Las incógnitas sobre el fallecimiento de Iñigo Cabacas Pitu el 9 de abril de 2012, cuatro días después de recibir el impacto de una pelota de goma disparada por la Policía vasca, permanecen en el aire mientras el proceso judicial avanza con lentitud.

La investigación

El 7 de junio de 2012, los forenses que certificaron en sede judicial que la muerte de Iñigo Cabacas se debió al impacto de una pelota de goma inauguraron una larga fase de instrucción que sigue abierta. De nuevo en un momento de impasse tras la declaración, a principios de año, de los cuatro ertzainas imputados hasta la fecha, a medida que pasa el tiempo cobra fuerza la sensación de que será muy difícil, sino imposible, dar con un autor material del disparo mortal. A la supuesta existencia de más ertzainas que no han reconocido haber disparado pelotas de goma la noche del 5 de abril de 2012 en el callejón de María Díaz de Haro, se suma la dificultad de identificar el material antidisturbios que se utilizó y qué agentes lo hicieron.

Esta circunstancia ha provocado que fuentes de la Fiscalía especularan con la posibilidad de que el proceso derive hacia la figura de la "coautoría" o la "coparticipación". Consistiría en una responsabilidad compartida por varios ertzainas que podría incluir también, en su caso, "órdenes o conductas imprudentes" de mandos por poner en marcha "operativos negligentes". Ello no es óbice para que la acusación particular siga trabajando de cara a determinar responsabilidades en la muerte de Cabacas, comenzando por el agente que efectuó el disparo. En este sentido, tras la declaración de los imputados ha solicitado imputar a más personas y practicar nuevas pruebas.

La jueza

"Ha tenido muy mala suerte". Fuentes judiciales achacan la lentitud del caso Cabacas, además de a su evidente complejidad, con las decenas de testigos que han pasado por el juzgado, a la acumulación de trabajo que sufre la jueza instructora, Ana Torres, que tiene varios casos sobre la mesa.

Ello le ha reportado críticas por parte de la acusación particular por el retraso en algunas decisiones, por ejemplo a la hora de resolver el recurso que interpuso en noviembre para pedir una ampliación de las imputaciones, que sigue sobre la mesa pese a que los cuatro imputados ya han prestado declaración.

La capacidad de trabajo y exhaustividad de la jueza también ha sido loada en diversas ocasiones, así como su intento de salvaguardar la discreción del procedimiento judicial. Según ha podido saber DNA, las continuas filtraciones en el caso Cabacas, especialmente la del sumario, han molestado sobremanera a Torres.

La Fiscalía

El padre de Iñigo Cabacas, Manuel, tuvo oportunidad el pasado miércoles de trasladarle al fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, la desazón de la familia por la actitud, a su juicio, indolente del Ministerio Público en este caso. Fue durante una mesa redonda sobre el modelo policial que se celebró en el campus de la UPV/EHU de Leioa, donde Calparsoro respondió que "la Fiscalía no es la acusación particular" y que "su posición tiene que ser de imparcialidad".

Las críticas hacia la Fiscalía han salido principalmente de la representante legal de los padres de Pitu, Jone Goirizelaia. "El fiscal sigue sin aparecer, sin venir a ninguna declaración y sin pedir absolutamente ninguna diligencia de prueba", ha afirmado reiteradamente.

A la espera de conocer la posición que adopte la fiscal encargada del caso en el actual momento procesal, fuentes del Ministerio Público señalaron a DNA que va a tener carta blanca y no va a estar condicionada por sus superiores. "Ella es la que conoce el proceso", apuntaron.

Rodolfo Ares

"Estoy muy tranquilo con mi actuación en estos hechos lamentables e irreparables. Di todas las explicaciones con inmediatez y he colaborado con la justicia". Estas declaraciones, realizadas por Rodolfo Ares a DNA en una entrevista publicada el 24 de marzo, reflejan su sentir respecto a un suceso que tuvo lugar durante su mandato como consejero de Interior, cargo que abandonó precipitadamente en agosto de 2012 para coordinar la campaña de Patxi López a las autonómicas.

Mientras la acusación particular no acaba de pedir su imputación por las dificultades añadidas que entraña su condición de aforado -no así en los casos del exviceconsejero de Seguridad Miguel Buen y del exdirector de la Ertzaintza José Antonio Varela, cuya imputación solicita de forma insistente-, de forma cíclica surgen nuevas dudas respecto a las horas inmediatamente posteriores al fatídico incidente.

El último ejemplo ha sido la solicitud de la abogada de la familia de practicar nuevas pruebas basadas, entre otras cosas, en las supuestas "actividades que se llevaron a cabo una vez terminó todo lo relativo al operativo para intentar ocultar lo que verdaderamente había pasado en aquel callejón". Una acusación que el propio Ares negó en la misma entrevista: "Se dio la orden de que se aportaran todas las pruebas e informaciones que teníamos", afirmó.

