Dentro del descenso total de emisiones hay que destacar el de los óxidos de azufre (SOx, asociados al uso de combustibles fósiles en actividades industriales y transportes) con una disminución en estos 10 años del 62%; del óxido de nitrógeno (NOx, sustancias acidificantes) con una bajada del 34%; y del dióxido de carbono (CO2, causante del cambio climático) de un 27%.

En cuanto a la evolución de la calidad del aire, se constata el descenso de sustancias como el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO), “que ya han dejado de ser contaminantes prevalentes”, una tendencia observada en toda Europa. También se observa la progresiva reducción de la concentración de partículas PM10 (las que más bajan) y las PM2.5. Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2, asociado al tráfico) disminuyen de forma generalizada excepto en puntos con una concentración urbana importante, donde se mantienen.

vitoria - Hace cuatro décadas, Bilbao y su zona metropolitana recibieron la calificación de Zona de atmósfera contaminada; era la primera ciudad del Estado en colgarse esa medalla de roña, recompensa a un frenético pasado industrial. Fue hace solo 17 años cuando, por méritos propios, logró despojarse de aquella mustia condecoración para ser a día de hoy un ejemplo a nivel internacional de recuperación y regeneración ambiental. Pero no ha sido la capital vizcaína y su área de influencia la única demarcación que, en este tiempo, ha sido rehabilitada como punto limpio.

Ahí están los casos del Goierri guipuzcoano y de la Llanada alavesa que han dejado atrás los “importantes problemas de contaminación por polvos de óxido metálico” que presentaban sus cielos allá por los años 80 del pasado siglo XX. De hecho, tal y como subrayaba ayer Iñaki Arriola, consejero de Medio Ambiente, la reducción de los niveles de contaminación en la geografía vasca durante los últimos diez años ha sido “notable, con una clara tendencia positiva de los indicadores de calidad del aire”. El Perfil Ambiental de Euskadi muestra, por ejemplo, que el número de días calificados de “muy buenos”, “buenos” y “mejorables” son entre el 90% y el 100%.

Entre las causas que han contribuido a esa reducción de la polución se encuentran el descenso de emisiones industriales debido al cierre de fábricas, pero también el empleo de tecnologías más limpias, una normativa “más exigente” y una concienciación social (y empresarial) y administrativa “cada vez más importante”, refrendaba Arriola. Ahí están las Autorizaciones Ambientales Integradas (trámite previo a cualquier actividad), la regularización de focos para actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera, las licencias de actividad y los planes de inspección llevados a cabo desde las instituciones.

Persiste, no obstante, el problema de la contaminación atmosférica provocada por el tráfico de vehículos, asignatura pendiente de Euskadi, de Europa, de las administraciones y de las propias sociedades. Así lo expresaba Xavier Querol -investigador del CSIC-, presente en la exposición pública de las principales conclusiones del monográfico sobre la calidad del aire en Euskadi durante 2016. El tráfico urbano es el responsable más ilustre de la emisión de gases contaminantes [dióxido de nitrógeno] a la atmósfera. Por eso, a juicio de este experto, sería recomendable seguir la estela de algunas ciudades [Zurich, Estocolmo, Copenhague,...] y restringir de algún modo la circulación de vehículos y apostar por el transporte público. “El coche eléctrico -apostillaba- es una de las piezas clave, pero no va a resolver el problema”.

En una ciudad tipo -describía este investigador del CSIC-, el 60% del dióxido de nitrógeno procede del tráfico, y la diferencia con las emisiones de una central térmica o una industria es que los vehículos conviven con las personas. Los diesel serían, en su opinión, “los mayores generadores del problema”; y más en concreto, camiones, autobuses, taxis o furgonetas de reparto que “circulan doce horas al día” por los núcleos urbanos”. De ahí que, como ilustraba el consejero Arriola, a pesar de la positiva evolución registrada en estas décadas y de que “en los últimos cinco lustros no se han superado los límites”, el problema de la contaminación atmosférica sigue presente y afectando a diario a miles y miles de personas, principalmente en lo sanitario.

“No podemos bajar la guardia” sentenciaba, al tiempo que reconocía ese trabajo pendiente: reducir la contaminación provocada por el transporte. El monográfico -este ejercicio se está elaborando ya uno centrado en los residuos- así lo advierte también cuando se refiere a una “ligera tendencia descendente” en todas las zonas y a que tampoco se detectan problemas significativos de superaciones del umbral de alerta o límite horario.

Urbana y rural “La concentración media anual se mantiene en todas las zonas de calidad de aire por debajo del valor límite anual de 40 ?g/m3, siendo la zona de Donostialdea la que mayores concentraciones medias presenta y la de País Vasco-Ribera la que menores concentraciones medias anuales registra. Las estaciones de áreas rurales son las que registran concentraciones de NO2 [dióxido de nitrógeno] más bajas, mientras que las suburbanas y sobre todo las urbanas son las que presentan mayores concentraciones, pero sin superar los límites legales. En cuanto a las fuentes, se aprecia que el principal foco emisor de NO2 es el tráfico rodado”, reza uno de los capítulos del informe.

Otro de los aspectos analizados en el monográfico Perfil Ambiental de Euskadi es la concentración media anual de partículas PM10, que muestra una tendencia descendente en todas las zonas, “siendo Ibaizabal-Alto Deba” y “Bajo Nervión” las que más han acusado esta tendencia descendente. “Prácticamente en todos los años han presentado concentraciones medias de PM10 inferiores al valor límite anual [40]. Únicamente la zona Ibaizabal-Alto Deba presentó en 2005 una ligera superación (41,02 ?g/m3) del límite anual, que no se ha vuelto a producir”. La concentración de ozono [O3], otros de los aspectos estudiados, no muestra tendencias claras en ninguna de las zonas de Euskadi, si bien en los estudios de los últimos años se constata que, como en el resto del planeta, su concentración está muy relacionada con las diferentes condiciones meteorológicas presentes. “País Vasco-Ribera es la zona que suele presentar las medias anuales más altas de O3 en Euskadi, precisamente por ser una zona con un verano más seco y caluroso de tipo mediterráneo”.