vitoria. La filtración de documentos incautados en la operación contra los interlocutores de los presos ha vuelto a poner sobre la mesa esta semana que el Gobierno Vasco ha tratado de desbloquear el proceso activando contactos a varias bandas y explorando distintas vías para dar con la tecla correcta. En concreto, el lehendakari no solo ha reclamado una interlocución personal y directa con el presidente español para poner en marcha una política penitenciaria más flexible, sino que también llamó a la puerta de la izquierda abertzale en octubre para pedirle un calendario para el desarme de ETA, que impulsara pasos en las cárceles, y que trabajara en un reconocimiento significativo del daño causado por la organización. Lakua cree que debe mantener vivo el proceso y promover iniciativas para asentar la convivencia, frente a un Ejecutivo español que no ha mudado su política pese al cese de la violencia y la apuesta de los presos por acatar la legalidad. El Deustobarómetro Social de diciembre ponía al descubierto que solo un 10% de los ciudadanos de la CAV cree que Rajoy está ayudando a consolidar una paz definitiva, mientras Lakua resultaba ser el agente mejor valorado, con un 44%.
Al margen de sus contactos con Rajoy y la izquierda abertzale, también ha contrastado sus planes de paz con las víctimas, y se ha reunido con la AVT y Covite a pesar de la distancia que las separa de los preceptos de Lakua. Se mantiene en contacto permanente con la comisión de verificación del cese definitivo de ETA, presidida por Ram Manikkalingam, y con los mediadores que acudieron a la Conferencia de Aiete, liderados por Jonathan Powell. Ha acudido a Belfast a estudiar propuestas de convivencia, y ha diseñado un Plan de Paz.
DIÁLOGO CON RAJOY
Presos y memoria
A pesar de que el lehendakari haya confeccionado una propuesta para flexibilizar la política penitenciaria, es el Gobierno español quien dispone de competencias en la materia, lo que necesariamente aboca a Urkullu a buscar el acuerdo con Mariano Rajoy. Además, Lakua se ha comprometido a construir la paz desde el entendimiento entre las cuatro familias políticas de la CAV, de modo que debería contar con el PP. En ese contexto, Urkullu se ha reunido tres veces con el mandatario desde que accediera a Ajuria Enea. Pudo trasladarle sus propuestas en enero, abril y julio del pasado año, aunque no ha tenido demasiado éxito y ha lamentado la falta de respuesta del popular, presionado por los sectores más inflexibles de su partido y por determinados colectivos de víctimas.
A pesar de que ambos mandatarios mantengan el contacto telefónico y su relación sea cordial, Euskadi y Madrid han protagonizado sonoros choques en las últimas semanas. El Ministerio del Interior llegó a acusar a la Er-tzaintza de no emplearse a fondo para impedir homenajes a expresos de ETA, y el lehendakari planteó que Jorge Fernández Díaz quizás no sería la persona adecuada para liderar el nuevo tiempo, a la vista de sus incendiarias declaraciones y la detención de los interlocutores de los reclusos, interpretada como un guiño para tranquilizar a los sectores más inmovilistas.
A pesar de ello, Lakua ha buscado recientemente consensuar con Madrid la puesta en marcha del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo. Interior amagó con expulsar al Gobierno Vasco del diseño del proyecto, aunque fuera concebido como un plan conjunto durante el mandato de Patxi López. Los dos gobiernos terminaron reuniéndose el 9 de julio para reconducir la polémica, aunque Lehendakaritza sigue esperando una respuesta para comenzar a trabajar en el proyecto conjuntamente.
izquierda abertzale
Una 'hoja de ruta' frustrada
El lehendakari había constatado ese mismo bloqueo en octubre, y decidió tantear una segunda vía: arrancar compromisos a la izquierda aber-tzale para avanzar en el proceso. Antes de llegar a Ajuria Enea, como presidente del EBB, Urkullu ya había engrasado su interlocución con ese sector -particularmente, con Rufi Etxeberria-, y ejerció de puente entre la izquierda abertzale y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. También participó en la organización de la Conferencia de Aiete que llevó al cese definitivo de ETA. El camino parecía abonado. Sin embargo, y en lo concerniente a la hoja de ruta de octubre, hasta la fecha solo habría prosperado la apuesta de los presos por acatar la ley y acogerse a beneficios individuales, según relata Lakua.
agentes internacionales
En contacto con Powell
En los últimos años han saltado a escena los agentes internacionales, que han intentado aportar su experiencia en la gestión de otros conflictos. Aunque Urkullu cree que los acuerdos vinculantes deben firmarse en el Parlamento porque allí reside la voluntad popular, reconoce su aportación "bienintencionada", y se muestra dispuesto a colaborar. No en vano, esos mediadores impulsaron la Conferencia de Aiete, que sirvió de percha para que ETA pudiera colgar el comunicado del cese definitivo. El PP no los reconoce y cree que trabajan al servicio de la izquierda abertzale, y el PSE los tolera, muchas veces guardando las distancias.
