lisboa - El socialista José Sócrates ha hecho historia en Portugal tras convertirse en el primer exjefe del Gobierno del país detenido y llamado a declarar como sospechoso de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción, lo que ha provocado un terremoto político.
Fue detenido la noche del viernes por tres miembros de la Autoridad Tributaria que lo esperaban a su llegada al aeropuerto de Lisboa en un vuelo procedente de París y lo trasladaron en un vehículo a las instalaciones del comando metropolitano de Lisboa de la Policía de Seguridad Pública (PSP). Tras pasar la noche del viernes en dependencias policiales, Sócrates fue trasladado a la Ciudad de la Justicia de Lisboa, donde estaba llamado a declarar ayer por la tarde en el Tribunal Central de Instrucción Criminal. El interrogatorio del político estaba previsto al término de los de los otros tres arrestados en la misma causa.
Además de Sócrates fueron detenidos el pasado jueves el empresario Carlos Santos Silva; el abogado Gonçalo Trindade Ferreira y el chófer João Perna, anunció ayer la Fiscalía General de la República, en una nota en la que aclaró que esta investigación se centra en “operaciones bancarias, movimientos y transferencias de dinero sin justificación conocida y legalmente admisible”.
Aunque se ha decretado el secreto de sumario, analistas y medios apuntan que las pesquisas se centran, entre otras cuestiones, en el origen de una fortuna de al menos 20 millones de euros del exjefe del Ejecutivo, y de otros 3 millones de euros que supuestamente pagó Sócrates por un piso de lujo en París.
Su vivienda en Lisboa, que inicialmente perteneció a su madre y ahora está a nombre del empresario Carlos Santos, otro de los detenidos, fue ayer objeto de registros judiciales en los que ha estado presente el propio Sócrates, que encabezó el Gabinete entre 2005 y 2011.
Santos Silva, que tuvo otro apartamento en el mismo edificio, es amigo personal del ex primer ministro y fue administrador del grupo empresarial Lena, cuyas instalaciones también fueron registradas.
El caso está en manos de Carlos Alexandre, considerado un juez estrella en Portugal, donde en unos meses detuvo al que fue uno de los hombres más poderosos del país y cabeza visible del emporio de los Espirito Santo, Ricardo Salgado, y a altos cargos del Estado implicados en una trama corrupta sobre la concesión de visados a inversores extranjeros, por la que dimitió la semana pasada el ministro del Interior.
reacciones En el ámbito político las reacciones se han caracterizado por la prudencia aunque, desde su propio partido, el candidato socialista a primer ministro y actual alcalde de Lisboa, António Costa, ha pedido a los militantes que no confundan los sentimientos de amistad o la solidaridad con la acción política del PS, “que es esencial preservar”. “Queridas y queridos camaradas, todos estamos sorprendidos por la noticia de la detención de José Sócrates”, afirmó Costa en un mensaje remitido a los militantes socialistas y recogido por la agencia de noticias Lusa.
Desde los sindicatos, el secretario general de la mayor central sindical de Portugal, la CGTP, Arménio Carlos, se limitó a decir que “es la justicia la que tienen que funcionar” pero aclaró que “hay que combatir el problema que tenemos en Portugal”.
Calma también en el Partido Social Demócrata (PSD), que gobierna en coalición con los democristianos, y cuyo vicepresidente Marco António Costa hizo hincapié en que se trata de un “tema judicial” y no político, y hay que aguardar “serenamente” a que la justicia haga su trabajo.
El socialista José Sócrates dejó el Gobierno tras las elecciones de junio de 2011, celebradas en medio de una fuerte crisis que le obligó a firmar la ayuda para el rescate al país.