gasteiz - Podemos mueve ficha. La formación violeta desactivó ayer cualquier posibilidad de que EH Bildu se haga con la Diputación alavesa, por lo que el paso atrás que el PNV reclamó el miércoles a Kike Fernández de Pinedo, el jueves ya era un hecho consumado por obra y gracia de un tercero. Roberto Uriarte, secretario general de Podemos Euskadi, desautorizaba a su marca municipal en Errenteria, englobada en una coalición que respaldará a EH Bildu, lo que se entendió como un veto generalizado que luego hubo de ser matizado por la formación, pero que en cualquier caso afecta y mucho a Álava.
Podemos Euskadi explicó ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que no cerrará pactos de legislatura con ninguna formación salvo que sea para expulsar al PP de las instituciones. Ese es el caso de Gasteiz, pero no el de la Diputación, por lo que EH Bildu ya sabe que no cuenta con los 8 junteros del partido de Pablo Iglesias para dar el poder a Kike Fernández de Pinedo. Por otro lado, aseguraron en Podemos, nadie se ha dirigido a ellos para pedirles nada.
Con esta nueva disposición del tablero de juego compareció ayer Fernández de Pinedo ante los medios para responder al PNV. Si alguien esperaba que iba a decirle a los jeltzales que sí, que acepta renunciar a su derecho a pugnar por ser diputado general y dejarle a Ramiro González despejado el camino al palacio foral para, con ello, hacer realidad el deseo de EH Bildu de expulsar a Javier Maroto de la Alcaldía de Vitoria, se equivocaba.
Aunque la capacidad de negociar con sus junteros acababa de ser anulada, EH Bildu esquivó ayer la posibilidad de negociar con el PNV un programa o un acuerdo de estabilidad para Araba con el argumento de que su formación no va a entrar en “cambios de cromos ni cambalaches”, y que los ritmos de constitución del Ayuntamiento y las Juntas Generales son diferentes. Eso sí, la coalición también lanzó al aire un mensaje más: “En adelante EH Bildu trabajará con las organizaciones que apoyan el derecho a decidir, y esto abre espacios de encuentro con el PNV”, señaló Fernández de Pinedo.
Así pues, de no ser que haya algún cambio de parecer inesperado, el PNV puede contar con que Ramiro González no tendrá obstáculos en el camino. ¿Los tendrá Javier Maroto en Gasteiz? En sus escasas semanas de exposición pública, si algo ha demostrado Miren Larrion es tenacidad, y ayer además su intención harto reiterada de desalojar a Maroto aun a costa de sacrificar lo que sea por el camino venía respaldada por las bases de la coalición.
48 horas exactas antes del Pleno de investidura, Larrion explicaba que la militancia de EH Bildu apoya cualquier fórmula de las posibles para expulsar a Maroto. Los soberanistas le ofrecen sus votos al candidato del PNV, Gorka Urtaran, y descargan en los jeltzales toda la responsabilidad de lo que ocurra mañana.
sin acuerdo de estabilidad Sin embargo, el ofrecimiento de Bildu se limitó a ceder sus votos en la investidura de la Alcaldía y la formación abertzale evitó la posibilidad de entrar a negociar con el PNV el apoyo al posterior gobierno municipal o un acuerdo de estabilidad.
Larrion está dispuesta a renunciar a la Alcaldía en favor de Gorka Urtaran pese a representar a la segunda fuerza más votada. Si en el EBB consideran que esta oferta es un “caramelo envenenado”, dijo Larrion, ella se presentará para hacer la misma jugada, pero a la inversa, y salir elegida alcaldesa con los votos de Irabazi, Hemen Gaude, y del PNV, imprescindible para romper un empate que daría la Alcaldía al PP. Ni siquiera hay plazos, la candidata abertzale dijo estar dispuesta a pasar dos días “sin dormir”, a negociar a hasta “las 14.00 horas del sábado 13 de junio”, para lograr el objetivo de desalojar a Javier Maroto.
La misma meta de Larrion persigue Hemen Gaude, que ayer dijo que utilizará a sus dos ediles para echar a Maroto independientemente de que sea para dar la Alcaldía a Larrion o a Urtaran, y sin meter de por medio las negociaciones en las Juntas Generales. Diferente es la posición de Irabazi, que apoyaría a EH Bildu tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación, pero que aún no sabe si votaría a Urtaran como alcalde.
Por otro lado, Larrion restó importancia a la negociación del contenido de un eventual acuerdo entre dos fuerzas tan diferentes en su concepción de la política y de la sociedad como PNV y Bildu.