Más del 41% de los 208 millones de embarazos que suceden cada año no son planeados y, de ellos, casi la mitad acaba en aborto voluntario. Grosso modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 33 millones son consecuencia del uso incorrecto o de la falta de uso de un método anticonceptivo. En el Estado español, la cifra que estima el Ministerio de Sanidad es que de cada 1.000 mujeres entre los 20 y los 24 años se producen 19 interrupciones voluntarias de embarazo, y de las de entre 25 y 29 años, 17.

Según una de las conclusiones del informe Estudio sobre mitos y realidades de la sexualidad y la anticoncepción realizado por la empresa Bayer Healthcare, estas cifras son consecuencia, sobre todo, del desconocimiento y de los mitos relativos a la sexualidad. “Lo cual resulta una paradoja, ya que se trata de una generación con acceso prácticamente absoluto a la información”, recalca Carlota Gómez, responsable de comunicación de la farmacéutica.

Pese a todo, el 76,7% de las jóvenes de entre 18 y 30 años consideran estar bien informadas en cuestiones sobre anticonceptivos y sexualidad, si bien Gómez asegura que arrastran muchos mitos. Sin ir más lejos, un 13,6% de estas mujeres cree que no es posible quedarse embarazada mientras se está menstruando, un 9% considera que no se puede quedar embarazada durante el primer coito y un 6% que se puede utilizar un film de plástico transparente o un globo como anticonceptivo a falta de un preservativo a mano. “Todo esto se quedaría en algo anecdótico si no fuera por los 250.000 embarazos no deseados que suceden anualmente en esta franja de edad en el Estado español”, recuerda Gómez.

En este aspecto, Sergio Haimovich, ginecólogo y obstetra del Hospital del Mar de Barcelona, opina que un mejor conocimiento de los métodos anticonceptivos ayudaría a reducir la tasa de embarazos no deseados. El problema reside, en su opinión, en que mientras el primer coito se estima que ocurre alrededor de los 16 años, la primera visita al ginecólogo se pospone hasta los 19. “Eso quiere decir que durante los primeros años la información no viene dada por especialistas, sino de otras fuentes”.

A día de hoy, el método más utilizado es el preservativo masculino, pese a ser también el más ineficaz. Después de todo, Haimovich comenta que un 25% de las personas admite no utilizarlo siempre y, de ahí, parte de los embarazos no deseados. Le sigue el no uso de un anticonceptivo, practicado por 1 de cada 5 jóvenes en el Estado español y de donde procede otra parte importante de estos embarazos. “Y en tercer lugar está la píldora mensual”.

Sin embargo, Haimovich recuerda que más allá de estas vías -y sin entrar en los naturales y los quirúrgicos- existe una amplia gama de métodos anticonceptivos. Por un lado, los de barrera, entre los que se encontrarían, además del preservativo masculino, el femenino, el diafragma o los espermicidas. Por otra parte, los hormonales, donde destacan la píldora -diaria- y el anillo vaginal -mensual-, pero entre los que también estaría el parche -semanal-. Y por último, los métodos a largo plazo, entre los que se hallan los dos tipos de DIUs: el de cobre y la nueva generación.

“Pero no basta con conocerlos, sino que hay que adaptarlos a cada persona”, subraya Haimovich. De lo contrario, explica, seguramente ocurrirá un uso imperfecto. Y de hecho, el 66% de los embarazos no deseados en el Estado español son consecuencia de un uso imperfecto de los métodos anticonceptivos, según Haimovich. “Cada mujer en cada momento de su vida tiene un método anticonceptivo ideal y nosotros tenemos que encontrarlo”. Aun así, Haimovich admite que no existe ningún método 100% eficaz. “Incluso la ligadura de trompa, que requiere una intervención quirúrgica, falla en 4 de cada 1.000 mujeres”. Eso sí, cuanto menos dependan los métodos de la usuaria, mayor será su eficacia.

Mitos sobre sexualidad Más allá de los anticonceptivos, el informe demuestra que a día de hoy también existe un gran desconocimiento sobre la sexualidad. Por ejemplo, el 49,5% de las mujeres jóvenes no sabe que el clítoris se extiende alrededor de toda la vagina; el 42,9% tampoco tiene idea de que el punto G forma parte de la vagina; y 7 de cada 10 mujeres siguen pensando que la mayoría de ellas experimentan dolor durante las relaciones eróticas.

En opinión de Gómez, responsable de comunicación de la empresa, estos mitos y desconocimiento general viene dado por recurrir a fuentes de información no especializadas en el tema. “Después de todo, 4 de cada 10 no recuerda cuál fue su vía de información y un 48% la comparte sin estar seguras de su veracidad”. Y pese a que el 43% recurra al personal sanitario, un 25% obtiene dicha información de Internet y las redes sociales, un 21% de familia y amigos, un 5% de revistas femeninas y el 12% restante de otras fuentes. “No se trata de criminalizar las redes sociales ni la información proveniente de conocidos, pero sí de empoderar a los jóvenes para que la contrasten con fuentes especializadas”.

Por todo ello y para evitar informaciones incorrectas, Gómez remarca la importancia de acudir a los expertos. “Pero no basta con ir al ginecólogo a que firme la receta, sino que hay que mantener un diálogo”. Después de todo, asegura que un 31,4% de las mujeres se sienten incómodas hablando con su profesional sanitario. Aun así, Gómez considera que ello no es suficiente y por ello aboga por la creación de una ley de educación que incluya la sexualidad como asignatura escolar obligatoria. Al fin y al cabo, según el barómetro de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, en sus siglas en inglés) el Estado español suspende en conocimientos generales y educación en torno a la anticoncepción, situándose en el ranking europeo en décima posición.