MADRID - La tensión de los últimos días ha dado pie a la euforia en el PP. La tardanza en tomar decisiones de Rajoy y el temor a las consecuencias de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya habían generado una preocupación que ha desaparecido tras su puesta en marcha sin apenas resistencia. Hasta el punto de que algunos de sus dirigentes, envalentonados, hablan abiertamente ya de aplicarlo en otros territorios. “El 155 es un aviso para navegantes”, apuntaba ayer el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, en una entrevista en el diario El Mundo.

El portavoz del PP avanzaba así que “el 155 es un punto de inflexión para la estado autonómico en España” y también “para la deriva nacionalista en Cataluña y en otras regiones que lo pudieran intentar”, porque es “la forma de visualizar que la democracia española tiene mecanismos de defensa y que con normalidad y preceptos constitucionales se puede preservar la unidad territorial y, sobre todo, la igualdad de derechos y obligaciones de los españoles”. “El 155 es un aviso a navegantes: si hay un desafío secesionista, con la mayoría que sea, no va a triunfar. El 155 va a subrayar que si alguien quiere la independencia tiene que buscarla a través del proceso legal que todos nos dimos y que está en la Constitución”, apuntó.

En los últimos días, han sido varios dirigentes del PP los que han apuntado el artículo 155 como garantía de la unidad de España y, en su caso, como arma de intervención en las comunidades que puedan salirse del marco institucional. Una línea lo suficientemente difusa como para dar paso a la discrecionalidad, y que ha levantado ya las primeras suspicacias. La semana pasada el Parlamento foral ya avanzaba su voluntad de “defender el autogobierno” en caso de que se planteen posibles recortes. Un escenario que ahora mismo no está en el horizonte, pero al que también han apuntado tanto PP como UPN, alertando de que en un futuro podría ser necesario tomar medidas también en Navarra.

devolución del autogobierno En lo que ya no hay discusión es en la supresión de la autonomía, que asume incluso el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Para Millo, las elecciones del 21 de diciembre son una “gran oportunidad para que todo el mundo pueda opinar su opinión libremente y democráticamente” y devolver el autogobierno y las instituciones autonómicas al conjunto de los catalanes. El delegado del Gobierno aseguró que “todo el mundo puede defender sus ideas, pero que hay que hacerlo dentro de los cauces de la Constitución”. “Lo que no podía permitirse es que una minoría imponga su voluntad sobre el resto. Todas las ideas son legítimas, pero dentro de la democracia, respetando la ley, que es lo que garantiza el Gobierno de España”, defendió. - DNA