ATENAS. Con este anuncio, Tsipras quiso dejar claro que no hay presiones exteriores que puedan hacer que de marcha atrás a sus "compromisos" electorales.
En un discurso ante el grupo parlamentario de su partido, Syriza, detalló las primeras medidas que serán legisladas: la prohibición de los desahucios de la primera vivienda y la ampliación del círculo de personas que se podrán acoger al pago a plazos de sus deudas con Hacienda.
Los desahucios, sobre los que el anterior Gobierno de Andonis Samarás ya había aplicado varias moratorias, forman parte de una de las exigencias de la troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) a cambio del desembolso del próximo tramo de ayuda financiera.
"Estamos comprometidos con una solución viable. Negociamos firmes, pero no queremos una ruptura", aseguró Tsipras en alusión al ultimátum que el Eurogrupo trasladó ayer a Grecia sobre la extensión del actual programa de rescate y al que Atenas deberá dar una respuesta con fecha límite fijada en el próximo viernes.
Tsipras recalcó que Grecia no cederá a este tipo de "ultimátum" ni a "chantajes", pero no presentó alternativas que no sean las de un acuerdo "político".
En este contexto, siguió confiado en que la posición del Eurogrupo acabe suavizándose, pese que su presidente, Jeroen Dijsselbloem, fue tajante al decir que no hay alternativa a la solicitud de una prórroga de seis meses del "programa vigente".
"La solución no la aportarán los tecnócratas, sino los líderes políticos", dijo hoy Tsipras para reafirmar que confía en que habrá una solución, "porque en el Eurogrupo estuvimos a cinco minutos de alcanzarla".
El primer ministro griego aludió con ello al problema surgido en torno a diversos borradores, un asunto que hoy la Comisión Europea minimizó al decir que siempre hay varios esbozos que se debaten.
En los medios griegos circuló anoche una versión redactada por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, que el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, dijo que hubiera firmado inmediatamente.
En este borrador se reconocía, entre otras cosas, que "el Ejecutivo ha anunciado su intención de tomar medidas extraordinarias para garantizar un sistema fiscal más justo y más eficiente y reducir la crisis humanitaria".
El citado texto hablaba además de que se tendrían en cuenta "medidas para reducir la carga de la deuda" y proponía extender el "préstamo" actual por cuatro meses, en lugar de exigir la prórroga del "programa" como hacía el texto del Eurogrupo.
El primer ministro insistió en que el hecho de que el documento final, "presentado tan solo quince minutos antes del comienzo del Euogrupo", sustituyese a un texto presentado anteriormente "es la prueba de que hay gente que pone en juego no solo a Grecia, sino a Europa".
El objetivo de presentarlo a última hora era "obligarnos a tener que rechazarlo", dijo el líder izquierdista quien explicó que se trataba de un documento imposible de firmar porque pedía la aplicación de medidas que "ni siquiera el Gobierno anterior" estuvo dispuesto a cumplir.
Fuentes gubernamentales habían señalado previamente que el documento del jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, exigía además al Gobierno que no emprendiera durante la fase de prórroga algunas de sus principales promesas, como la congelación de una serie de proyectos de privatizaciones, el restablecimiento de los derechos laborales o la subida de las pensiones.