Londres - El Gobierno independentista escocés, liderado por Nicola Sturgeon, pidió ayer al Parlamento de Edimburgo apoyo para consensuar con el Ejecutivo británico los términos de un segundo referéndum secesionista en Escocia. Al presentar una moción ante la cámara escocesa, Sturgeon argumentó que la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, ha “ignorado” sus propuestas para que Escocia permanezca dentro del mercado único tras el Brexit, por lo que los escoceses deben “poder decidir su futuro”. La moción, que se votará hoy, “autoriza al Gobierno escocés a promover conversaciones con el Gobierno británico sobre los detalles de una orden al amparo de la sección 30 de la Ley de Escocia de 1998 para asegurar que el Parlamento escocés puede legislar para la convocatoria de un referéndum”.

El texto afirma que es el Parlamento escocés el que debe fijar la fecha, la pregunta y el censo electoral de la consulta, que se celebraría “entre el otoño de 2018, cuando habrá claridad sobre el resultado de las negociaciones sobre el Brexit, y cerca del momento en que el Reino Unido deje la UE, en la primavera de 2019”. Se prevé que la moción, titulada “La elección de Escocia”, sea aprobada con los votos del gobernante SNP y el Partido Verde, que suman 69 escaños de los 129 que tiene la cámara de Holyrood.

May adelantó la semana pasada que rechazará la petición de la líder independentista, al considerar que “ahora no es el momento” de realizar una segunda consulta, cuando el país debe estar “unido” para afrontar las negociaciones con Bruselas para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Sturgeon replicó ayer que, si el problema para el Gobierno central es el calendario, estaría dispuesta, “dentro de lo razonable”, a escuchar sus argumentos para fechas alternativas.

La dirigente escocesa recordó que su Ejecutivo tiene un “mandato democrático incuestionable” al haber ganado las elecciones de 2016 con un manifiesto en el que decía que convocaría un segundo referéndum, después del que perdió en 2014 con un 10% de diferencia de los votos, si se sacaba a Escocia “de la UE contra su voluntad”.

Ignorado sus propuestas También acusó a May de haber ignorado sus propuestas para garantizar que Escocia, que votó por la permanencia en la UE en el referéndum británico del pasado 23 de junio, mantenga el acceso al mercado europeo tras la salida del Reino Unido del bloque. “No ha habido ningún intento por parte del Gobierno británico de explorar estas opciones y hallar terreno común”, asguró. Ante la perspectiva de un “Brexit duro, Escocia afronta la elección “fundamental” de “qué país quiere ser”, sostuvo. “Como país, no podemos evitar el cambio. Pero podemos elegir qué tipo de cambio queremos”, declaró.

Votarán en contra de la moción presentada ayer el Partido Conservador escocés, la segunda fuerza política de la región con 31 escaños, el Partido Laborista, con 23, y los liberaldemócratas, con cinco diputados. Estas formaciones presentaron además sendas enmiendas en las que declaran que no debería convocarse un segundo referéndum de independencia, pues resultaría “divisorio” y “no hay interés” del pueblo.

Los tories escoceses, liderados por Ruth Davidson, señalan además que no debería organizarse un plebiscito sin “consentimiento político”, ante la eventualidad de que el Ejecutivo escocés pudiera impulsar uno sin el visto bueno de Londres. Davidson y la líder laborista en Escocia, Kezia Dugdale, acusaron a Sturgeon de usar el Brexit como “pretexto” para perseguir su objetivo separatista.

May anunció el lunes que el próximo 29 de marzo activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que dará inicio al periodo de dos años de negociaciones con la Comisión Europea.