Síguenos en redes sociales:

“Quería matar agentes blancos”

Los disparos de un francotirador en Dallas dejan cinco policías muertos durante las protesta contra la violencia policial

“Quería matar agentes blancos”Foto: Afp

Washington - La consternación sacudió ayer a Estados Unidos mientras la ciudad de Dallas se mantiene en máxima alerta tras la matanza de cinco agentes perpetrada la noche del jueves durante una protesta contra la violencia policial de tintes raciales en el país. El presunto autor se llamaba Micah Xavier Johnson, de 25 años, y las autoridades consideran que fue el francotirador que participó en el tiroteo de Dallas, Texas, y en el que murieron cinco policías y otros siete oficiales y dos civiles resultaron heridos. Johnson era un veterano de las fuerzas armadas que estuvo en servicio hasta abril de 2015 y estuvo destinado en Afganistán durante ocho meses. Johnson no tenía antecedentes criminales o vínculos con grupos extremistas, pero el jefe de la policía de Dallas, David Brown, aseguró que durante el intercambio de disparos el sospechoso afirmó que su intención era “matar blancos, especialmente agentes blancos”.

Brown afirmó que “el sospechoso dijo que estaba enfadado con el tema de la vida de los negros importa y que estaba enfadado por las recientes muertes cometidas por policías”, añadió Brown, el jefe de la policía local, que es de raza negra. Según el relato de la policía, luego de que fracasaran las negociaciones y de un intercambió disparos, el presunto atacante se atrincheró en un aparcamiento y murió por la explosión de un dispositivo desplegado mediante un robot.

“No vimos otra opción”, justificó Brown, que indicó que el sospechoso se atrincheró durante más de una hora armado en un aparcamiento de Dallas mientras profería numerosas amenazas y aseguraba que “quería matar a gente blanca, especialmente a agentes de policía blancos”. El sospechoso, que disparó contra los agentes que intentaban convencerlo de que se rindiese, también aseguró que había colocado bombas en el estacionamiento en el que se encontraba y por todo el centro de la ciudad, lo que provocó la posterior búsqueda de los supuestos explosivos, algo que se descartó tras un exhaustivo registro. “El sospechoso dijo que no estaba afiliado a ningún grupo y que en esto estaba solo”, aseguró Brown.

Aparte de los cinco agentes muertos, otros siete policías y dos civiles que resultaron heridos, en lo que se considera ya la peor matanza de policías registrada en Estados Unidos desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Al margen de Johnson, la Policía detuvo a tres personas, incluyendo a una mujer que fue detenida en el mismo estacionamiento y a otros dos individuos que habían huido del lugar de los ataques y circulaban por la autopista en un Mercedes negro.

La detención de estos dos individuos, según la policía, se produjo tras una persecución policial después de que un agente hubiera visto uno de ellos caminando a toda prisa cargado con una gran bolsa de camuflaje e introducirla en la parte de atrás del vehículo, y arrancar éste a toda velocidad.

parecían fuegos artificiales Según testigos de los ataques, que se produjeron cuando la manifestación en Dallas tocaba a su fin, los disparos contra los policías, que en un primer momento fueron confundidos con fuegos artificiales, parecían efectuados por francotiradores, sin que los agentes supieran de dónde procedían los tiros.

Las decenas de disparos provocaron una desbandada de la gente que había en el lugar y un caos total, según testigos entrevistados por las televisiones locales.

Ismael Dejesus, un testigo de la matanza, dijo a un canal local que logró grabar a uno de los atacantes desde el balcón de un hotel a medio centenar de metros de donde estaba y aseguró que llevaba pantalones y camisa militares de combate e iba fuertemente armado.

El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados en EEUU.

En concreto la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían sometido en el suelo en Baton Rouge (Luisiana), y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights (Minesota) al ser disparado por un policía que le paró en su vehículo por una infracción de tráfico.

Tras “una noche devastadora”, como la calificó el Departamento de Policía de la ciudad, la consternación se dejó notar por la mañana con vigilias improvisadas ante el cuartel central del Departamento de Policía de Dallas.

3.45 horas (20.45 en Dallas). Se producen disparos durante las protestas por las dos recientes muertes de dos personas negras por la acción de agentes. Imágenes de televisión muestran a los manifestantes corriendo.

5.45 horas. Francotiradores abren fuego contra los agentes que acompañaban la manifestación, causando la muerte de cuatro policías. Otros siete agentes son trasladados al hospital en estado crítico.

7.30 horas. La Policía interroga a dos ocupantes de un vehículo después de que un agente viera a uno de ellos lanzar una bolsa camuflada hacia la parte trasera de su Mercedes.

8.15 horas. Un posible sospechoso se entrega a la policía, luego de que la policía divulgara una fotografía en la que se le ve en la manifestación vestido con una camiseta militar y portando un arma de largo alcance. Esta persona no era un atacante.

9.10 horas. Un quinto policía muere en el hospital.

10.00 horas. Muere el sospechoso envuelto en el tiroteo tras dispararse a sí mismo. La policía informó que murió por la explosión de un dispositivo desplegado mediante un robot.