WASHINGTON. "Con tristeza anunciamos la muerte de una mujer querida y maravillosa, Brittany Maynard. Ella murió en paz en su cama rodeada de su familia y seres queridos", afirmó en un comunicado la organización, que se dedica asesorar a enfermos terminales que desean una muerte digna.
"Compassion & Choices" no precisó la fecha del fallecimiento de la joven, que había anunciado su suicidio asistido para el 1 de noviembre, si bien el pasado jueves señaló que había pospuesto su decisión para disfrutar más tiempo con sus seres queridos.
Según la revista "People", la chica acabó con su vida este sábado en su casa de Portland, en el estado de Oregón (EEUU), tras publicar un mensaje de despedida en la red social Facebook.
"Adiós a todos mis queridos amigos y a la familia que amo. Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad ante mi enfermedad terminal, este cáncer cerebral terrible que me ha quitado tanto, pero que me habría quitado mucho más", escribió Maynard.
"El mundo -agregó- es un lugar maravilloso, viajar ha sido mi gran maestro, mis amigos íntimos y demás son los más generosos. Incluso tengo un grupo apoyándome mientras escribo. Adiós, mundo. Difundid buena energía. ¡Transmitidla!".
El caso de Maynard ha tenido una gran repercusión mediática en Estados Unidos y ha reabierto el debate sobre el suicidio asistido en el país.
El suicidio asistido es legal en sólo cinco estados, por lo que la joven, residente de Oakland (California), se trasladó junto a su familia al vecino estado de Oregón, que sí permite esta práctica.
Además, Maynard creó el Fondo Brittany Maynard, en cuya página de internet colgó el pasado jueves un vídeo con el objetivo de promover el "derecho a una muerte digna" en todo el país.
"Cuando la gente me critica porque no espero más tiempo o porque no sigo lo que ellos han decidido que es mejor para mí, me duele. Porque yo me arriesgo cada día, cada día por la mañana al levantarme", comentó la joven.
El pasado enero, poco más de un año después de casarse, Maynard acudió al médico a causa de los fuertes dolores de cabeza que sentía, y le fue diagnosticado un grave tumor cerebral.
El cáncer avanzó rápidamente y los especialistas informaron a la joven de que sólo le quedaban unos meses de vida, al tiempo que le explicaron el desarrollo previsto de la enfermedad, que le causaría un gran y prolongado dolor antes de terminar con su vida.
Ante esta situación, la joven decidió trasladarse junto a su familia a Oregón, donde la ley del estado le permitía que los médicos le proveyesen de un fármaco que terminaría con su vida sin causarle dolor, si ella decidía ingerirlo.
Sólo Oregón, el estado de Washington, Montana, Nuevo México y Vermont permiten esta práctica en EEUU.