IRUÑEA. La joven cordobesa de 21 años, víctima de otros abusos cometidos por los acusados de la violación de San Fermín, no llegó a presentar denuncia por los hechos de mayo hasta el pasado 27 de septiembre. No lo hizo porque no recordaba bien lo ocurrido -ya que su estado era casi inconsciente en el coche en el que fue sometida a tocamientos-, y porque con los amigos a los que contó lo sucedido no terminaron de darle credibilidad a la denuncia. Fue tras una llamada de la Policía Foral una tarde de septiembre, cuando se le preguntó si en mayo había acudido a alguna feria y había tenido algún percance, cuando la víctima recordó que “tuve un incidente con un joven de Sevilla al que conocí esa noche”.

Ella fue a fiestas a las 3.00 horas con dos amigos y estuvieron en la zona del botellón. La víctima está segura de que solo bebió alcohol y, luego, en una caseta, conoció al joven de Sevilla (el militar acusado). Estuvieron juntos hasta las 7.00 horas. La joven no descarta que tuviera “un tonteo” con el procesado y tampoco descarta que este le ofreciera alguna bebida. Él se ofreció a llevarle a casa en coche y ella cree que se montó sola en el asiento del copiloto sin ningún otro acompañante. A partir de ahí no recuerda más, solo que se despertó desnuda en el asiento de atrás. Se colocó las medias y el mono que llevaba, pasó al asiento delantero y recuerda que el acusado le pidió que le hiciera una felación y ella se negó. Luego la golpeó dos veces en la cara y en el brazo y la empujó hasta echarla del coche. En ese instante, la joven víctima telefoneó a cuatro personas. Solo pudo hablar con una, un amigo al que relató lo acontecido, sin recuerdos exactos.

La chica se fotografió al día siguiente una serie de moratones que se observó en su pierna y le comentó a otro amigo: “Ayer me forzó un tío y me rajó el vestido”, ante la sorpresa del interlocutor. Pero no denunció porque “se lo comenté a mis amigos y no me creyeron. Tenía un lapsus que no recordaba, desconocía la identidad del chico y me autoconvencí de que no tenía pruebas suficientes”. Ahora se le ha practicado una prueba de pelo para ver si pudo ser drogada y hay rastro. - E.C./J.M.