Edimburgo - El hasta ahora líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Alex Salmond, defendió ayer, en su último discurso como responsable de esta formación, que el futuro de Escocia es escindirse del Reino Unido. “Escocia será una nación independiente, ahora lo sabemos con más certeza que antes”, afirmó durante el congreso anual de su partido que se celebra en Perth, dos meses después del referéndum en el que un 55% de los escoceses rechazaron la secesión frente al 45% que la apoyó.
El político nacionalista, que anunció su dimisión el 19 de septiembre, un día después de esa consulta, cederá también el cargo de ministro principal escocés que ocupa desde 2007 la próxima semana, cuando el Parlamento de Edimburgo confirmará a su número dos, Nicola Sturgeon, como nueva jefa del gobierno autónomo.
Salmond se mostró orgulloso de haber sido el principal impulsor del referéndum por la independencia de Escocia, en el que 1,6 millones de escoceses se decantaron “por la esperanza por encima del miedo”, afirmó. “Después del referéndum, nuestros oponentes creen que Escocia ha sido silenciada, que debemos volver a meternos en nuestra caja, que se ha terminado todo, pero yo digo que no”, continuó Salmond, para quien la consulta “lo ha cambiado todo” de cara al futuro.
“La gente no va a desaparecer de nuevo tras las sombras políticas, la nación no se difuminará en la oscuridad. Hemos puesto a Escocia en el mapa global, los ojos del mundo se han fijado en nosotros durante este último año”, dijo Salmond.
El hasta ahora dirigente del SNP se mostró convencido de que muchos de los ciudadanos que votaron ‘no’ en el plebiscito expresaron en realidad un “no todavía”. Con todo, Salmond subrayó que “como demócratas”, los nacionalistas han “aceptado el resultado del referéndum con dignidad” y llamó a sus votantes a movilizarse de cara a las elecciones generales en el Reino Unido en 2015 para que el SNP se siente en Westminster “en el asiento del conductor”.
En su intervención, el político nacionalista no aclaró si se presentará como candidato a diputado de la Cámara de los Comunes el próximo año y zanjó la cuestión con ironía: “He decidido no presentarme a Westminster por Lewes” (una circunscripción del sur de Inglaterra), sentenció.
Al pasar el testigo como líder del partido a Sturgeon, el dirigente escocés resaltó que el objetivo a corto plazo de la formación es asegurarse de que Londres “cumple sus promesas” de otorgar mayores poderes autónomos a Escocia. “Debe ser indignante para nuestros oponentes unionistas vernos perder el referéndum y continuar luchando por la prosperidad. Están totalmente desorientados, no pueden entender que diablos está pasando”, afirmó Salmond.
Celoso de su vida privada Persuasivo y con don de gentes, Salmond, que antes de meterse en política trabajó en el ministerio para Escocia y como economista en Royal Bank of Scotland, firmó en 2012 con el primer ministro conservador David Cameron el acuerdo de Edimburgo, que sentó las bases del plebiscito y rebajó a 16 años la edad de voto.
Con una campaña positiva centrada en las oportunidades que ofrecía el autogobierno, Salmond y Sturgeon inyectaron optimismo en la política y entre la juventud escocesas, reclutando para sus filas a los desencantados votantes laboristas con la promesa de una sociedad más justa.
Aunque, según las encuestas, rozaron la victoria, la realidad de las urnas arrojó una inesperada derrota, que motivó la dimisión de Salmond y puso fin, al menos de momento, al sueño independentista escocés.
Pese a su prominencia en la esfera política, Alexander Elliott Anderson Salmond es muy celoso de su vida privada y poco se sabe de ella, más allá de que está casado sin hijos con Moira, 17 años mayor que él, y que le gusta cantar, las carreras de caballos y, como a muchos británicos, el curry indio.