíz la tramitación del nuevo estatus de autogobierno, un debate que se encuentra en una fase muy preliminar en el Parlamento Vasco. El procés ha estimulado su estrategia, en la creencia de que los votantes del Estado están virando hacia posiciones más duras por el conflicto catalán y C’s puede capitalizar ese sentimiento.

Al PNV le preocupa que esta tendencia contamine el clima para debatir el nuevo estatus y complique su tramitación, como en su momento estuvo a punto de suceder con la actualización de la Ley Quinquenal del Cupo y el Concierto Económico. Los jeltzales ven legítimo que C’s busque el desgaste de sus rivales del PP, pero ayer le exigieron que no lo haga a costa de colocar en el punto de mira la agenda vasca y de generar en el Estado un clima de rechazo hacia sus demandas, de manera que se recupere el discurso de los supuestos privilegios de Euskadi. “Que dejen al PNV y a Euskadi tranquilos”, zanjaron.

“envuelto en la bandera” El grupo jeltzale en el Congreso de los Diputados ha detectado esa tendencia en los últimos movimientos de C’s. La señal más clara llegó la semana pasada, cuando el partido de Albert Rivera anunció que hoy mismo preguntaría en el Congreso de los Diputados a la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, su opinión sobre la propuesta de nuevo estatus del PNV. Formulará su pregunta en unos términos que a los jeltzales les parecen muy sobreactuados. Después de que el PNV haya apostado por una relación bilateral con el Estado y por la vía legal, Girauta preguntará “qué opinión le merece al Gobierno el desafío a la democracia planteado por el PNV con su nueva propuesta de un referéndum de independencia del País Vasco”, algo que no figura en la propuesta del PNV ni de EH Bildu.

El burukide de relaciones institucionales del PNV, Koldo Mediavilla, acusó ayer a C’s de “envolverse en la bandera” de España y “morder” a los jeltzales para lograr el sorpasso a Rajoy. En declaraciones a Radio Euskadi, se refirió al partido naranja como una marca sin ideología que necesita atizar a los jeltzales para crecer y colocar en una posición incómoda a Rajoy. “Si quieren plantear al PP algo, que lo hagan, pero que dejen al PNV y a Euskadi tranquilos”, zanjó.

“Simplemente se ha aprovechado de la circunstancia de envolverse en la bandera española, e intenta explotar un patriotismo español que, vinculado a los problemas de articulación del Estado, en muchas partes de la península tiene buena venta”, explicó. Desde el Congreso, el portavoz jeltzale, Aitor Esteban, coincidió en acusar a Rivera de “agredir” al PNV para dar “mamporros” a Rajoy y “medrar”. Por parte del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka esperó que su “neocentralismo” no arraigue en Euskadi.

En ámbitos jeltzales han detectado la mano de C’s detrás de algunas informaciones que hablan de un acercamiento del PP hacia el PNV para negociar las Cuentas y acelerar la tramitación de algunas propuestas del Grupo Vasco. Las informaciones fueron desmentidas desde Génova y Sabin Etxea, y venían acompañadas de un editorial en tono crítico sobre el error que supondría negociar concesiones con el nacionalismo.

Los partidos vascos y catalanes han tenido históricamente una posición estratégica en el Congreso, que los ha convertido en imprescindibles para aprobar los Presupuestos. En los sectores más centralistas (también dentro del PSOE andaluz y extremeño, y en los ámbitos más inflexibles del PP) se han recibido estos acuerdos como una cesión al nacionalismo, que por definición creen que es insaciable. Por ello, han apostado por no dejar descansar la gobernabilidad del Estado en el PNV o la antigua Convergència. C’s recoge esa tesis para desgastar al PP. “El 0,6% del censo no puede condicionar la política”, decía el lunes.

