madrid - Apenas 24 horas después de asegurar en una entrevista a El Mundo que iba a continuar con su trabajo “contra viento y marea”, el fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, presentó ayer su renuncia irrevocable. La renuncia fue aceptada por el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, pese a que éste defendió a capa y espada la actuación de su subordinado considerando que el hecho que de fuera partícipe de una sociedad con sede en Panamá no era motivo suficiente para apartarlo del cargo. Esta defensa a ultranza de Moix originó que los partidos de la oposición, comenzando por Ciudadanos, sostén del Ejecutivo del PP, reclamaran que tras la renuncia del fiscal Anticorrupción, que “llega tarde y mal”, también abandonen sus cargos tanto el propio Maza como el ministro de Justicia, Rafael Catalá.

La dimisión/renuncia/cese de Moix estaba cantada desde que la víspera el Gobierno español abandonara a su suerte al fiscal jefe de Anticorrupción dejando su futuro en manos del fiscal general del Estado. A primeras horas de la mañana José Manuel Maza anunciaba la “renuncia irrevocable” de Moix pese a que Maza consideraba que no había cometido ninguna irregularidad y avalara el trabajo realizado por su subordinado. “He podido constatar de manera absoluta que en su comportamiento no ha existido ningún tipo de irregularidad ni de ilegalidad”, señaló Maza.

Con respecto a la empresa offshore que Moix mantiene en Panamá junto a sus tres hermanos, el fiscal general del Estado señaló que “es absolutamente regular porque su actividad se desarrollaba con total transparencia, comunicación a Hacienda y pagando los correspondientes impuestos”. Maza afirmó que pese a que intentó convencerle de lo contrario, no tuvo más remedio que aceptar su renuncia irrevocable. Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, expresó su respeto por la decisión “personal” tomada por Moix y reiteró que no ve motivo alguno para promover un cambio del fiscal general del Estado.

Una pieza más La renuncia de Moix, celebrada por las tres asociaciones de fiscales, abre un interrogante sobre la posición en la que quedan Maza y Catalá. Salvo las palabras laudatorias del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, que calificó a Moix de “gran fiscal y hombre justo”, el resto de partidos consideran que es una pieza más del engranaje de la cúpula judicial, por lo que reclamaron la marcha del fiscal general del Estado y del ministro de Justicia.

Así, desde Ciudadanos, el secretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas, aseguró que la dimisión de Moix “llega mal y tarde” y reclamó el cese de Maza por su respaldo a Moix y el de Rafael Catalá como responsable de Justicia. “Tarde y mal” fue también la expresión formulada por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para quien Moix se ha visto obligado a renunciar a su cargo obligado por la presión de los medios de comunicación.

A juicio del líder de Podemos, Pablo Iglesias, aunque “hayan entregado la cabeza de Moix”, no deja de ser “una pieza más en el engranaje de la trama”. La formación morada difundió un vídeo en el que recordaba que “a Moix lo puso Maza, fiscal general del Estado, un cargo nombrado por el ministro de Justicia, Rafael Catalá”. Por ello, exigió el cese de ambos. PDeCAT y EH Bildu se sumaron asimismo a la petición de dimisión. Para el diputado catalán Jordi Xuclà la defensa que realizó Maza de su subordinado le obliga a irse con él, mientras que el ministro de Justicia debía haber renunciado a su cargo cuando fue reprobado por la mayoría del Congreso. Por su parte, Marian Beitialarrangoitia aseguró que “la situación es insostenible” por lo que defendió que tras la renuncia de Moix, Maza y Catalá deben seguirle.