Seúl - El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, dijo ayer que su país prioriza el uso de la diplomacia con Corea del Norte, pero que no dudará en ofrecer una “respuesta militar masiva” ante un eventual ataque nuclear de Pyongyang. El máximo responsable del Pentágono finalizó con estos términos su visita de dos días al país asiático para participar en la reunión consultiva anual en materia de Defensa de los dos países, tras la que quiso matizar sus conciliadoras palabras del viernes en la zona desmilitarizada (DMZ), donde afirmó que EEUU no busca la guerra.
“No se equivoquen, cualquier ataque a EEUU o a sus aliados será derrotado”, dijo Mattis en una rueda de prensa junto a su homólogo surcoreano, Song Young-moo, donde afirmó que cualquier ataque nuclear “encontrará una respuesta militar masiva” y que EEUU tiene “muchas opciones militares” diseñadas para reforzar la diplomacia y la disuasión.
Mattis trató durante su estancia en el país asiático de rebajar la tensión disparada entre Washington y Pyongyang por el beligerante intercambio de acusaciones entre ambos, en el que Corea del Norte ha asegurado que su desarrollo nuclear busca contrarrestar al de EEUU En este sentido, el secretario estadounidense de Defensa insistió ayer en que Corea del Norte ha acrecentado sus amenazas y acelerado sus programas de armas “innecesariamente”, y que su país solo quiere lograr la “completa, verificable e irreversible” desnuclearización del régimen, “que es el único camino para su supervivencia”.
Mattis advirtió de que, en caso de ataque, el Ejército norcoreano no sería rival para la defensa combinada de Washington y Seúl, e indicó que los aliados seguirán tratando de “hacer entender a Corea del Norte que no puede lograr los fines que busca a través de su comportamiento provocador”. El secretario de Defensa estadounidense fue más allá al asegurar: “No puedo imaginar una situación bajo la cual Estados Unidos pueda aceptar a Corea del Norte como una potencia nuclear”, una de las reiteradas demandas del régimen que lidera Kim Jong-un.
El veterano militar estadounidense consideró que seguir por el mismo camino y con su desarrollo armamentístico será a la larga “contraproducente” para Pyongyang y “reducirá su seguridad”. Los continuos ensayos de armas de Pyongyang, incluida su sexta y más potente prueba nuclear del 3 de septiembre y el lanzamiento de dos misiles intercontinentales, incrementaron la tensión en la región hasta cotas inéditas y son uno de los motivos que los aliados esgrimieron ayer para ampliar su despliegue estratégico en la región. Seúl y Washington acordaron expandir el “despliegue rotatorio” de activos estratégicos estadounidenses -como submarinos, portaaviones o bombarderos- y seguir promoviendo las maniobras conjuntas y actividades de entrenamiento para mejorar sus capacidades combinadas ante cualquier ataque, según recoge su declaración conjunta.
Mattis se mostró, no obstante, en contra del despliegue de armas nucleares tácticas en Corea, como han demandado algunos parlamentarios surcoreanos, alegando que podría tener un afecto adverso para los esfuerzos globales por la no proliferación. El máximo exponente de este movimiento, la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) -una coalición de ONG de un centenar de países entre los que no está EEUU-, fue precisamente reconocida este año con el Nobel de la Paz por alertar de las consecuencias de su uso y buscar un tratado que las prohíba.
Silencio armamentístico Estados Unidos y Corea del Sur también acordaron ayer seguir estudiando la devolución a Seúl del control operativo de sus tropas (OPCON), actualmente en manos del Pentágono, y que Corea del Sur considera importante recuperar en el actual contexto en la región. La visita de Mattis sirvió de preámbulo a la del presidente estadounidense, Donald Trump, quien el 7 de noviembre se reunirá con su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, para abordar el problema norcoreano, en un momento en el que la tensión se ha rebajado tras el silencio armamentístico de la Corea del Norte de Kim Jong-un que se prolonga ya casi mes y medio. - Efe