Esta estrategia llega en puertas de las elecciones municipales y autonómicas de 2019, donde C’s aspira a quitarse la espina de su inexperiencia en la gestión y quiere gobernar en alguna capital o comunidad autónoma. Su plaza más relevante es la alcaldía del municipio andaluz de Mijas. En paralelo, ha elevado el listón en la negociación de las Cuentas y amaga con romper el pacto de investidura de Rajoy. Ayer mismo, Rivera lanzó un ultimátum asegurando que se le agota la paciencia, y pidió el cese de la senadora popular Pilar Barreiro, salpicada por el caso Púnica, para negociar las Cuentas. Además, exigió a Rajoy que aclare si va a impedir que se tramite el estatus. “Estamos hartos de pedir perdón por ser españoles, por querer igualdad y por defender que todos decidimos lo que pasa en España, no por barrios”, dijo.

A estas alturas, el PNV no descarta una prórroga. Los jeltzales, además, no comenzarán a negociar mientras siga vigente la aplicación del artículo 155 de la Constitución española y la intervención del autogobierno catalán. No obstante, el principal problema de Rajoy no es tanto la posición de los cinco escaños del PNV, sino un obstáculo previo: el principal partido para articular una mayoría, C’s. Llegados a este punto, Rajoy preparaba el terreno la semana pasada admitiendo que la prórroga es posible, y le quitaba hierro asegurando que, en realidad, 2018 ya está funcionando con una prórroga automática de las Cuentas de 2017 desde el mes de enero, y ese proyecto, a su juicio, es bueno.

¿Cómo afectaría esta prórroga a la estrategia del PNV? Nunca ha ocultado su intención de influir en Madrid para lograr todas las transferencias pendientes. Es consciente de su posición de influencia en el Congreso y de que esta oportunidad podría no volver a presentarse en años. No obstante, tampoco estaba claro que ahora pudiera materializarse un acuerdo o, siquiera, una negociación: nada garantiza que Madrid levante el artículo 155 como exige el PNV antes de iniciar conversaciones, y genera incertidumbre la posición que podría tener C’s y cómo condicionaría a Rajoy a la hora de pactar competencias.

31 de marzo Rajoy se dará de plazo hasta el 31 de marzo para lograr un acuerdo. Si no lo hace, extenderá la prórroga y su legislatura podrá aguantar, al menos, hasta el próximo año 2019. Ese año será crítico porque van a acumularse numerosas citas con las urnas en junio: elecciones europeas, municipales (y forales en la comunidad autónoma vasca), y las autonómicas en todo el Estado, salvo en la CAV, Catalunya, Galicia y Andalucía. En función del devenir de los acontecimientos, el PP podría hacer coincidir las generales con esas elecciones, esperar hasta finales de 2019, o prolongar el mandato hasta 2020.

Precisamente esta semana, una encuesta de ABC auguraba la victoria de C’s en la ciudad de Valencia, un feudo del PP venido a menos por los casos de corrupción. El CIS prevé que supere a Podemos en las generales.

Presupuestos estatales. Rajoy se ha dado de plazo hasta el 31 de marzo para intentar un acuerdo con la oposición. Necesita a C’s, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Es probable que el partido de Albert Rivera deje caer las Cuentas y fuerce una prórroga. Rajoy ya ha preparado el terreno asegurando que no sería tan preocupante, y que la economía puede crecer con las Cuentas prorrogadas hasta 2019.

Año electoral. El próximo año 2019 estará marcado por la pugna electoral descarnada. En junio coincidirán las elecciones europeas, las municipales en todo el Estado, las forales vascas, y las autonómicas en todos los territorios salvo la CAV, Catalunya, Galicia y Andalucía. Ciudadanos aspira a conseguir alguna plaza relevante. Hasta la fecha, su principal bastión es la alcaldía del municipio andaluz de Mijas. Es un hecho que le puede pasar factura en las elecciones generales de finales de 2019 o 2020, porque el PP va a exprimir el argumento de la falta de experiencia de Ciudadanos en la gestión de las instituciones, y también defenderá que votar al partido naranja es tirar la papeleta a la basura, sobre todo después de que ganase las elecciones en Catalunya y no quisiera presentarse a la investidura por su falta de apoyos.