GASTEIZ - El PP puso ayer sobre la mesa unas condiciones para la negociación de los Presupuestos vascos que, en principio, alejan la posibilidad de un acuerdo con el Gobierno de Iñigo Urkullu. El presidente de la formación, Alfonso Alonso, confirmó los temores del Ejecutivo vasco: condiciona su respaldo a que se reformule el pacto fiscal entre el PNV y PSE en su punto más delicado y políticamente complejo, el Impuesto de Sociedades. Pidió una rebaja contundente para pasar del 28% actual a un 25%. Además, plantea una bajada más acusada y específica en el caso de las pymes (23%) y las microempresas (19%). Este planteamiento es inasumible para los socialistas, y tampoco es sencillo de gestionar a nivel interno para el PNV, donde cada diputación tiene unas necesidades fiscales determinadas y hay matices en los mensajes públicos, del mismo modo en que el consejero Pedro Azpiazu tiene su propia opinión.
Alonso compareció ayer ante los medios de comunicación en Bilbao para recriminar a los dos partidos que hayan incumplido el acuerdo presupuestario de este año. El PP facilitó la aprobación de los Presupuestos de 2017 a cambio de introducir partidas por un discreto valor de 29 millones de euros, pero la trascendencia política del pacto radicaba en el compromiso que había arrancado para que la reforma fiscal no se tradujera en una subida de impuestos a las rentas medias y bajas, y para que el Impuesto de Sociedades se replantease con el objetivo de favorecer el empleo y la competitividad. Ese planteamiento genérico se traducía para el PP en una bajada de impuestos, sobre todo para las empresas. Alonso cree que se ha incumplido, y alerta de la crisis de confianza que se ha generado para abordar la negociación de las Cuentas de 2018. Aunque evitó cerrar la puerta al diálogo, avisó de que será muy complicado entrar a negociar las partidas del gasto, cuando no hay un acuerdo en el capítulo de los ingresos.
Los socios de gobierno, PNV y PSE, han pactado dejar el impuesto en el 28%, y han eliminado algunas deducciones para evitar que las empresas hagan ingeniería jurídica y terminen pagando menos de lo estipulado. La reforma debe aprobarse en las Juntas Generales de los tres territorios de la comunidad autónoma, y en Araba necesitan un tercer socio.
Fuentes de la Ejecutiva del PNV consultadas ayer por este periódico optaron por la discreción y no precisaron si la propuesta del PP es asumible o no. Sobre la posibilidad de abrir a partir de ahora una segunda negociación entre las ejecutivas de los partidos para buscar un tercer socio en la reforma fiscal, aclararon que no va a producirse una negociación de ese rango y remitieron al procedimiento habitual de tramitación y acuerdo en las Juntas Generales. Aseguran que no mezclarán esta cuestión con la negociación presupuestaria. En los últimos tiempos, los acuerdos económicos en Álava se han suscrito con EH Bildu, aunque las relaciones tampoco atraviesan por su mejor momento y algunos movimientos de la coalición abertzale hacen recelar al PNV sobre su voluntad de pactar. En ese sentido, el presidente del PNV de Álava, José Antonio Suso, afirmó ayer que la reforma fiscal podría verse “retocada” para tratar de lograr el apoyo del PP o EH Bildu, informa Europa Press.
Alonso vio ayer un “incumplimiento grave” de lo pactado y realizó un llamamiento para “restaurar la confianza” antes de dialogar sobre las Cuentas. La votación de las enmiendas a la totalidad tendrá lugar en un mes, el 11 de diciembre, y esa es la fecha límite para desactivar al menos el veto de un partido de la oposición. A juicio del popular, el incumplimiento que detecta en materia fiscal “es grave y medular” porque era la cláusula más importante del acuerdo presupuestario. “Nos parece muy difícil, sin compartir la política de ingresos, poder llegar a ningún acuerdo en la política de gastos. Nos parece muy difícil renovar la confianza cuando no se cumplen los acuerdos que hemos adoptado hace muy pocos meses”, avisó. También volvió a proponer una rebaja del IRPF para las rentas medias y bajas.
Según dijo, la propuesta que han presentado los dos partidos “va diametralmente en contra de la letra y el espíritu del acuerdo” suscrito entre el PP, el PNV y el PSE. Por ello, llevará a las tres Juntas Generales su propia propuesta. Del resultado de ese trámite dependerá que se restaure o no la confianza en el Gobierno Vasco para negociar las Cuentas.
apoyos en madrid El contexto en esta negociación presupuestaria es muy diferente. En las conversaciones sobre las Cuentas de este año, el PP mostró una disposición absoluta a negociar, sin plantear condiciones de máximos y aceptando el marco de ingresos y gastos. En ese momento se interpretó que, en realidad, aspiraba a que el PNV le correspondiera en Madrid, aprobando los Presupuestos de Rajoy. Los jeltzales, sin embargo, no van a entrar en ninguna negociación presupuestaria con el Gobierno español mientras mantenga la intervención de la autonomía catalana. Es un factor que puede influir en la posición de Alfonso Alonso en esta ocasión.
El Gobierno Vasco, por su parte, espera que el PP pueda modular su posición sobre la reforma fiscal, que proponga un cambio de manera gradual, o bien que se ciña a la negociación presupuestaria propiamente dicha, sin plantear cuestiones adyacentes sobre el nivel de ingresos. Alonso, sin embargo, avisó ayer de que será difícil que el PP entre en una negociación sobre el reparto del dinero entre las distintas partidas cuando no hay un acuerdo sobre la forma en la que se recauda.
Impuesto de Sociedades. Rebajar el tipo desde el 28% actual al 25%. La rebaja sería más acusada en el caso de las pymes (23%) y las microempresas (19%).
Acuerdo de 2017. Alonso denunció ayer que el acuerdo presupuestario de 2017 se ha incumplido en la reforma fiscal, pero también en el apoyo a las familias, la formación profesional dual, la escuela infantil concertada, las líneas 4 y 5 del metro, y la racionalización de la administración vasca.
La tramitación. La reforma fiscal pactada entre PNV y PSE debe aprobarse en las Juntas Generales de los tres territorios. En Álava no tienen la mayoría necesaria y precisan de un tercer socio. El PNV remite al PP a esta tramitación, y no activará una negociación a nivel de ejecutivas ni tiene intención de vincularla con las conversaciones presupuestarias. Los jeltzales apuestan por la discreción y no valoran de momento si la propuesta es asumible.