BILBAO. Urkullu, ha tomado parte en el inicio del Congreso Europeo Justicia restaurativa y terapéutica que tiene lugar en el palacio Kursaal de San Sebastián. En el evento ha ido acompañado por los consejeros de Administración Pública y Justicia, Josu Erkoreka, y de Salud, Jon Darpón, así como por la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia.

En el acto han tomado parte también, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial, Carlos Lesmes, el presidente de la Audiencia de Gipuzkoa, Iñaki Subijana, la vicepresidenta de GEMME, Lourdes Arestey, y el rector de la UPV/EHU, Iñaki Goirizelaia.

En su intervención, el lehendakari se ha referido a un discurso pronunciado por el Papa Francisco en 2014 en el que resaltaba la primacía de la dignidad humana y el bien común y ha subrayado que "el fundamento de una justicia restaurativa es la dignidad y los derechos humanos, su objetivo es el bien común, una mejor convivencia".

En esa línea, ha insistido en que "hablar de una justicia restaurativa, supone una justicia más humana para las víctimas, la sociedad y las personas autoras del delito", al tiempo que ha asegurado que "las primeras personas dañadas por el delito son las propias víctimas". "Su necesidad es que alguien se responsabilice por lo que han sufrido y que se comprometa a reparar ese daño causado".

Asimismo, ha recordado que el delito "impacta también en la Comunidad", ya que "el hecho ilícito fragmenta la vida de la víctima y de su entorno". "El objetivo es construir una sociedad más humana y segura, reducir las probabilidades de que otra persona se convierta en víctima", ha expresado.

Urkullu se ha referido también a la justicia terapéutica, para recordar que Euskadi es "pionera". En ese sentido, ha señalado que más de la mitad de las personas presas en las cárceles vascas padecen algún tipo de enfermedad mental y que un total de 60 profesionales de Osakidetza atienden a 1.500 personas reclusas.

"Euskadi asumió la competencia de la asistencia sanitaria y de formación en los centros penitenciarios mejorando su gestión. Hoy es preciso seguir reclamando la competencia de prisiones que corresponde a nuestra Comunidad", ha afirmado.

Además, el lehendakari ha apuntado que el Gobierno vasco presenta en este Congreso una propuesta centrada en que "la principal acción de justicia restaurativa que una víctima puede recibir tras el final de la violencia es escuchar, de quien le infligió el daño, que aquella agresión no tuvo justificación, ni sentido alguno de valor superior a la vida de la víctima".

"Esta sencilla afirmación es punto de partida restaurativo para un camino de encuentro y construcción social, que esté basado en los derechos humanos y orientado por el encuentro social en la convivencia", ha añadido.

Por último, el lehendakari ha citado el arte tradicional japonés de reparación de la cerámica rota, 'kintsukoroi', para insistir en que la justicia restaurativa "no es una alternativa, es una forma de Justicia" que permite "construir una sociedad más sólida que la original, esto es, más humana, más justa y también más segura".

TRIBUNAL SUPREMO

Por su parte, Carlos Lesmes ha mostrado el "apoyo decidido" tanto del Tribunal Supremo como del Consejo General del Poder Judicial a la justicia restaurativa que "es hoy ya una realidad" gracias, entre otras cuestiones, a su incorporación en las normativas europeas y españolas. "Es una realidad que no tiene marcha atrás y que tiene un gran futuro", ha insistido.

En su opinión, la víctima ha sido "la gran olvidada" de la Administración de Justicia a lo largo de la historia ya que "quizá por lo injusto y poco atractivo de su situación resultaba más cómodo mirar hacia otro lado". "Cuando el Estado transforma la justicia de privada en pública y entrega la persecución del delito a miembros de su estructura, jueces o fiscales, la víctima desaparece de un primer plano a cambio de que sus intereses serán representados oficialmente en un proceso", ha señalado.

Tras destacar que la evolución del sistema judicial permitió "cambiar la venganza por la justicia", ha admitido que ello "acabó produciendo daños colaterales". No obstante, ha destacado que "afortunadamente pudo llegar el momento en que se fue abriendo un proceso de redescubrimiento de la víctima".

Asimismo, Lesmes ha considerado que la justicia terapéutica debe ser vista "con actitud positiva". "Si bien los jueces no son expertos en determinadas cuestiones vinculadas al comportamiento humano, por ello se trabaja desde una perspectiva multidisciplinar" con otros profesionales, ha señalado, al tiempo que ha defendido que se potencien "ciertas habilidades en los jueces por la vía de la formación sobre las relaciones interpersonales, el respeto a la autonomía de las personas, la evitación del paternalismo o el uso de la persuasión".

A su entender, estas nuevas corrientes que deben ser vistas "como una oportunidad" ya que "solo pueden traer beneficios para los ciudadanos y ser vistas como un auténtico avance para el Estado de derecho".

El presidente de la Audiencia de Gipuzkoa, por su lado, ha considerado que el sistema judicial del siglo XXI tiene que ser "versátil, ofreciendo modelos de respuesta dúctiles a las diversas necesidades de las personas que acuden a solicitar su amparo", mientras que la vicepresidenta de GEMME, ha abogado por un "cambio de paradigma" y por buscar "la salida más positiva posible a los conflictos" con el objetivo de lograr una "justicia más humana".

CONGRESO

El congreso está organizado por el Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación y el Instituto Vasco de Criminología de la UPV/EHU, y cuenta con el apoyo del Gobierno vasco. Enmarcado en los cursos de verano de la universidad pública vasca, durante tres días expertos internacionales abordarán los nuevos métodos de justicia, más modernos, efectivos y humanos que el tradicional modelo judicial meramente punitivo, creado para apartar de la sociedad y castigar a la personas que han causado daño.

Por otro lado, en el Congreso se reflexionará sobre la justicia terapéutica, que tiene como objetivo humanizar la aplicación de la ley centrándose en el lado humano, emocional y psicológico de la ley, los procesos legales y los agentes involucrados.

La justicia terapéutica posibilita la actuación conjunta de profesionales de la salud y de la justicia para la atender situaciones en las que existen problemas como las adicciones, los trastornos psíquicos, los desgarros emocionales, que se encuentran en la base de muchos de los conflictos familiares y penales judicializados.

El congreso cuenta con ponentes de reconocido prestigio como Esther Giménez-Salinas, Frieder Dünkel, Loren Walker, Sandra Walklate, Tinneke Van Camp, o David Wexler, entre otros.