MADRID. Durante la celebración de las vistas de apelación para estudiar los argumentos de las defensas, que recurrieron el encarcelamiento, el fiscal José Perals ha alegado que la juventud de los acusados, de edades comprendidas entre los 19 y los 24, incrementa el riesgo de fuga ya que su arraigo es menor.
El representante el Ministerio Público también ha puesto de manifiesto que los siete están acusados de la comisión de un delito de terrorismo en concurso ideal de lesiones, atentado y odio, que lleva aparejadas penas de hasta 15 años, lo que incrementa también el riesgo de que intenten sustraerse a la acción de la justicia.
Perals ha destacado la vinculación de los detenidos con el colectivo Ospa Mugimendua. La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela envió a los siete jóvenes a prisión el pasado mes de noviembre y, unos días después les procesó junto a otros dos acusados que permanecen en libertad.
Los magistrados de la Sección Cuarta Angela Murillo, Carmen Paloma González y Teresa Palacios, encargados de estudiar los recursos, se pronunciarán en los próximos días.
DECLARACION INDAGATORIA
Por otra parte, los diez acusados comparecerán mañana, a través de conferencia, ante la magistrada para celebrar lo que se denomina declaración indagatoria, en la que serán informados formalmente de los delitos de los que se les acusa.
La juez Lamela, que remitió al juez de menores la causa respeto a otros dos identificados que tienen menos de 18 años, destacó en el auto de procesamiento que existen "motivos bastantes para afirmar con fundamento" que cometieron el delito.
Enmarca la agresión en las rutinas de "hostigamiento" a los agentes del Instituto Armado que impone el colectivo Ospa Mugimendua, al que pertenecen algunos de los detenidos, y que opera en el municipio navarro. "Todos conocían con anterioridad la condición de guardia civiles del teniente y el sargento, siendo ésta única y exclusivamente la causa por la que fueron insultados y golpeados", dice.
Considera además que la campaña cuenta "con el apoyo de Bildu, Sortu y Ernai". De hecho, concreta que en la localidad de Altsasu a este movimiento tuvo su origen en marzo de 2011, cuando se creó la denominada 'Comisión Antirrepresiva de Altsasu' que ha venido desarrollando diferentes actividades.
RUTINAS DE HOSTIGAMIENTO
El colectivo busca, según la juez, "influir en la vida de los miembros de la Guardia Civil para que se sientan objetivo de grupúsculos violentos y tengan dificultades para realizar sus actividades diarias, tales como realizar sus compras, disfrutar del tiempo libre con sus parejas o apuntar a sus hijos a actividades, instando a otros ciudadanos a evitar ningún vínculo afectivo con ellos". Quien incumple estos preceptos "es tildado de afín al Instituto Armado y puede también convertirse en objetivo".
Según el relato realizado por la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el teniente y el sargento de la Guardia Civil se encontraban, de paisano y fuera de servicio, realizando unas consumiciones en el bar Koxka de Altsasu cuando, alrededor de las tres y cuarto de la madrugada entró en el bar uno de los detenidos acompañado de una menor y se dirigió al segundo para decirle que no tenía derecho a estar allí.
En este momento intervino el teniente, diciéndole que les dejara en paz, pese a lo cual insistió en su actitud. Entre tanto se fueron acercando entre veinte y veinticinco personas que les rodearon y comenzaron a amenazarles e insultarles con expresiones como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones fuera de aquí", "perros", "putos pikoletos", "txakurras", "alde hemendik" "utzi pakean, para a continuación "comenzar a golpearles".
Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y ya en la calle se encontraron con otro grupo de entre quince y veinte personas que junto con los anteriores continuaron insultándoles y golpeándoles hasta que llegaron los agentes de la policía foral, según la juez.