Atenas - Kostas Isychos (Quilmes, Argentina, 1958) considera que los resultados de las elecciones europeas, más que un castigo para los partidos tradicionales en el sur de Europa, suponen "un voto a la esperanza de políticas alternativas". El responsable de política exterior de Syriza responde, además, a quienes les tachan de euroescépticos: "Estos llevan años en el poder y son los que están destruyendo Europa".
¿Cómo valora estos resultados a nivel europeo?
-Se dice mucho que tuvimos una subida muy grande de la extrema derecha, de los partidos que están cerca del neonazismo, como Amanecer Dorado o Jobbik, en Hungría. Pero, además de eso, que es verdad, hay que ver también que hubo una subida muy importante en el sur de Europa de fuerzas democráticas progresistas, de izquierdas, como en España, Portugal, Grecia, Irlanda, que no está al sur pero que está en la periferia de Europa y donde se implementaron políticas neoliberales de la Troika.
Tanto en Grecia como en España se ha castigado a los partidos tradicionales.
-Sí. Pero no solo es un castigo, es también un voto de esperanza a políticas alternativas.
¿Cómo es posible que Amanecer Dorado, un partido neonazi cuya cúpula ha sido acusada de pertenencia a banda armada, entre otros delitos, haya logrado dos escaños?
-Esa es una muy buena pregunta que estamos tratando de responder nosotros también. Se necesitan políticas sociales, especialmente, en las capas que están más excluidas y que son más vulnerables. En los últimos años, la escuela pública ha contribuido mucho a que los jóvenes pierdan su Memoria Histórica, como ha ocurrido en el pueblo español. Es una paradoja que en un país como Grecia, donde el nazismo fue combatido por guerrillas del pueblo durante la ocupación nazi, donde la juventud participó contra la dictadura, cómo puede pasar que a parte de una juventud de hoy, la más débil y la más atacada por estas políticas neoliberales, le sean tan atractivas las ideas del nazismo y de la violencia. La explicación no es negro ni blanco ni es tan fácil. Creo que uno tiene que encontrar algunas respuestas dentro de la cultura que no existe, de la educación pública que no existe, del trabajo digno que no existe. Amanecer Dorado fue el segundo partido más votado entre la juventud de entre 18 y los 25 años, con un 18%. Syriza fue el primero, con un 29%. Uno se da cuenta de que cuando tenemos un porcentaje tan alto de estos jóvenes votando por estas ideologías, uno tiene que encontrar las raíces y tener políticas alternativas a corto, medio y largo plazo.
¿No se ha planteado la ilegalización?
-Se ha planteado en el Parlamento. La Corte Suprema griega no lo aprobó por falta de evidencia sobre los delitos por los cuales fueron acusados. Pero tener en cuenta que este proceso es muy largo. Hay un ataque en nivel institucional al nazismo, pero eso no alcanza.
¿Cómo definiría a Syriza en clave europea? ¿Son euroescépticos?
-Syriza es un partido crítico al modelo europeo, a la construcción de Europa, pero no es una crítica liviana, es una crítica muy dura, profunda, muy ideológica, muy programática, porque nosotros dijimos que las políticas que se están implementando a nivel europeo son las políticas que van a destruir a Europa. Así que los euroescépticos ya están en el poder, hace muchos años. Aquellos que defienden el modelo europeo están destruyendo la sociedad europea, la cohesión social, y están creando un modelo europeo en el que están dando mucho terreno a la extrema derecha y al neonazismo. Nosotros creemos en otra Europa, una Europa de solidaridad, de socialismo, de derechos sociales, una Europa que no será un continente aventurero militarista, como lo estamos viendo en África Central, una Europa que no cierre sus puertas a los pueblos más oprimidos del planeta. Esta Europa ha convertido al mar Mediterráneo en una tumba. Creemos en una Europa de los pueblos y no de los bancos, no del sistema financiero y sí de los derechos sociales. Es deber de todos trabajar en conjunto para cambiar Europa. Este cambio no va a ser fácil y no va a ser solo institucional, el cambio tiene que venir también desde abajo.
Abogan por una reforma de las instituciones europeas, ¿cómo?
-No hay que cambiar solo el modelo, la correlación de fuerzas. Por ejemplo, el Parlamento europeo no es un parlamento que decide, no es un parlamento que opta a implementar políticas a nivel europeo; es un parlamento que escucha y está mandado por la comisión y por la señora Merkel. No tenemos una arquitectura democrática; no es que tengamos un déficit democrático, es que tenemos a una Europa que está al borde de no ser democrática.
Conocerá a Podemos, el partido sorpresa en las elecciones en España.
-Sí, los conocemos muy bien. Alexis Tsipras habló con su líder después de las elecciones y estamos en negociaciones muy abiertas con este partido de nueva izquierda. A nosotros nos alegró mucho que lograra ese resultado, al igual que Izquierda Unida, que es un partido con el que compartimos escaños en el grupo unitario de la izquierda en el Parlamento y también en el partido de la Izquierda de Europa. Estamos trabajando en conjunto para ver si Podemos podría participar en el grupo de la izquierda unitaria en el Parlamento. Me parece que pronto tendremos una respuesta positiva.
Izquierda Unida y Podemos han concurrido a las elecciones por separado y eso ha generado un intenso debate. ¿Les aconsejarían ustedes unir fuerzas?
-Nosotros no podemos dar lecciones de unidad a las izquierdas españolas, estamos muy contentos de que a Izquierda Unida le fuera bien. Pero nuestra experiencia como Syriza es de que uno no tiene que dividirse dentro de la izquierda, sino agregar y complementar el programa, la lucha, los movimientos. Syriza es una formación de más de 13 partidos de la izquierda, de la nueva izquierda, de la izquierda ortodoxa, de la izquierda tradicional. Después de diez años como alianza, nos convertimos en un partido único. Tenemos nuestras visiones, nuestras experiencias, nuestra historia, pero al mismo tiempo compartimos un futuro común. Nuestra experiencia puede ser útil para partidos de izquierda que hoy se encuentren en un nivel antagónico en el nivel parlamentario, en el nivel del lucha, en el nivel de votos. Pero si en lugar de ver la división, uno se complementa, agregando más fuerzas, eso le da fuerza al pueblo.