El turismo es un sector muy sensible y cualquier cosa que pase puede afectar al flujo de turistas: catástrofes naturales, epidemias, introducción de visados, políticas controvertidas de cualquier índole. El terrorismo es quizás el que más miedo le da a un viajero”, explica a DNA Agata Witos?awska, directora de la Oficina de Turismo de Polonia. El director de Relaciones con los miembros de la OMT, Carlos Vogeler, indicó tras los atentados de noviembre que “es evidente que el turismo es un fenómeno global que involucra en movimiento de miles de personas y no es inmune a este tipo de golpes y es altamente vulnerable”. Así lo explicamos hace tres ediciones de la Feria Internacional Fitur, después de que las revueltas en varios países árabes modificaran los flujos turísticos notablemente, mientras Japón se recuperaba de la catástrofe de Fukushima.

Las convulsiones políticas vienen hiriendo a países como Egipto o Túnez, durante largos años destinos estrella del sector. Pero este 2015 todo se ha enredado más, con miles y miles de refugiados huyendo con desesperación especialmente de Siria, Yemen, Eritrea, Irak y Afganistán, y la creación de vallas y controles fronterizos en diversos puntos de Europa. El paraíso de libre circulación de personas Schengen comenzó a estrecharse, cuando, el 13 de noviembre, se sucedieron los ataques terroristas en el centro de París. 130 personas asesinadas en un escenario cruel y dantesco, al igual que pasó días antes en Beirut. Y en Bélgica la aparición de terroristas también de la Yihad provocó un estado de “máxima alerta”, con la capital, Bruselas, en estado fantasmagórico, las calles vacías y ocupadas por militares armados.

Algo parecido ocurrió con la capital francesa, donde ya estaba siendo notable la presencia militar por las calles antes del 13-N y tras el caso Charlie Hebdo, pero desde el viernes negro la ocupación fue mucho mayor. Se evitaba que la gente se aglomerara. Ese temor se trasladó a otras capitales europeas, como la pacífica Berlín, donde algunas personas consultadas por este diario admiten que los primeros días tras el viernes 13, si veían demasiadas personas en el metro, buscaban automáticamente las puertas de salida. En el caso de Londres, el miedo tuvo su traducción con el ataque con un cuchillo, a dos personas, al grito de “Esto es por Siria”, por parte de otro yihadista, el pasado 6 de diciembre. Fuentes turísticas londinenses explicaron hace semanas que había “miedo a que Londres sea el siguiente target. Madres que viviendo en la zona 2, no se atreven a dejar que sus hijos vayan en excursiones a la zona 1 con el colegio. Esto es por supuesto una minoría, pero el miedo general se siente. Sobre todo porque el gobierno de Cameron ha aprobado la intervención bélica en Siria”.

miedo a las capitales Fuentes de agencias turísticas vascas verifican que las primeras semanas tras los atentados de París la seguridad condicionaba la contratación de viajes a ciertos destinos europeos. De ese modo, “las dos primeras semanas la gente evitaba las capitales grandes, incluso Madrid”, relatan en una veterana agencia vizcaina. El Puente de la Constitución se vio, así, claramente afectado por las acciones yihadistas de noviembre.

También en Túnez, donde ya había habido un ataque a un resort en junio y se produjo otro atentado suicida el 24 de noviembre, en el que una bomba ocasionó una docena de muertos. El ataque de junio había asesinado a 38 personas en dos hoteles de Susa. Además, 21 turistas habían muerto en los atentados al Museo del Bardo el 18 de marzo. Túnez había empezado a remontar tras las revueltas de la Primavera Árabe, pero con estos atentados de 2015 su situación ha empeorado mucho. Las agencias consultadas observan que “desde hace tiempo no es un destino estrella. Está siendo muy perjudicado por el terrorismo”. “Este país estaba tratando de salir adelante con una buena propuesta por el turismo. Con una educación calcada a la que se imparte en Francia, de hecho cualquier tunecino podía acceder directamente a las universidades francesas. ¿Quién desea perjudicar y someter a Túnez?”, observa un experto en islam que prefiere mantener su anonimato.

Los asesinatos de marzo tuvieron lugar tras el goteo informativo diario de las barbaridades cometidas por el Estado Islámico en Siria, Irak, Libia... El EI, Al Qaeda, Al Nusra y Boko Haram coinciden en el uso del terror para hacerse visibles. Así, los ataques de París golpearon duramente en el corazón de los países más ricos, al igual que lo hicieron los del World Trade Center en 2001. Todo ello ha conllevado que uno de cada cuatro turistas internacionales haya modificado sus planes de vacaciones en el último año debido a preocupaciones relacionadas con la seguridad o la situación sanitaria en los países que pretendía visitar, indica Hosteltur.