Fuentes de Lehendakaritza precisan a DNA que Urkullu se mantiene "en contacto permanente" con el grupo de mediadores que impulsó Aiete y que lidera Jonathan Powell, quien fue asesor del exprimer ministro británico Tony Blair y agente activo en el proceso irlandés. También intercambia mensajes asiduamente con la comisión de verificadores, y con el Foro Social de Lokarri, que propuso a los presos que acataran la ley. Está dispuesto a reunirse con Brian Currin -con una labor más política y no tan técnica-, aunque su interlocución no es tan frecuente.
las víctimas
Buscar el deshielo con Covite
Uno de los gestos mas simbólicos del Gobierno pasó por crear la Secretaría de Paz y Convivencia, dependiente de Lehendakaritza. De alguna forma, el PNV acreditaba el carácter estratégico que deseaba imprimir a la gestión del nuevo tiempo. Al frente colocó a Jonan Fernández, exconcejal de HB que más tarde abandonaría la izquierda abertzale e impulsaría movimientos a favor de la paz. Sin embargo, su pasado en HB fue suficiente para levantar suspicacias entre determinadas asociaciones de víctimas, aunque otros daminificados creyeran ejemplificante su trayectoria. La AVT llegó a anunciar la ruptura de sus relaciones con el Gobierno, y también se mostraron beligerantes la Fundación de Víctimas del Terrorismo y Covite. Sentarlas a dialogar con Fernández parecía imposible.
No obstante, aunque fuera desde la discrepancia, con manifiestos recelos y en el marco del Consejo Vasco de Participación de Víctimas del Terrorismo que congrega a representantes de diferentes colectivos, la AVT pudo verse cara a cara con Fernández para que el secretario expusiera su Plan de Paz. Covite no ocultó la distancia que la separaba del plan, pero se abrió a trabajar "poco a poco" para reducir la brecha.
Por otro lado, Lakua ha ampliado los testimonios de las víctimas en las escuelas para sumar a los damnificados por abusos policiales, y a finales de año prevé aprobar un decreto que cubra a las víctimas de esos abusos de 1978 a la actualidad. Además, representantes del Gobierno acudieron al homenaje al ertzaina Joseba Goikoetxea, un acto de reconciliación que sumó a damnificados por ETA y los GAL, presos de la vía Nanclares, y cargos de PNV, PSE y Bildu.
buscar consensos en la cav
Plan de Paz y Ponencia de Paz
En su intento de dar con la tecla, Lakua ha activado varias iniciativas. El Plan de Paz es probablemente el eje central. Recoge una lectura del pasado y contempla sobre todo varias actuaciones para asentar la convivencia, como el estudio de todas las vulneraciones de derechos o un Instituto de la Memoria. Los partidos se han centrado en criticar la lectura del pasado -los constitucionalistas la ven complaciente con la izquierda abertzale, y Bildu cree justo lo contrario-, y no tanto en discrepar con las iniciativas. En cualquier caso, Fernández trató de atraerse a los partidos reforzando las alusiones al suelo ético, tal y como pedían el PSE, el PP y las víctimas. En un primer momento, recibieron con agrado la noticia, pero después volvieron a alejarse, en buena medida por el turbulento contexto de rebrote de la kale borroka.
Ese suelo, que defiende la memoria para "deslegitimar el terrorismo", es el punto que bloquea la Ponencia de Paz, ya que el PSE no volverá a ella si la izquierda abertzale no adopta esos principios. Urkullu ha lanzado varios llamamientos en público para reenganchar al PSE e incorporar al PP, pero no lo ha logrado.
otras iniciativas
Viaje a Belfast
La iniciativa más reciente de Lakua ha consistido en un viaje a Belfast para conocer los planes de paz implementados por Europa en la zona. Jonan Fernández se entrevistó la semana pasada con autoridades norirlandesas y pudo mostrarles su Plan de Paz.