Bilbao - Confebask organizó ayer “un acto de recuerdo y justicia” hacia el empresariado vasco que ha sufrido en primera persona la violencia de ETA legando un trágico balance de 49 asesinados, 52 secuestrados y decenas de miles de extorsionados en cuatro décadas. Ayer se cumplían seis años del cese definitivo de la actividad de la organización armada y la patronal zanjó una deuda histórica en forma de reconocimiento al colectivo. En un emotivo acto en el palacio Euskalduna de Bilbao, recordaron que pese “al dolor injusto e irreparable, la amenaza y el acoso, tanto personal como familiar, sufrido demasiados años”, el colectivo empresarial resistió mostrando “compromiso con este país creando riqueza, empleo y bienestar para todos.

“Es un acto de de recuerdo y de justicia”, valoró el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga. “Estábamos obligados a hacerlo, por todos vosotros, por los que nos faltan, por los que nos arrebataron”, sostuvo, durante la lectura de una declaración institucional en la que estuvo acompañado de los presidentes de las patronales territoriales -Cebek, Iñagi Garcinuño; SEA, Pascal Gómez; y Adegi, Pello Guibelalde- y 400 invitados entre los que hubo una nutrida representación política. Larrañaga aseguró que el colectivo empresarial vivió “en silencio y muchas veces en soledad, el rechazo, la estigmatización y el señalamiento de una parte de nuestra sociedad”, a pesar de que la mayoría “resistió”. “¿Para qué tanto sufrimiento?, ¿para qué tanto dolor?, ¿para qué tantas ausencias y vacíos?”, se cuestionó. Frente a esa “amenaza y la extorsión, dolor y el rechazo, la gran mayoría del empresariado vasco ha continuado durante esos años trabajando en sus empresas y viviendo en nuestros pueblos y en sus casas con sus familias”. Sin embargo, la sociedad vasca es conocedora de que “hemos demostrado siempre nuestro compromiso con este país y que, a pesar de todo lo vivido, hemos creado riqueza, empleo y bienestar para todos”.

Pese a las duras vivencias padecidas y el llamamiento a no dejar caer en el olvido no solo a los empresarios víctimas de ETA “si no a todos los que han padecido su violencia”, Confebask lanzó un mensaje de ilusión de cara al devenir. “Ilusión, esperanza y fe”, enumeró Larrañaga para mirar” al presente y al futuro con ilusión y esperanza. También con la confianza de que los próximos años serán mejores para todos: con crecimiento económico, mejora del empleo y bienestar para todas las personas que formamos Euskadi”, abundó.

“No olvidamos el sufrimiento” En similares términos se explayó el lehendakari, Iñigo Urkullu. Tras ensalzar el valor de “las personas y familias que sufrieron lo indecible durante décadas”, Urkullu apostó por hacer pedagogía de la memoria mediante una valoración “crítica” del pasado. “Durante décadas ETA asesinó, amenazó, extorsionó, secuestró y acosó. No vamos a olvidar el sufrimiento de estas víctimas y su padecimiento, muchas veces en soledad y silencio”, afirmó. Aún así, el colectivo empresarial supo vencer a través de “la perseverancia y la firmeza en la defensa de los principios éticos y los valores democráticos”

“Se trata de crímenes que se ampararon en la perversión de considerar que matar o atacar a un semejante era un medio legítimo para obtener fines políticos”, puntualizó para a continuación echar la mirada a un fugturo en el que “nunca más, nada, ninguna razón ni causa política deben situarse por encima del valor de los derechos humanos, la dignidad de la persona y de la vida”. “ETA se ha acabado, no tiene presente ni futuro en nuestra sociedad. Tiene una enorme deuda con el pasado y debe disolverse de forma unilateral, efectiva y definitiva”, concluyó.