BARCELONA. "Nunca se me hubiese ocurrido que todo lo pagase el Palau: Yo tenía dinero y mi marido también", ha explicado en su comparecencia, al citársele como responsable civil a título lucrativo por beneficiarse del desvío de fondos de su marido para pagar viajes personales y las bodas de sus hijas, entre otros gastos.

CON ÉL "MEJOR NO DISCUTIR"

Vallès ha asegurado que Millet llevaba toda la gestión económica familiar: "Con él era mejor no discutir. El mandaba y hacía todo. Yo pensaba que era dinero nuestro. Yo llevaba las cosas de casa, yo no llevaba nada".

Al preguntársele si ella tenía constancia de que una empresa en la que ella figuraba como administradora --Bonoyma-- le hacía facturas al Palau por servicios que no existieron, ella ha asegurado que no: "Ni en sueños. No tenía constancia, no tenía ni idea".

La mujer de Millet ha relatado que la pusieron a ella como administradora de esta empresa porque el asesor fiscal decía que estas compañías debían tener esta figura, pero ha dicho que sólo tenían un empleado que iba a "hacer números", aunque lo gestionaba su marido.

LA BODA

Sobre la boda de una de sus hijas, celebrada en el Palau con dinero de la entidad, Vallès declarado en la línea de lo que dijo su marido en su interrogatorio como acusado: que fue un acto de "propaganda" para dar a conocer que allí se podían celebrar casamientos. Vallès ha declarado a preguntas del abogado del Palau de la Música y de su defensa, pues el fiscal Emilio Sánchez Ulled y el resto de acusaciones y defensas han renunciado a hacerle preguntas en su comparecencia.

Como responsable civil, Vallès ha estado obligada a contestar todas las partes que le han querido hacer preguntas, pero sin tener que decir la verdad al no comparecer en calidad de testigo.

MERCEDES MIR

La esposa de Jordi Montull, Mercedes Mir, también ha declarado como responsable civil a título lucrativo: ha dicho que las obras en su casa presuntamente a cuenta del Palau --entre la Fundació y el Consorci le reclaman unos 250.000 euros-- "más bien fueron pocas" y que de eso se encargaba su marido.

Sobre la sociedad Aurea Rusula, que supuestamente se usó para facturar falsamente trabajos al Palau, ha explicado que ella fue un día al notario, por indicación de su marido, a firmar para ser la administradora, y que ese día le dio poderes a él: "Nunca supe nada más".

En referencia a los gastos familiares, ha explicado que con su marido tenían una cuenta común en la que ella tenía firma, y que de esa cuenta pagaba lo que tenía que pagar en metálico o con talón.

Además, ha asegurado que los viajes a países exóticos que supuestamente se pagaron a cuenta del Palau ella los consideró siempre un regalo de Fèlix Millet.