El lehendakari, Iñigo Urkullu, instó ayer a las instituciones y los partidos políticos a “compartir una reflexión crítica” sobre la actitud que han mantenido respecto a la violencia terrorista. Una reflexión “sobre lo que no se ha hecho, o se ha hecho de manera silente o se ha hecho tarde; o sobre lo que nos ha dividido frente a lo que nos une del modo más real y auténtico: el rechazo a la violencia y la solidaridad con las víctimas”. “Queremos mirar al pasado de un modo autocrítico”, insistió durante la lectura de la declaración institucional del Consejo de Gobierno “en recuerdo, reconocimiento, homenaje y agradecimiento” a los dirigentes socialistas y miembros del Gobierno vasco Fernando Buesa y José Ramón Recalde, de cuyos atentados a manos de ETA se cumplen 15 años.
Del mismo modo, Urkullu emplazó a todos aquellos que ejercieron la violencia y a quienes les ampararon a solventar la “deuda política” que tienen con la sociedad: “reconocer la iniquidad de esta mentalidad y la injusticia que la misma provocó”. “Nunca debieron ocurrir estos atentados, ni ningún otro. No hay justificación. Fue radicalmente injusto”, aseguró en un acto solemne en el que estuvo acompañado por la totalidad de sus consejeros. Agregó que “se trata de crímenes amparados en una estructura ideológica perversa que considera que matar a un semejante que piensa diferente es un medio legítimo para obtener fines políticos”. Según el jefe del Ejecutivo, “el mal causado se extiende a toda la sociedad, pero se concentra en el sufrimiento inmenso, radical e irreversible causado a las familias de Fernando y José Ramón, así como a la formación política a la que pertenecían, el PSE”.
Mañana se cumplirán tres lustros del atentado que acabó con la vida de Fernando Buesa -que fue vicelehendakari y consejero de Educación- y su escolta, el ertzaina Jorge Díez, a quien el Gobierno Vasco extendió su homenaje. Y el 14 de septiembre se cumplirá idéntico aniversario del atentado en el que José Ramón Recalde, que fue consejero de Educación y de Justicia, resultó gravemente herido. “El Gobierno Vasco quiere hacer memoria, brindar homenaje y ofrecer un reconocimiento” a estas víctimas, tal y como recoge la declaración. “Con ellos, recordamos a todas las víctimas del terrorismo en toda su expresión -asesinadas, secuestradas, amenazadas, extorsionadas o acosadas-, que nunca debieron producirse”, agrega.
Urkullu añadió que el tiempo ha demostrado que “el error no estaba en las imperfecciones del sistema democrático”, sino “en la pretendida pureza del dogmatismo que amparó y promovió el recurso sistemático al terrorismo”. Insistió en que “el terrorismo en cualquiera de sus expresiones” fue posible porque hubo quienes “consideraron que la defensa de una convicción tenía más valor que la dignidad humana. Nunca más, ni una causa política o razón partidaria deben situarse por encima del valor de los derechos humanos, la persona y la vida”.
“Matar o herir a un semejante, incluso amenazar, extorsionar o acosar, es siempre una crueldad. Nadie es nadie para violar el derecho a la vida ni la dignidad de nadie”, concluyó, expresando su “agradecimiento más sincero y profundo” a Fernando Buesa, José Ramón Recalde y sus familias, “por su contribución a este Gobierno y por su aportación a la construcción democrática de esta sociedad. Su compromiso ha sido semilla de convivencia democrática”.
La familia de Fernando Buesa respondió a esta declaración afirmando que “valoramos de forma positiva que se reconozca la trayectoria y la aportación social de José Ramón Recalde y de Fernando aunque sea 15 años más tarde”. En un comunicado no exento de crítica, señaló que “nos parece bien que se mencione la necesidad de hacer autocrítica porque en aquellos momentos el Gobierno Vasco no estuvo a la altura y no supo acompañarnos afectivamente a las familias”. “Es un pequeño avance en el camino del reconocimiento y cercanía con las víctimas del terrorismo”, zanja.