gasteiz - Si existía alguna duda sobre la importancia del papel de las víctimas a la hora de garantizar la convivencia en Euskadi entre diferentes sensibilidades políticas, el Pleno celebrado ayer en el Parlamento Vasco las disipó. Y es que todas las fuerzas reconocen a los damnificados por la violencia terrorista y otro tipo de vulneraciones de derechos fundamentales, como son las víctimas policiales, pero la diferencia reside en que mientras PNV y EH Bildu defienden el "principio de igualdad" para concederles el reconocimiento que merecen, PSE, PP y UPyD ponen el acento en la "equivocación" que supone mezclar unas con otras.

Así quedó de manifiesto en el debate que a instancias de UPyD celebró la Cámara vasca y en el que jeltzales y soberanistas hicieron valer su mayoría -ambas bancadas reúnen el 64% del hemiciclo- para pedir al Gobierno presidido por Iñigo Urkullu que incluya en el Mapa de la Memoria las actuaciones de reconocimiento "de las víctimas del terrorismo y la violencia".

La convergencia de sufragios acarreó al PNV severas críticas por parte de las bancadas constitucionalistas, pese a que fueron los aforados de EH Bildu quienes suscribieron de forma íntegra la propuesta que la formación jeltzale llevó hasta la Cámara.

El devenir de una agitada sesión plenaria demostró que la actitud común en este debate de los dos grupos parlamentarios con mayor representación no esconde la brecha que les separa. La primera muestra de esta rivalidad llegó a los pocos minutos de haber comenzado el pleno con la colocación por parte del parlamentario abertzale Iñaki Lazarobaster de una ikurriña en el escaño vacío del lehendakari, presente en esos momentos en la proclamación del nuevo rey español Felipe VI.

Ante esta forma de crítica elegida por EH Bildu, el aforado jeltzale Luis Javier Telleria respondió que la "performance" había resultado "baldía" y que el grupo liderado por Laura Mintegi debería aplicarse el cuento y "ponerse todas las ikurriñas cuando cumplen las leyes españolas".

A modo de segundo asalto entre idénticos contendientes, tras las críticas de Marian Beitialarrangoitia sobre las maniobras en el seno de Kutxabank encaminadas a su privatización, el peneuvista alavés Javier Carro llevó hasta el atril de oradores una muestra de los restos que provocó el atentado contra la sede de la Caja Vital en Salburua hace siete años; un ejemplo, según el aforado, de que "lo más cerca que ha estado el mundo de Batasuna de una caja vasca y de un cajero automático" ha sido "para darles fuego".

Donde sí encuentran un denominador común ambas fuerzas es en la incorporación al Mapa de la Memoria de las víctimas de ETA y las que han padecido abusos policiales. Iñigo Iturrate (PNV) destacó en este capítulo que el objetivo de esta herramienta debe ser "recordar a todos", mientras que desde EH Bildu, Julen Arzuaga censuró que la intención de las fuerzas constitucionalistas sea "destacar a unas víctimas para tapar a otras".

"tomamos nota" El socialista Rodolfo Ares, por su parte, compartió con Carmelo Barrio (PP) la "equivocación" que supone "mezclar" a un colectivo y otro en la búsqueda del reconocimiento, la justicia y la memoria.

Además, Ares dejó entrever que las críticas al PNV no se circunscriben al puntual debate sobre víctimas celebrado ayer. Emplazó a la formación jeltzale a elegir entre los "consensos del pasado", como el que mantienen PNV y PSE para garantizar la estabilidad presupuestaria e institucional vasca, o "adoptar nuevos" acuerdos con EH Bildu, una fórmula "legítima", según apostilló Ares, pero ante la que los socialistas "tomamos nota".

Desde UPyD, Gorka Maneiro reprochó a los jeltzales y a la coalición soberanista que su propuesta alternativa, que finalmente fue la aprobada por la Cámara autonómica, tenga como objetivo, a su juicio, hablar de "todas las víctimas para diluir a las de ETA en un océano de maldades".