Washington - El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dimitió de su cargo por discrepancias con el presidente Donald Trump, lo que agudiza la crisis del Gobierno de Estados Unidos, confirmó una fuente del Ejecutivo. El secretario de prensa de la Casa Blanca presentó su dimisión al magnate después de que este nombrara al empresario neoyorquino Anthony Scaramucci como director de comunicaciones, una medida sobre la que Spicer le había expresado su profundo desacuerdo. Trump ofreció el puesto a Scaramucci ayer sobre las 10.00 horas (14:00 GMT) y pidió a Spicer que se quedara en su equipo, pero el hasta ahora portavoz de la Casa Blanca le insistió en que consideraba su decisión como un “grave error”, según una persona con conocimiento directo del intercambio que cita The New York Times.

El Gobierno de Donald Trump atraviesa serios problemas con la prensa, ya que además de los enfrentamientos directos que ha protagonizado, ha hecho pública en varias ocasiones su disconformidad sobre cómo la Casa Blanca gestiona su relación con los periodistas. A finales de mayo, Trump amenazó con poner fin a las ruedas de prensa del Ejecutivo, algo que no se ha materializado, aunque sí ha reducido considerablemente el número de encuentros de sus portavoces con la prensa, que ahora en su mayoría tienen lugar sin presencia de cámaras. Desde una Casa Blanca que ha llegado a argumentar que defiende “hechos alternativos” a los de la prensa, Spicer se ha quejado una y otra vez sobre la cobertura “negativa” y “desmoralizante” que, a su juicio, la mayoría de los medios generalistas hacen sobre Trump.

Tras meses de rumores sobre su posible salida del cargo, Spicer llegó a entrevistar a candidatos para sustituirle en la tarea de dar conferencias de prensa, aunque su objetivo era ocupar un puesto de mayor rango, relacionado con la estrategia comunicativa de la Casa Blanca, según múltiples informes de prensa. El presidente de EEUU, Donald Trump, también ha puesto en marcha una estrategia para tratar de desacreditar al fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, y su equipo, tras conocerse que están ampliando el alcance de sus investigaciones a las finanzas y negocios del magnate y su familia. Los abogados que trabajan para Trump elaboran una lista con posibles conflictos de interés en el equipo de Mueller, un exdirector del FBI cuyo prestigio e independencia han alabado tanto demócratas como republicanos, con el objetivo de apartarlos de la pesquisa o cuestionar los resultados que presenten, según el diario The New York Times.

Rebuscando Los abogados del presidente rebuscan entre los casos y clientes pasados de la docena de fiscales que integran el equipo de Mueller y analizan las donaciones que algunos hicieron a políticos demócratas, agrega el periódico.

Los ciudadanos tienen que saber “las motivaciones políticas” de ese equipo de fiscales, ya que se trata de “información relevante”, y si eso “les predispone de una manera u otra en la investigación está por verse”, defendió ayer en declaraciones a la cadena Fox la consejera presidencial Kellyanne Conway.

En la misma línea, el legislador republicano Chris Collins, partidario de Trump desde los inicios de su campaña, comentó en la cadena CNN que no es más que una “práctica estándar” ante “potenciales litigios”. La investigación que lidera Mueller es sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de noviembre en EEUU y la posible colaboración entre la campaña de Trump y el Kremlin para tratar de influir en el resultado.

Pero en las últimas horas ha trascendido que Mueller también está investigando las finanzas y los negocios del magnate y su familia previos a su llegada a la Casa Blanca. Entre los negocios que supuestamente investiga Mueller está la venta en 2008 de una mansión en Palm Beach (Florida) a un oligarca ruso por 95 millones de dólares, de acuerdo con varios medios. El miércoles, durante una entrevista con The New York Times, el propio presidente dijo que el fiscal especial debe centrarse en la supuesta injerencia rusa y los presuntos vínculos con su campaña, al alertar de que extender las indagaciones a las finanzas de la familia Trump sería una “violación” de su mandato.

Trump “está dejando claro que el fiscal especial no debería salirse del ámbito de la investigación”, enfatizó ayer la portavoz adjunta de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

En el marco de la investigación de la trama rusa, el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, comparecerá la semana próxima a puerta cerrada ante el Comité de Inteligencia del Senado, mientras que el hijo mayor del presidente, Donald Jr., y su exdirector de campaña Paul Manafort lo harán en una audiencia pública ante el Comité Judicial.

Kushner y Manafort estaban también presentes en la reunión que el primogénito de Donald Trump mantuvo en junio de 2016 con una abogada rusa de la que esperaba recibir información comprometedora sobre la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, supuestamente obtenida por el Kremlin.