bilbao - Llega la hora de la verdad en las negociaciones entre el PNV y los socialistas. Según fuentes conocedoras del proceso, los dos partidos han logrado encarrilar el “grueso” de las cuestiones que contemplaría el acuerdo de estabilidad para la legislatura de Urkullu, aunque todavía no está cerrado del todo y quedan flecos en todas las áreas. En cualquier caso, las discrepancias están muy focalizadas en el apartado del nuevo estatus de autogobierno y el derecho a decidir, al que siguen dando vueltas para buscar una redacción con la que todos se sientan cómodos. En el resto de apartados, la coincidencia es muy elevada, de modo que la tarea fundamental que queda por delante hasta la posible ratificación del acuerdo a finales de semana es la definición de la estructura del gobierno, tomar una decisión sobre la conveniencia o no de forjar un ejecutivo de coalición y el reparto de carteras. La amplitud del eventual acuerdo y el tiempo que están tomándose parece apuntar a un gobierno de coalición, extremo que confirman fuentes socialistas consultadas por DNA, pero con un matiz importante. Según explican, el acuerdo tiene “vocación de coalición” como escenario ideal, pero, al quedar todavía contenidos y políticas concretas que pactar, aún no pueden dar por zanjado que se vaya a producir ese gobierno compartido.
Oficialmente, PNV y PSE siguen instalados en el silencio y la cautela, y piden no dar por hecho el acuerdo. Sin embargo, se maneja como hipótesis de trabajo que el pacto se produzca a finales de esta semana, y la expectativa de éxito es muy elevada. No en vano, tienen previsto convocar a sus órganos internos el lunes para ratificar el documento. Sería a partir de ese momento cuando se desmenuzara el contenido ante la prensa. Esta semana solo está previsto comunicar si hay pacto (se anunciaría que existe un “preacuerdo”, a expensas de la ratificación interna) y colocarle el apellido de alianza de legislatura o de gobierno de coalición. Si acaso, añadir alguna pincelada genérica. El miércoles 23 arrancaría la sesión de investidura con una primera votación en el Parlamento Vasco. Urkullu sería proclamado en un segundo intento el jueves, por mayoría simple. El sábado juraría el cargo en Gernika.
En una segunda fase, a partir de su investidura, al lehendakari le correspondería bajar al detalle escogiendo a su equipo de consejeros teniendo en cuenta las preferencias que habrán aflorado en las conversaciones entre el PNV y los socialistas, que de momento insisten en que no han comunicado su querencia por ninguna consejería en concreto ni han entrado en ese debate. Las responsabilidades que ocupan en las tres diputaciones, donde gobiernan en coalición con los jeltzales, pueden dar una pista e inclinan la balanza hacia los departamentos relacionados con el empleo, el transporte o la cultura.
El PNV envió ayer a mediodía la convocatoria de la Asamblea Nacional a los cien miembros del órgano interno. La reunión tendrá lugar el lunes a las 19.00 horas en Sabin Etxea, y en principio parece indicar que el acuerdo está encarrilado porque la convocatoria es firme. Fuentes del EBB consultadas por este periódico confirmaron la convocatoria, pero no hacen la lectura de que el pacto esté hecho. Según explicaron, los estatutos del partido obligan a convocar una asamblea después de las elecciones para rendir cuentas por los resultados obtenidos. Es decir, tenían que convocarla sí o sí. Aprovechando el viaje, proporcionarán información sobre la marcha de las conversaciones y, “en su caso, de las propuestas de acuerdo a que haya lugar”, todo ello con carácter de hipótesis y sin dar por cerrado el pacto. También se abordará la situación en el Estado. Una vez superada esa votación, se presentaría el acuerdo, y la escenificación no podría ser previa a la asamblea en ningún caso. El PNV es muy escrupuloso con los procesos internos y cualquier movimiento en contra supondría un sacrilegio en sus filas.
Los socialistas aún no tienen convocatoria oficial. Barajaban el viernes, sábado o domingo para ratificar un acuerdo, pero finalmente parecen inclinarse por el lunes. Las fuentes consultadas aseguran que se debe a cuestiones logísticas, y no a que vaya a retrasarse el pacto, que creen que tendrá que producirse esta semana para no pillarse los dedos con los plazos de la investidura. Aseguran que se comunicará el preacuerdo con el PNV y después se sometería a votación en el Comité Nacional. Ayer mismo, la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, expuso la marcha de las negociaciones ante su ejecutiva y constató que hay avances, aunque quedarían cuestiones pendientes en todas las áreas. El PNV hizo lo propio en su reunión semanal del lunes. Todas las señales apuntan a que las conversaciones están entrando en una fase decisiva, máxime después de que la vía PNV-EH Bildu haya quedado descartada por las discrepancias económicas. De todas formas, el PNV pretende implicar a la coalición abertzale en las cuestiones de país, puesto que los jeltzales no suman mayoría absoluta con el socialismo. El presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso, salió ayer al paso en Onda Vasca ofreciéndose a completar la mayoría de PNV y PSE y aportando “moderación” para que no opten por EH Bildu.
consulta habilitante Las discrepancias entre jeltzales y socialistas radican en el autogobierno y, sobre todo, en el derecho a decidir. El socialismo se opone a ese principio, y tampoco acaba de ver con buenos ojos la consulta habilitante que propone el PNV como paso previo a llevar el nuevo estatus al Congreso. Los jeltzales pretenden convocar esa consulta para reflejar el apoyo ciudadano y forzar al Estado a negociar el nuevo estatus. Fuentes socialistas explican que defienden la ley y que, hoy por hoy, esa consulta no se recoge en el ordenamiento jurídico. El apartado de la reactivación económica está avanzando con mayor velocidad porque PNV y PSE gobiernan en coalición en las tres diputaciones y varios ayuntamientos, y durante la anterior legislatura de Urkullu tuvieron un pacto presupuestario. En materia social han surgido algunos roces, pero van reconduciéndose. Sobre la paz, todo apunta a que los problemas terminológicos se van superando, puesto que el socialista José Antonio Pastor vaticinó el fin de semana que es probable que se reactive la Ponencia de Paz.