BILBAO. El Ararteko ha reivindicado la necesidad de erradicar la tortura del ejercicio del poder en un auténtico Estado de Derecho y ha instado a los poderes públicos a cumplir con los compromisos adquiridos con la defensa de los derechos humanos.

Con motivo de la celebración este domingo del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, el Defensor del Pueblo vasco ha recordado que la Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que "nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes".

Tras indicar que la tortura no está justificada nunca, "bajo ninguna circunstancia", el Ararteko ha subrayado, en una declaración institucional, que el Convenio Europeo de Derechos Humanos "no autoriza la derogación de este derecho ni siquiera en los estados de excepción".

"La prohibición de la tortura forma parte del núcleo duro de los derechos humanos, y la adopción de medidas de protección eficaces para luchar contra cualquier práctica de tortura representa una exigencia legal ineludible para todos los poderes públicos", ha añadido. Asimismo, el Ararteko ha destacado que el esfuerzo para erradicar la tortura se sitúa, "esencialmente, en el ámbito de la prevención".

"Prevenir supone algo más que prohibir, pues exige analizar los factores que facilitan o hacen materialmente posible la tortura o el maltrato de las personas detenidas o presas. Exige también promover la adopción urgente de las medidas correctoras que resulten necesarias", ha insistido.

Por otro lado, ha indicado las "carencias" de las que adolece en la práctica "nuestro sistema de garantías" y ha advertido de que "el panorama de la situación que prevalece en España en cuanto a la prevención de la tortura resulta preocupante".

"Si bien las diversas instancias internacionales de referencia no hablan de un uso generalizado de la tortura, sí que ponen clara e insistentemente de manifiesto la existencia de dificultades serias para perseguir de forma efectiva su uso selectivo durante detenciones, traslados e interrogatorios policiales", ha asegurado.

"ALTO RIESGO"

De este modo, ha alertado de que en la práctica esto genera un "alto riesgo de impunidad, incompatible con la gravedad de las infracciones de tortura".

"No menos preocupante resulta, como recientemente ha señalado un numeroso grupo de magistrados, que quienes, apoyándose en informes y sentencias internacionales y europeas, denuncian este estado de cosas puedan ser sometidos a descalificación o incluso a procedimiento disciplinario, acusándoles de falta de rigor o de sensibilidad ante el terrorismo", ha añadido.

De este modo, ha considerado que el mejor servicio que puede hacer el Ararteko a las víctimas de la tortura en su día internacional es "expresar públicamente su convencimiento de que la actuación del Estado de Derecho no ha de buscar una dudosa pero indigna eficacia a corto plazo", así como instar a los poderes públicos a ser "coherentes en todo momento con los compromisos solemnemente adquiridos con la defensa de los derechos humanos".