MADRID - Mariano Rajoy miró al banco azul de su Gobierno, ya libre de Ana Mato, luego a sus señorías y afirmó en varias ocasiones que en España “no existe” una “corrupción generalizada” ni que se deba extender la sospecha de corrupción a todos los políticos españoles. “Puedo entender la irritación ciudadana, puedo entender la desconfianza, porque las comparto, pero ni lo uno ni lo otro justifica que se generalice la culpabilidad”. En su opinión, España “no está corrompida”. El presidente del Gobierno español utilizó ayer el Pleno monográfico sobre regeneración democrática para minimizar las prácticas corruptas, especialmente las que afectan a su partido en particular y por las que pasó de puntillas.

Eso sí, presentó lo que denominó un “poderoso arsenal” de medidas anticorrupción en su mayor parte ya anunciadas durante esta legislatura, pero que el PP no ha aprobado pese a contar con mayoría absoluta en el Congreso y el Senado.

El mandatario explicó durante su intervención dos proyectos de ley con medidas de regeneración -el de control financiero de los partidos y el que regula el ejercicio de los altos cargos-, que él mismo anunció el 20 de febrero de 2013 en su primer debate sobre el Estado de la Nación como presidente del Gobierno. El Consejo de Ministros ya las aprobó en su fase de anteproyecto el pasado mes de diciembre y como proyecto de ley el último febrero, y ha sido el propio PP el que ha tenido paralizado estas leyes en el Congreso con sucesivos plazos de enmiendas.

Ayer Rajoy anunció algunas modificaciones que pretenden endurecer los controles y otras que contemplan nuevas medidas penales y procesales. “Ni hemos permanecido impasibles ante la corrupción ni hemos iniciado esta mañana la lucha para regenerar la democracia”, dijo el presidente español para contrarrestar las críticas por su inacción. “Quiero que quien la haga la pague”, sentenció.

La dimisión apenas unas horas antes de la ministra de Sanidad, Ana Mato, tras la acusación del juez instructor de la trama Gürtel de lucrarse, lo mismo que el partido que preside Rajoy, estuvo presente durante el debate, si bien el presidente del Gobierno no mencionó a su excompañera de gabinete hasta el turno de réplica y lo hizo para defender su inocencia y remarcar que no está imputada ni ha cometido delito.

Para ello leyó la parte del auto del juez Pablo Ruz en la que se dice que Ana Mato es “una de las personas a las que debe ser notificada el auto para que se persone a título de partícipe a título lucrativo”. A juicio de Rajoy, queda “fuera de toda duda” que el juez no considera que Mato haya participado en el delito, sino que esta ha “ignorado” la comisión de tales delitos. Terminado el debate, Rajoy aseguró a los periodistas que esperará hasta el próximo miércoles para dar a conocer la identidad del próximo titular de Sanidad.

El presidente español quiso contrarrestar el inoportuno, para el PP, auto de Ruz, con una batería de propuestas que cayeron en saco roto, por la desconfianza del PSOE y la beligerancia de algunos de los grupos del Congreso, que le pidieron directamente su dimisión. Poniéndose la venda antes que la herida, anunció que, de todas formas, hará uso de la mayoría absoluta del PP para aprobar sus propuestas si la oposición no recoge el guante.

Ya pidió perdón Después de lo que ha llovido en el PP, la única autocrítica que salió de su boca fue cuando reconoció lo evidente, aunque sin mencionar el caso Bárcenas ni la trama Gürtel u otros escándalos que afectan a la médula del PP, y por los que se le preguntó desde la oposición. “Todo el mundo sabe que han aparecido corruptos en mi partido; personas que habían sido merecedoras de mi confianza o la de mi formación política. He pedido perdón por ello”, se limitó a decir. En otro momento de su intervención, reconoció que su partido ha sufrido “problemas serios” relacionados con la corrupción, pero en términos generales restó importancia a estas prácticas.

El jefe del PP y del Ejecutivo español sostuvo que si afloran hoy “tantos casos” de corrupción es porque se están combatiendo y las instituciones funcionan. “Sé que todo lo que sale a la luz habla más del pasado que del presente”, manifestó, para resaltar que “todos los corruptos conocidos tienen enfrente a un juez”. Asimismo pidió no “utilizar” como “coartada” la corrupción para “desestabilizar” las instituciones. A su entender, añadir a esta el “infundio” es “peligroso” porque “siembra una desconfianza generalizada que acaba cargando la culpa, no sobre la corrupción, sino sobre la misma democracia”. Señaló que algunos “empiezan generalizando la corrupción, culpan a todos los políticos, se sigue con la propia política y se acaba señalando al sistema”. “Y a partir de ahí no queda espacio nada más que para los salvapatrias de las escobas cuyo único programa político consiste en barrer, con las consecuencias de todos conocidas”, aseguró en alusión apenas velada a Podemos.

despeñaperros abajo Aunque Rajoy insinuó que no tenía intención de caer en los reproches y en el y tú más, una vez escuchó al líder del PSOE, Pedro Sánchez, proclamar que esta “es y será para siempre la legislatura de la Gürtel”, el máximo responsable del PP espetó al socialista que su voluntad para acabar con la corrupción tiene un límite muy claro, “Despeñaperros”, dijo, en alusión a diversos casos de corrupción, como los ERE fraudulentos, en los que están implicados dirigentes del socialismo andaluz.

Entre las medidas que citó ayer Rajoy destaca la obligación de que los partidos garanticen en sus estatutos que sus militantes participen en el proceso de elección de sus direcciones mediante congresos, asambleas u otras formas de participación siempre que sean democráticas. También deberá fijar el procedimiento de expulsión de sus miembros condenados por la comisión de cualquier delito doloso y la suspensión automática de militancia si se abre juicio oral por delitos relacionados con la corrupción que comporten pena de inhabilitación.

En materia de financiación, los particulares no podrán hacer donaciones a partidos por encima de 50.000 euros y toda donación superior a 25.000 se deberá notificar al Tribunal de Cuentas. Si los partidos no cumplen con estas medidas, podrán ser extinguidos. Habrá igualmente modificaciones en el Código Penal para que la financiación ilegal de partido sea delito, se agravarán las penas de inhabilitación y aumentarán los plazos de prescripción de los delitos.