La Ertzaintza

Hasta los responsables de más alto nivel del Departamento de Seguridad reconocen que la muerte de Iñigo Cabacas ha supuesto un antes y un después en la historia de la Ertzaintza. "Hemos utilizado este material cientos, miles de veces, y nunca había pasado nada", se ha escuchado recientemente en una comisión parlamentaria por boca de un agente de la Policía vasca. No había pasado nada hasta el 5 de abril de hace dos años, cuando el hincha rojiblanco fue mortalmente herido por una pelota de goma durante unos altercados tras el partido disputado entre el Athletic y el conjunto alemán del Schalke 04.

Desde entonces se ha especulado mucho con la supuesta falta de confianza que se ha instalado en el seno de la Policía vasca en relación al uso del material antidisturbios. Un agarrotamiento que habría llevado a los agentes a evitar en lo posible coger las escopetas lanzadoras, al sentirse señalados públicamente por este aciago suceso.

Las actuaciones de la Ertzaintza están asimismo, más que nunca, bajo la lupa, con varios momentos destacados: los incidentes que se produjeron en el estadio de Anoeta en el inicio mismo de la legislatura, el 29 de diciembre de 2012, con catorce ertzainas heridos; la detención de colaboradores de ETA en abril y mayo de 2013 en Donostia y Ondarroa, respectivamente, tras superar los muros populares levantados para protegerles; y los altercados del pasado 3 de marzo con motivo del Foro Económico Mundial celebrado en Bilbao, que generaron numerosas críticas a la actuación policial.

El Departamento de Seguridad

El Departamento de Seguridad ha tratado de mantener un perfil bajo en lo que respecta al caso Cabacas: escrupuloso respeto a la actuación de la justicia y expresando su deseo de que la fase de instrucción termine cuanto antes. A la espera de que la jueza adopte una decisión que haga avanzar el proceso, la Consejería que lidera Estefanía Beltrán de Heredia no ha logrado sustraerse de las críticas de los padres de Iñigo, que han asegurado sentirse abandonados y que nada ha cambiado con el relevo en el Gobierno Vasco.

Mientras, en lo que lleva de transcurrida la legislatura han culminado los cambios en el protocolo de actuación y el material antidisturbios que se impulsaron durante el periodo de Rodolfo Ares. Los agentes de Seguridad Ciudadana ya no pueden utilizar las tradicionales escopetas lanzadoras de pelotas de goma, que han quedado reservadas a la Brigada Móvil y solo en casos excepcionales. En su lugar, se les ha dotado de unos nuevos lanzadores más precisos y menos lesivos, y en cuyo uso han sido formados. Pese a ello, el nuevo tiempo sin violencia ha tenido como consecuencia que la utilización de este material haya sido meramente testimonial.

El debate político

La muerte de Iñigo Cabacas también ha sido argumento para el debate político, principalmente en el Parlamento Vasco y en base a iniciativas impulsadas por EH Bildu, que ha hecho bandera de este caso. Así sucedió con la propuesta de crear una comisión para analizar si hubo responsabilidades políticas, iniciativa que recogía el guante lanzado por los padres del joven de Basauri en su comparecencia en la Cámara de Gasteiz en mayo del año pasado. Sin embargo, el resto de grupos rechazó esta posibilidad en el pleno de 21 de noviembre, alegando que el caso todavía se encuentra en sede judicial.

Otro motivo de controversia fue el nombramiento como jefe de la Ertzaintza de Jorge Aldekoa, nagusi de la comisaría de Bilbao cuando Cabacas recibió el pelotazo mortal. La coalición soberanista encabezó de nuevo las críticas por esta decisión y pidió la comparecencia de la consejera de Seguridad y del propio Aldekoa en relación con la muerte de Pitu. En una tensa comisión en la que se rechazó esta posibilidad, el parlamentario del PNV Iñigo Iturrate acusó a EH Bildu de seguir una estrategia para "ensuciar" el nombre de la Er-tzaintza, lo que tendría como fin último desgastar al Gobierno Vasco.

La vía internacional

A medida que pasan los meses sin que el caso Cabacas entre en una fase determinante, y cuando parece que se acrecienta la dificultad de dar con un autor material del disparo, la acusación particular liderada por Jone Goirizelaia dio el mes pasado un golpe de efecto al anunciar la apertura de una nueva vía: la denuncia del caso ante instancias internacionales. La razón es, según ella, "la infracción de todos los reglamentos, no solamente internos, sino internacionales", en esa fatídica actuación policial.

Así, tras consultarlo con "organizaciones de derechos humanos que han trabajado y trabajan en Naciones Unidas", y de común acuerdo con la familia, se denunciará la muerte de Iñigo ante el relator de la ONU encargado de pronunciarse sobre las actuaciones policiales incorrectas. "Este planteamiento no es incompatible en absoluto con la investigación y la instrucción judicial", afirmó la abogada en una comparecencia en Bilbao. Explicó que, además de presentar sus propias alegaciones sobre el caso, el relator reclamará a su vez información al Departamento de Seguridad y, con todos los elementos sobre la mesa, "tomará una decisión" que podría concretarse en una serie de recomendaciones.