el efecto 13-N Uno de los daños colaterales a los ataques de París es que la capital gala no se recuperará turísticamente hasta pasado medio año del 13-N. Recordamos la imagen de los viajeros por la ciudad, tras los atentados, acompañados por policías para que pudieran ver los hitos de la urbe. La reducción en la llegada de turistas internacionales que enfrenta Francia se recuperará en un plazo no menor a seis meses, según expresó el asesor para temas de Seguridad de la Organización Mundial del Turismo, Iñaki Garmendia, a Caribbean News Digital. “Desde la perspectiva económica, Francia tiene otras prioridades, además del turismo, pues se trata de un líder en la producción automotriz y en la innovación tecnológica mundial”, indicó. “Cuando llegue el momento de atender la baja en la llegada de turistas, el principal reto será no perder la credibilidad frente a los viajeros”, distinguió, subrayando la importancia de la figura de policía turística, no resaltada en países “como Egipto y Túnez, donde su economía está directamente vinculada al turismo y que están sufriendo debido a las situaciones violentas que han enfrentado en los últimos años”.

Seis semanas después de los atentados, el sector turístico de la capital francesa aún sigue sufriendo las consecuencias de dichos ataques. La ciudad aparece estos días menos concurrida de turistas respecto de lo habitual y la caída de visitantes se ha notado en la ocupación hotelera. “Vienen menos familias y los viajeros de negocios pernoctan menos noches que antes”, explica Cecile Danielo, directora de contratación regional de Jac Travel. “La situación es muy volátil, con los precios cambiando día a día”, añadió recientemente.

Tras los ataques de París, decenas de miles de viajeros, desde New York a Hong Kong, de Londres hasta Australia, Brasil o México, se quedaron a la espera de sus vuelos, suspendidos al instante de conocerse los trágicos sucesos. “Otros tomaron el avión para desembarcar unas horas más tarde en una ciudad desierta, atravesada por la inquietud y la zozobra, sin noción de qué había ocurrido exactamente; a media noche, las luces de la alegría eran sustituidas por el titilar de las ambulancias y patrulleros de policía y fuerzas de seguridad”, relataba entonces American News Digital.

Esta publicación experta en Turismo previó que “ahora los que tienen que preocuparse son los otros países que fueron dispensados esta vez, los vecinos. Cuando veas las barbas de tu vecino arder... La situación genera tensión y ansiedad en todos las países a un mes de las fiestas y vacaciones de Navidad y Año Nuevo”. Las consecuencias han sido recogidas en el PIB mundial del Turismo: el World Travel & Tourism Council ha corregido ligeramente a la baja las previsiones de crecimiento del turismo en 2015, debido a gasto interno más débil, como consecuencia de una serie de acontecimientos “terribles”, incluidos los ataques en París. Así, el crecimiento será del 3,5% en lugar del 3,7% previsto el pasado abril.

Los ataques del 13 de noviembre marcarán un precedente en el turismo mundial, como lo hicieron los ocurridos en Estados Unidos en 2001, según ha apuntado la OMT.

En este sentido, el 23 de noviembre Estados Unidos emitió una “alerta mundial de viaje” para sus ciudadanos por el incremento de las “amenazas terroristas”, en la víspera de que el presidente Barack Obama recibiera en la Casa Blanca a su homólogo francés, François Hollande, para abordar la lucha contra el Estado Islámico (EI). “La información actual sugiere que el EI, Al Qaeda, Boko Haram y otros grupos terroristas siguen planeando ataques terroristas en múltiples regiones”, afirmó el Departamento de Estado en un comunicado, según recogió el American News Digital.

“Estos ataques pueden emplear una variedad de tácticas, usando armas convencionales o no convencionales y dirigiéndose a intereses oficiales y privados”, señaló el gobierno estadounidense, añadiendo que “esta alerta expira el 24 de febrero de 2016”. Las medidas para acceder a EEUU tras el 11-S ya eran severas y duras antes del 13-N, y el tiroteo de San Bernardino supuestamente a mano de yihadistas, por lo que ahora estará vigilando hasta el último detalle.

los árabes también sufren Como comentábamos respecto de Túnez, los ataques yihadistas en países musulmanes no tienen fin. Eso perjudica a naciones como la norteafricana y su vecino Marruecos, si bien el ministro de Turismo marroquí, Lahcen Haddad, dijo el martes en Rabat que el actual contexto mundial afectado por la inseguridad y las amenazas terroristas han afectado solo de forma “leve” el turismo en el país magrebí. Aseguró que el número de llegadas de turistas en 2015 bajó un -0,9 % frente al año anterior, pero las pernoctaciones bajaron un 6,6 %.

Egipto está siendo azotado por revueltas, atentados y hasta un avión ruso abatido. Su ministro de Turismo, Hisham Zazú, espera que el sector regrese “poco a poco” a partir de febrero. Y, desde ayer, la Yihad también ha amenazado a Israel. Si añadimos que esta Navidad continúan los enfrentamientos y extremas medidas de seguridad, el turismo en Belén ha descendido un 11%, y seguirá a la baja.