madrid - Víctimas de los atentados del 11-M se sintieron ninguneadas e ignoradas en el homenaje que tuvo ayer lugar en el Congreso de los Diputados y en el que Mari Mar Blanco, en su calidad de presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, ofreció un discurso centrado específicamente en la violencia de ETA y en el reproche a la presencia de Amaiur en las Cortes españolas. Blanco, sin embargo, obvió por completo en su intervención al centenar de personas que murieron en el atentado islamista contra los trenes de cercanías en Madrid.

Amparo Imedio, una de las víctimas de los hecho acaecidos en Madrid presente en el hemiciclo, puso voz a las quejas de estas víctimas por el olvido de Blanco en su intervención. “Nos han hecho una encerrona porque solamente es ETA y estamos indignados porque el 11-M aquí ni siquiera se ha mencionado. Quieren que el 11-M desaparezca y no va a desaparecer”, señaló Imedio a los periodistas.

Amparo Imedio, además, dejó claro que no van a permitir que esto vuelva a suceder y anunció la posibilidad más que probable de que las víctimas del 11-M no acudan en el futuro a este acto que se organiza en el Congreso. “Esto no nos lo vuelven a hacer, no volvemos a venir. Son ellos los que han separado a las víctimas, no nosotros, el 11-M tiene que estar siempre presente”, afirmó.

Discurso genérico Blanco trató posteriormente de quitar hierro al asunto y aseguró que su discurso había sido intencionadamente “genérico” para que todas las víctimas se sintieran “representadas, reconocidas y reconfortadas”. La presidenta de la Fundación explicó también la razón por la que se había referido de forma específica en su discurso a Amaiur. “Si lo que ha molestado es que haya expresado mi malestar por la presencia en el Congreso de una formación como Amaiur, que no ha condenado el terrorismo, lo hubiera hecho extensible si en esta Cámara estuviera presente algún grupo que no condenara o diera apoyo a grupos yihadistas, algo que afortunadamente no ocurre”.

Mari Mar Blanco tuvo el apoyo de la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) Ángeles Pedraza, cuya hija murió en los atentados del 11-M, y que, sin embargo, y a diferencia de otros familiares de víctimas de las bombas en los trenes, sí se sintió respaldada y representada por Mari Mar Blanco. “No creo que nadie dude de que a mí me duele el 11-M, pero lo normal era que hablara la presidenta de la Fundación en representación de todas las víctimas”, manifestó Pedraza en un intento de restar fuerza a otras de las críticas que se oyeron tras el acto, el hecho de que solo había tomado la palabra Mari Mar Blanco. Y es que, por primera vez se dio la voz a las víctimas en este acto que se celebra en la Cámara Baja.

Lo cierto es que la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo centró toda su intervención-aplaudida con entusiasmo desde los escaños del PP- en la violencia de ETA. Además de descalificar la presencia de Amaiur en el Congreso “pese a que no ha sido capaz de condenar el terrorismo, pedir la disolución de ETA y pedir perdón”, Blanco reclamó de los políticos que no se pague ningún precio político puesto que, tal como señaló, “la obligación de los terroristas es desaparecer, pedir perdón por sus crímenes y colaborar con la justicia para resolver los cientos de asesinatos que aún quedan por esclarecer”.

El presidente del Congreso Jesús Posada recogió las palabras de Blanco y reafirmó el compromiso de las Cortes españolas que se mantienen “siempre firmes en defensa de la libertad y los valores constitucionales”.

Ausencias Este homenaje a las víctimas se realiza en el Congreso desde 2010 el 27 de junio, fecha en la que algunos consideran que se produjo la primera víctima de ETA, la niña Begoña Urroz, que murió en un atentado ocurrido en la estación de Amara en Donostia en 1960, un atentado que jamás fue reivindicado por ETA y sí por el DRIL (Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación), una organización que se había formado un año antes.

Al acto de ayer, celebrado en la sala Ernest Lluch, no acudieron diversas asociaciones como Covite, Voces contra el Terrorismo y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M que con su no asistencia quisieron “denunciar” la política antiterrorista que mantiene el Gobierno de Mariano Rajoy. Tampoco acudió a la cita Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo, que aludió a motivos personales para justificar su no presencia en este acto. El homenaje estuvo presidido por el presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, que estuvo acompañado, entre otros, por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y los portavoces de los grupos parlamentarios.

El Gobierno Vasco estuvo representado en el homenaje por la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, que acudió acompañada por el secretario de Paz y Convivencia del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, Jonan Fernández, y la Directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando.