Washington/Davos - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ayer estar dispuesto a entrevistarse “bajo juramento” con el fiscal especial Robert Mueller, quien lidera las investigaciones sobre la posible injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016 donde el magnate resultó vencedor. “Estoy deseando que llegue. Lo haría bajo juramento. Me encantaría hacerlo lo antes posible”, afirmó el mandatario al ser preguntado por un grupo de periodistas en la Casa Blanca. Trump indicó además que espera hablar con Mueller en las próximas dos o tres semanas, pero advirtió que los detalles están siendo resueltos por sus abogados.

El presidente también dijo que no recuerda haber preguntado al subdirector del FBI Andrew McCabe a quién había votado en las elecciones de 2016, en alusión a una información publicada por el diario The Washington Post que asegura que el magnate cuestionó al alto funcionario sobre sus tendencias ideológicas. Según el diario, que cita varias fuentes bajo condición de anonimato conocedoras de lo ocurrido, McCabe afirmó que no votó. Trump, además, también expresó su enfado hacia McCabe por los varios cientos de miles de dólares en donaciones que su esposa, demócrata, recibió para su fallida candidatura al Senado estatal de Virginia en 2015 por parte de un comité de acción política controlado por un amigo cercano de Hillary Clinton, su antigua rival electoral.

La interacción, que supuestamente tuvo lugar el año pasado, podría ser de interés para Mueller, quien está investigando si el presidente buscó obstruir la investigación federal sobre la presunta intromisión electoral de Rusia. En los últimas días han aumentado los rumores sobre una posible entrevista de Mueller a Trump, a la vez que el equipo del fiscal especial está estrechando el cerco al interrogar a personas cercanas a su círculo e incluso su gabinete, como el fiscal general, Jeff Sessions. “Veremos qué sucede”, dijo Trump a principios de este mes cuando se le preguntó si se comprometería a testificar. El presidente agregó en ese momento que le parecía “poco probable tener incluso una entrevista”, ya que, hasta la fecha, no se ha demostrado ninguna connivencia con Rusia.

Nuevo frente para el presidente Pero si este asunto le persigue desde su elección, Trump va abriendo abriendo cada día nuevos frentes. El presidente de Estados Unidos amenazó ayer con suspender la ayuda a los palestinos y reprochó a los dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina el haber “faltado al respeto” al vicepresidente estadounidense, Mike Pence. “El dinero está sobre la mesa y nunca lo estuvo”, advirtió Trump tras su encuentro en la estación alpina de Davos con el primer ministro de Israel, Benjamin Natanyahu. De acuerdo con la versión de las declaraciones facilitada a los medios, el presidente estadounidense manifestó que podrían ser retenidos más fondos para los palestinos si sus dirigentes no vuelven a la mesa de negociación y no muestran respeto. “Le faltaron al respeto a nuestro gran vicepresidente”, dijo Trump en referencia a la negativa del presidente palestino, Mahmud Abbas, a recibir a Pence durante el viaje que éste realizó recientemente a la región.

Trump reiteró asimismo su deseo de paz y argumentó que, al eliminar la cuestión de Jerusalén -en alusión al anuncio por Estados Unidos de que reconocerá la ciudad como capital de Israel-, se había eliminado un obstáculo. Añadió, no obstante, que Israel “pagará” por obtener esa concesión por adelantado.

Trump y Netanyahu celebraron ayer una reunión bilateral en una sala del centro de conferencias donde se celebra la reunión anual del Foro Económico Mundial, ante el que intervendrá hoy viernes el presidente estadounidense. Al encuentro asistieron, del lado de EEUU, el yerno del presidente y consejero presidencial, Jared Kushner; el secretario de Estado, Rex Tillerson; el asesor presidencial adjunto para comunicaciones estratégicas, Michael Anton, y el consejero de Seguridad Nacional, el teniente general HR McMaster.

“feo y ficticio” Trump dio también instrucciones a su embajadora en Naciones Unidas, Nikki Haley, para que acusara acusó, además, al presidente palestino, Mahmud Abbas de usar un “feo y ficticio pasado” para señalar a Israel como un “proyecto colonial diseñado por poderes europeos”. “Un discurso que cae en indignantes y desacreditadas teorías de la conspiración no es el discurso de una persona con el valor y la voluntad de buscar la paz”, subrayó Haley.

Tras las palabras de Trump, Palestina aseguró ayer en la ONU que no se plegará a “amenazas, intimidación o acciones punitivas” y seguirá manteniendo su oposición a la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. “No se puede poner un precio a los derechos y la dignidad de ningún pueblo”, defendió el embajador palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansur, en un discurso ante el Consejo de Seguridad. Aunque no le mencionó directamente, Mansur pareció responder en su intervención al presidente estadounidense, Donald Trump, quien ayer acusó a los dirigentes palestinos de haber “faltado al respeto” a su vicepresidente, Mike Pence, al negarse a recibirle. “Nuestra postura no pretende ser una falta de respeto y no debería ser traducida de esa forma por nadie”, dijo el diplomático. Al contrario, según Mansur, se trata de una posición “anclada en un pleno respeto” de la ley, la justicia y la igualdad, la Carta de Naciones Unidas y el consenso internacional sobre los parámetros de una solución pacífica al conflicto palestino-israelí.

En los últimos días, Washington ya anunció la congelación de parte de los fondos que preveía aportar este año a la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) y confirmó su intención de trasladar a Jerusalén su embajada en Israel. - Efe