donostia - El portavoz de Sortu, Arkaitz Rodríguez, criticó ayer la “muy desproporcionada” cobertura mediática sobre las últimas pintadas en una decena de sedes del PNV y por la basura que varios encapuchados en nombre de Ernai lanzaron el lunes en el exterior de la sede del GBB en Donostia, donde colgaron una pancarta en el que calificaron a los jeltzales de “mafiosos” y “basura”. “Nosotros no lo hubiéramos hecho”, reconoció el dirigente de Sortu sobre unos “hechos” que buena parte de la clase política rechazó y condenó durante el día de ayer.
Rodríguez denunció en primer lugar que es “un escándalo” que se eleven “esos hechos a categoría de ataque, poco menos que de atentado, porque a tenor de algunas de las portadas de determinados medios, pareciera poco menos que estamos en Alepo”.
En segundo lugar, el dirigente de Sortu enunció en una entrevista en Boulevard, de Radio Euskadi, que “esos hechos manifiestan un enfado popular importante en relación a ese asunto”, en alusión a la construcción de la incineradora que arrancará hoy en Zubieta de manera oficial.
En tercer lugar, quiso “dejar claro que Sortu entiende que la confrontación con el PNV debe dirimirse exclusivamente en términos dialécticos, de confrontación de las ideas”. “Fundamentalmente porque permite desviar la atención, como cortina de humo para que no estemos debatiendo de lo realmente importante”, aseveró Rodríguez, que entendió que tanto las pintadas de la semana pasada como el lanzamiento de basura ante la sede del GBB pueden servir para “eludir lo que debería ser el debate central en estos momentos, que es que el PNV ha optado por sostener un Gobierno corrupto, antidemocrático, antisocial y enemigo de la paz”.
Rodriguez reaccionó de una manera similar a la que lo hizo el viernes el secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, que en una comparecencia pública como portavoz de EH Bildu consideró que “el hecho grave es la apuesta política que ha hecho el PNV” y, avanzando que la coalición llevaría a cabo una “reflexión privada y pública” sobre las pintadas porque “merecen valoración política”, señaló que “hay un cierto interés en desviar el debate, y hacer que pase la pantalla del pacto y hablemos de otras cosas”.
Dentro de la propia coalición soberanista y en relación con el episodio del lunes, el secretario general de EA, Pello Urizar, consideró en Euskadi Irratia que “no es nuestro estilo, no nos gusta hacerlo así, y creemos que no es conveniente, porque, sumándonos al mensaje que quieren lanzar porque estamos en contra de la incineradora, la manera de hacerlo restan fuerza al mensaje”.
Tras las declaraciones de Rodríguez, el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, afirmó que no es “de recibo minimizar gestos de intolerancia y expresiones de violencia” que, a tenor del consejero, precisan de “una condena rotunda por parte de las instituciones” y “sería bueno que también por todas las fuerzas políticas sin paliativos, de manera que quedara claro que la apuesta compartida de todos apunta hacia una sociedad y un modelo de convivencia en el que ese tipo de expresiones de intolerancia no tengan ningún tipo de lugar”.
La Diputación de Gipuzkoa se sumó a esta línea argumental y su portavoz, Imanol Lasa, aseguró que “muchos de los portavoces de la izquierda abertzale demuestran tener puño de hierro para atacar las sedes de los partidos políticos y mandíbula de cristal cuando se les apela a condenar este tipo de hechos”. El portavoz foral consideró que, el hecho de que Sortu “no sea capaz de condenar este tipo de comportamientos, este tipo de hechos, es lamentable y muy triste que haya dado la orden de que las juventudes de su partido ataquen sedes políticas y pinten las sedes y batzokis, en este caso del PNV”.
Al igual que hizo el lunes, cuando requirió a Sortu “públicamente su opinión y posicionamiento” ante estos hechos firmados por Ernai, el PNV mostró ayer su “malestar” como partido ante unos ataques que responden a la situación interna de la izquierda abertzale. En esta línea, el secretario de Relaciones Institucionales del PNV, Koldo Mediavilla, aseguró en su blog que la formación jeltzale “va a perseverar en su intento de incorporar a la izquierda abertzale al nuevo tiempo de convivencia que necesita este país, por mucha basura, por mucha pintura y por mucha presión que se nos eche encima”.
“Limpiar la basura que alguien esparce en la puerta de tu casa resulta sencillo. Borrar las pintadas, también. Además, la basura puede y debe reciclarse. Lo que resulta más difícil de limpiar, de reciclar o de borrar son las conciencias de quienes siguen asumiendo que en la actividad política todo vale”, escribió Mediavilla, que sobre las declaraciones de Rodríguez señaló que “le ha faltado decir que solo eran las travesuras de unos jóvenes tras una verbena o botellón”.
Por su parte, el delegado del Gobierno español en la CAV, Javier de Andrés, también se alineó en el rechazo. “Aspiramos a que cualquier crítica se haga dentro del ámbito del respeto a las personas, los bienes, a la comunidad y a la convivencia”, dijo sobre unos ataques que atribuyó a “parte de una parte de esa sociedad vasca, que afortunadamente cada vez es más minoritaria, es ya marginal, a la que le cuesta aceptar las reglas de juego democrático”. En esta línea, valoró que “hoy en día, lo que antes era cotidiano ahora es excepcional, y es algo positivo que indica que vamos en el camino adecuado”.
Equo, formación contraria a la incineradora, rechazó y lamentó “este tipo de comportamientos agresivos”. Y en este mismo sector de oposición a la infraestructura, el portavoz de la plataforma más activa, GuraSOS, Joseba Belaustegi, afirmó que “no es el camino que nosotros proponemos. El de echar la basura encima de nadie, ni en las sedes de los partidos, ni los partidos en la ciudadanía”. Según señaló, “Gipuzkoa está cansada de ver la basura de un lado para otro, de verla colgada en los balcones o echada en una sede de un partido político”.