BILBAO - Hoy, 8 de abril, es el día llamado a certificar el desarme de ETA y la puesta de sus arsenales a disposición de la Justicia. Tras recibir la documentación con la localización de los zulos de manos de los intermediarios civiles de la organización armada, los verificadores internacionales liderados por Ram Manikkalingam la entregarán a las autoridades francesas para que puedan neutralizar las armas y queden así definitivamente fuera de uso y circulación.
La Comisión Internacional de Verificación (CIV) entregará el listado de los zulos y el armamento en un acto privado y de absoluta discreción, sin luz y taquígrafos, previsiblemente ante una de las más altas autoridades de la justicia francesa en París. A la lectura de estas líneas la entrega ya se habrá realizado, ya que, tal y como adelantó este diario el pasado miércoles, el encuentro entre el equipo de Manikkalingam y el representante galo iba a ser en la madrugada del viernes al sábado. En caso de confirmarse, el hecho de que la entrega de las coordenadas de la posición de los zulos sea en la capital de Francia denota un nivel de implicación destacado por parte del Estado francés. A partir de ese momento, las armas quedan bajo custodia francesa que tras posicionar los lugares de los escondites decidirá si los investiga de inmediato o se toma un tiempo.
Este será el primer acto de una jornada trepidante para los diversos protagonistas de la operación a ambos lados del Bidasoa. El foco estará puesto en Baiona, donde los intermediarios civiles, también conocidos como Artesanos de la paz, han habilitado su cuartel general para coordinar todas las actuaciones y la información sobre el desarme. Además, la capital de Lapurdi acogerá durante todo el día diferentes actos para enfatizar la relevancia del desarme y la necesidad de abordar las consecuencias del final de la violencia en Euskadi, entre ellas, la situación de los presos, el reconocimiento de las víctimas, la memoria y el relato y la disolución de ETA.
Una vez realizada la entrega, los verificadores internacionales se reunirán a las ocho de la mañana en Baiona con los Artesanos de la paz y con el presidente de la Mancomunidad de Iparralde (aunque con competencias limitadas la única institución que aglutina a los tres territorios vascos en suelo del Estado francés), Jean-René Etchegaray, así como con otros electos. Posteriormente comparecerán para ofrecer detalles sobre las operaciones de entrega y no se descarta que en ese marco o en otro hagan público el listado de los zulos y armamento entregados.
Para entonces el Gobierno Vasco ya se habrá retirado de la escena del desarme. El lehendakari Iñigo Urkullu estará desde primera hora toda la mañana en Bilbao en los actos de inauguración de la Línea 3 del metro. La valoración del Gobierno Vasco sobre la entrega la realizará, en principio, el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, a las 13.15 en Donostia.
Antes, a partir de las 10.30 de la mañana, arrancarán los actos públicos confirmados por los organizadores de la jornada con la proyección de un cortometraje sobre desarme del bordelés Thomas Lacoste Durante toda la mañana, además, habrá varias conferencias en las que participarán especialistas en resolución de conflictos. La plaza Paul Bert será el escenario donde a partir de las 15.00 los mediadores esperan compartir el final del desarme con una multitud.
Las partes implicadas confían en que las operaciones de desarme a varias bandas se desarrollen sin mayores problemas. Sin embargo, ayer los Artesanos de la paz que lideran Txetx Etcheverry y Michel Berhocoirigoin filtraron al diario Le Monde que enviarán desde esta madrugada voluntarios -civiles- de confianza a cada uno de los zulos para atestiguar la entrega de los arsenales y, de paso, escenificar in situ la participación de la sociedad civil hasta el último acto del desarme. El Gobierno Vasco ha intentado convencer a los mediadores sobre los riesgos que ello entraña para los voluntarios y para el desarme en general, pero sus intentos han sido inútiles. La entrega directa de las armas puede ser constitutiva de delito y cabe la posibilidad de que se produzcan detenciones, lo que enturbiaría la operación y acarrearía otros problemas.
Una de las mayores incógnitas del desarme es el volumen de la entrega de armas, ya que aunque nadie, ni la propia ETA, sabe con exactitud el monto de su arsenal. Una muestra tan minúscula como la de febrero de 2014 pondría en entredicho la credibilidad de la operación y arreciarían de nuevo las críticas para la organización armada, sus intermediarios, los verificadores y el Gobierno Vasco.
ETA habría “movido” las armas de los zulos que no estaban controlados por la Fuerzas de Seguridad para trasladarlas a sitios seguros con el fin de poner en manos de los verificadores el documento con la geolocalización. La banda también habría trasladado el armamento que tenía en casas de particulares para no comprometer a sus propietarios.
En todo caso, el número de armas a entregar, gran parte de las cuales estarán en desuso, no será importante, dadas las incautaciones realizadas en los últimos años por Francia y España, y porque la banda haya perdido el control de arsenales antiguos, de los que desconoce su ubicación. El pasado 20 de marzo, el primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, afirmó que la entrega debe producirse dentro del respeto de las reglas judiciales, aunque recordó que “ningún gobierno puede oponerse” a que armas usadas en actos violentos sean devueltas.
ARMAS ‘limpias’ Algunas fuentes judiciales apuestan por la posibilidad de que los mediadores o los verificadores entreguen a la policía francesa los geolocalizadores con la ubicación exacta de los arsenales, de forma que se consiga “blanquear” las armas para que los intermediarios no puedan ser vinculados directamente con ellas. Las armas que ETA ha utilizado para sus crímenes son guardadas habitualmente sin huellas y limpias, pero las trazas balísticas no se pueden modificar. “Si existe una vaina (casquillo) puede vincularse con el arma que ha disparado la bala, aunque lo más que se conseguiría sería abrir una línea de investigación, pero no necesariamente indicios suficientes como para ir a juicio”, dicen las mismas fuentes. Pese a todo, existen muchas dudas de que entre el armamento que ETA vaya a restituir se encuentre material utilizado en alguno de los 224 atentados que siguen sin resolverse.
Según el diario francés, la acción implicará desprenderse de “cientos de ametralladoras, fusiles de asalto, armas cortas, cientos de kilos de explosivos”. El arsenal sería “ocho veces más grande” que el localizado el pasado 16 de diciembre en Luhuso (Lapurdi), cuando cinco activistas de la sociedad civil fueron detenidos junto a una decena de cajas en las que se estima que ETA guardaba el 15% de sus armas. Las policía francesa y española aseguran conocer con precisión qué armamento operativo le queda a ETA. En España, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco abrió diligencias sobre la petición de la Fiscalía de cursar una comisión rogatoria a Francia para recabar información sobre el arsenal de armas.
Desarme total. La acción implica desprenderse de “cientos de ametralladoras, fusiles de asalto, armas cortas, cientos de kilos de explosivos y de detonadores”. En la operación frustrada el pasado 16 de diciembre en Luhuso (Lapurdi), los intermediarios civiles aseguraron que el material que iban a destruir entonces era el 15% del armamento total de ETA. En esta ocasión, aseguran que el arsenal entregado hoy será “ocho veces más grande”. La credibilidad de la operación pivota sobre el volumen, la cantidad, del armamento que aflore en el desarme.
Armas sin huellas. Algunas asociaciones de víctimas y el PP desconfían de que el arsenal entregado no haya sido alterado para evitar huellas y muestras de ADN que permitan esclarecer los 224 atentados pendientes de resolver que suman unos 300 asesinatos que siguen sin una autoría conocida. En todo caso, según apuntan los expertos, las armas usadas son guardadas sin huellas pero las trazas balísticas no se pueden modificar.