gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el portavoz del Gobierno Vasco en funciones, Josu Erkoreka, coincidieron ayer en emplazar al nuevo Ejecutivo español de Mariano Rajoy a apostar por “un cambio profundo de actitud” con respecto al autogobierno vasco, las instituciones de la CAV y la agenda vasca en general, tras cuatro años de mayoría absoluta, de “desprecio” y de ausencia de comunicación entre ambos gobiernos en medio de una “deriva recentralizadora” en la que “ha contado con el aval del Tribunal Constitucional”.

En un artículo publicado en su cuenta en Facebook, Urkullu recordó que ésta es la reclamación que ha venido defendiendo y también que, en la pasada legislatura, han mostrado su “preocupación por la deriva recentralizadora que se está produciendo en el conjunto de España, adquiriendo niveles sin precedentes y con riesgo de que algunas modificaciones sean irreversibles”. A juicio de Urkullu, todo ello ha contado con el aval “prácticamente incondicional del Tribunal Constitucional”.

El lehendakari exigió un “cambio de actitud para entender, afrontar y colaborar conjuntamente en las cuestiones que competen a la agenda vasca” y se sumó así a las reclamaciones que, en el mismo sentido, había realizado Josu Erkoreka tras el Consejo de Gobierno.

El Gobierno español, denunció Erkoreka, ha emprendido un proceso de recentralización mediante la habilitación de normas básicas redactadas expresamente para “frenar a las comunidades autónomas”, y un ejemplo claro de ello, dijo el portavoz de Lakua, es la legislación sobre el fracking que inhabilita los vetos a esta técnica aprobados en los parlamentos autonómicos. Se trata de “prácticas fulleras”, dijo Erkoreka, para materializar una “deriva recentralizadora sin precedentes”.

Para Erkoreka, “la crisis ha sido una coartada clarísima para imponer mecanismos de control a las comunidades autónomas, erosionando sus poderes y reforzando los del Estado”, y en ese juego el TC ha contribuido al “vaciamiento competencial a través de sus sentencias”, un proceso que “ya se empieza a dudar de que sea reversible”.

Son habituales las quejas del Gobierno Vasco con respecto a la actuación del órgano supervisor de la Carta Magna, pero ayer Erkoreka fue más allá y denunció que “cualquier institución no alineada con el Gobierno solo puede esperar del Tribunal Constitucional un voto particular”. El TC, aseguro Erkoreka, “cierra filas con las posiciones centralistas del Estado”, y en esa recentralización está el meollo de la mala relación -o la ausencia de relación- de La Moncloa con Euskadi y también con otras comunidades en los últimos cuatro años. Y todo ello, añadió, con el “aval prácticamente incondicional” del TC, “erigido en un auténtico tribunal del Estado”.

Al hilo del malestar por los recursos a la leyes vascas, Marian Beitialarrangoitia, diputada de EH Bildu en el Congreso, reveló que su formación mantiene conversaciones con PNV y Podemos porque considera que la actitud del Gobierno de recurrir “sistemáticamente” leyes y normas vascas “no es tolerable”. - DNA