gasteiz - La Ertzaintza ha activado ya las nuevas medidas operativas dirigidas a hacer frente al islamismo radical y, en concreto, a la amenaza terrorista de origen yihadista. Dichas medidas sustituyen desde ayer al protocolo de actuación vigente en la Policía vasca desde 2001 adoptado con el fin de minimizar la amenaza específica de ETA sobre el conjunto del cuerpo de la Ertzaintza. Este nuevo protocolo de actuación, denominado Instrucción 79 y que sustituye a la Instrucción 53 que servía de referente hasta ahora en la lucha contra el terrorismo, está enmarcado dentro del Plan Estratégico contra el Islamismo Radical que el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco presentó ayer ante el Consejo de la Ertzaintza, del que forman parte los sindicatos.
La presentación del plan y la aprobación ayer mismo de la Instrucción 79, que determina las medidas a adoptar en función de la situación y del nivel de riesgo de la amenaza terrorista, coinciden en el tiempo con los últimos atentados de origen yihadista a escala global ocurridos en Francia, Túnez y Kuwait el pasado viernes, aunque esas medidas llevan preparándose más de un año.
Uno de los aspectos más destacados del plan estratégico es la implantación de un nuevo protocolo de actuación, la Instrucción 79, una “evolución natural” de la Instrucción 53, derogada ayer, que “adecua los mecanismo de lucha contra el terrorismo a la situación actual desplegando en órdenes operativas todos los protocolos y procedimientos de actuación para ser más eficaces en cada nivel y situación de riesgo”, explicó ayer la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, tras la reunión del Consejo de la Ertzaintza.
“Con el nuevo plan y su correspondiente instrucción, estamos adaptando la actuación de la Ertzaintza a los nuevos riesgos y amenazas terroristas aplicando los criterios europeos para hacer frente a este tipo de actos terroristas”, agregó la titular de Seguridad, que ya ha solicitado su comparecencia en el Parlamento Vasco para dar cuenta a los grupos políticos de este plan estratégico.
A diferencia del protocolo ahora derogado y cuyo objetivo era la lucha contra ETA -que anunció el fin de su actividad armada en octubre de 2011-, la Instrucción 79 establece procedimientos diferentes para tratar de evitar atentados, garantizar la seguridad de la ciudadanía y la protección de los ertzainas, dependiendo del nivel de riesgo de la amenaza terrorista. Así, las medidas podrán variar de intensidad o incluso de ubicación geográfica dentro de la CAV en base a las informaciones procedentes de la Oficina Central de Inteligencia de la Ertzaintza y de otras policías estatales y europeas.
Tras los atentados del viernes, la Ertzaintza elevó el riesgo de atentados al nivel 4, de cinco posibles, considerado alto, en consonancia con el decretado por el Ministerio del Interior. Ese fue el motivo de que ya ese día se aplicaran órdenes operativas incluidas en la Instrucción 79, aunque esta se aprobó oficialmente ayer. El nivel 4 de amenaza terrorista implica la aplicación de medidas tácticas de autoprotección por parte de los agentes, como la utilización de chalecos antibalas y armas largas, o las patrullas en grupos de dos o de cuatro ertzainas, así como el reforzamiento de controles y dispositivos de seguridad, como la movilización de la Brigada Móvil, la vigilancia con perros policía, el incremento de controles en carretera o la modificación las rutas de las patrullas a pie, las denominadas korrikas.
El nivel 4, que se mantiene vigentes desde el viernes implica el aumento de control en “infraestructuras críticas” para el funcionamiento normal de la sociedad, como las relacionadas con la producción de energía, los transportes, los hospitales y otros centros sanitarios, los centros de suministro de agua y alimentos, así como los centros financieros y de la Administración más importantes. A estas infraestructuras críticas, se le añade la especial vigilancia de otras ubicaciones sensibles, como lugares de afluencia masiva, -grandes superficies comerciales, por ejemplo-, o que podrían tener una importante repercusión mediática si fueran objeto de ataques, como consulados o intereses de países amenazados o en riesgo.
Desde el viernes, la Ertzaintza aplica ya una vigilancia especial sobre todas estas infraestructuras, aunque el plan estratégico contempla una actualización de los listados debido a que, por el mismo modus operandi del terrorismo islamista radical, se hace muy difícil acotar sus posibles objetivos.
“faltan medidas de seguridad” Precisamente la adopción de Instrucción 79 por parte de la Policía vasca fue criticada por los sindicatos ErNE, ESAN, ELA, SIPE -que cuentan con el apoyo de la central Euspel-, presentes ayer en el Consejo de la Ertzaintza, reunión en la que además de Beltrán de Heredia participaron otros responsables del Departamento de Seguridad y el director del cuerpo, Gervasio Gabirondo.
Según los sindicatos, los responsables de Seguridad se negaron “a admitir las aportaciones realizadas imponiendo su criterio frente al de los sindicatos” y presentando una nueva instrucción “no negociada”. “Responsabilizamos a los responsables del Departamento de Seguridad de las consecuencias que pueda conllevar esta falta de medidas de seguridad en este plan estratégico”, aseguraron.
En realidad, el Plan Estratégico contra el Islamismo Radical es mucho más ambicioso que lo que indica la Instrucción 79. El plan se basa en cuatro pilares esenciales -basados en prevenir, proteger, perseguir y responder- para dar una respuesta global, integral y proporcionada a la amenaza del terrorismo, en todas sus vertientes. “La amenaza terrorista en Euskadi y en el conjunto de Europa ha evolucionado hacia el islamismo radical, una nueva amenaza que requiere de nuevos planes de actuación, nuevas instrucciones y nuevas operativas policiales adecuadas a la amenaza terrorista actual”, aseguró ayer el departamento.
En materia de prevención, el plan indica que se tratará de elaborar “un diagnóstico actualizado que permita conocer la realidad social de la comunidad musulmana y de los movimientos islámicos en Euskadi”. También plantea la colaboración con otras policías, con especial incidencia en las locales, por su cercanía, así como intercambiar información con otros servicios de inteligencia. Igualmente se propone “controlar los procesos de radicalización” y “luchar contra la islamofobia”. Otro de los apartados en los que trabajará es el control de la financiación ilegal de estos grupos radicalizados.
Prevención. Disponer de un diagnóstico actualizado que permita conocer la realidad social de la comunidad musulmana y de los movimientos islámicos en Euskadi. Dar formación a todos los agentes involucrados en las políticas de prevención. Colaboración con otras policías e intercambiar información con otros servicios de inteligencia. Controlar los procesos de radicalización. Luchar contra la islamofobia.
Protección Aplicar la Instrucción 79,, dependiendo del nivel de riesgo. Identificar potenciales objetivos de la amenaza.
Persecución. Neutralizar a los terroristas. Control sobre la financiación ilegal.
Respuesta. Dar respuesta eficaz ante un atentado. Prestar adecuada atención a las víctimas. Informar a la opinión pública.