bilbao - El Gobierno Vasco y el español llegaron ayer a un acuerdo que va a garantizar la paz en sus relaciones financieras para toda la legislatura. El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, ofrecerá hoy los detalles del pacto, que abarca tres vertientes: la Ley Quinquenal que fijará los criterios para calcular el Cupo hasta 2021, los objetivos de déficit de las instituciones vascas, y algunas modificaciones del Concierto Económico en materia de concertación de impuestos. La firma oficial y el apretón de manos entre Azpiazu y el ministro Cristóbal Montoro tendrá lugar el miércoles en el seno de la Comisión Mixta. Tal y como adelantó este periódico, estos días se esperaba la firma inminente del acuerdo, solo quedaban unos flecos, y fuentes del departamento aseguran que no habrá sorpresas en el contenido que presentará hoy Azpiazu.
Más allá de los detalles técnicos de un pacto que se daba por hecho, el Gobierno Vasco le concede un gran valor político porque garantiza la paz fiscal para toda la legislatura. La Ley Quinquenal fijará claramente el método de cálculo del Cupo, el dinero que paga Euskadi al Estado por competencias no transferidas como la Corona, el Ejército, los puertos y los aeropuertos. Se va a evitar que año tras año haya un tira y afloja a cuenta de las liquidaciones y que el cómputo quede al albur del criterio que aplique de manera unilateral Madrid.
Para el Gobierno Vasco es un avance para consolidar la relación bilateral, de igual a igual, con el Ejecutivo de Rajoy. Los cimientos para construir este entendimiento se colocaron en mayo, en la negociación de los Presupuestos estatales de este año. Rajoy necesitaba los votos del PNV, y esa necesidad actuó como palanca para superar un desencuentro que llevaba años coleando. Resolvieron el conflicto de las liquidaciones pendientes de los últimos diez años con la devolución de 1.400 millones a la comunidad autónoma, pero el lehendakari también pidió evitar que este conflicto se repitiera y solicitó una nueva Ley Quinquenal que sustituyera a la actual, vencida desde 2011. Para redactarla se ha tomado como año base el Cupo de 2017, unos 945 millones. En cuanto al límite de déficit al que deberá ajustarse el Gobierno Vasco, las fuentes consultadas apuntan que será del 0,4% para el próximo año, y del 0,1% para 2019. Esta meta es más flexible que la pactada por ambos gobiernos en mayo, cuando previeron un 0,3% y un 0%. No obstante, Montoro ha revisado los cálculos para todas las comunidades para darles una décima más de margen.
La sintonía para concretar los compromisos adquiridos en la negociación presupuestaria de mayo es absoluta. Este acuerdo se suma a la reunión del miércoles para cerrar la encomienda de gestión de la variante sur ferroviaria. La concordia se entiende a la luz de la minoría parlamentaria de Rajoy, que espera contar con el PNV para los Presupuestos del próximo año, una negociación que comenzará en septiembre y donde da por perdido al PSOE. Esta semana, los jeltzales dieron sus votos al techo de gasto, un trámite que para el PNV carece de valor político, aunque su relevancia radica en que permitirá a Rajoy pasar a la siguiente pantalla y presentar los Presupuestos.
El único hito que queda para ratificar la Ley Quinquenal es su votación en el Congreso de los Diputados a la vuelta del verano. Tras unos primeros momentos de incertidumbre por las voces críticas del PSOE, la controversia parece reconducida y no se pone en duda la aprobación de la ley, a pesar del anunciado voto en contra de Ciudadanos. La voz más crítica dentro del socialismo era la del presidente valenciano, Ximo Puig, que enterró el hacha de guerra tras reunirse con el lehendakari. Además, Pedro Sánchez lidera el PSOE haciendo bandera del Estado plurinacional. El propio Sánchez se reunirá el jueves con Urkullu. A todo ello se suma que un vasco, el exlehendakari Patxi López, lleva las riendas de la política territorial en la ejecutiva socialista.