Oier Llinás
El Tesoro quiso ayer tranquilizar a los inversores internacionales comprometiéndose a "honrar" la deuda contraída en caso de que el sí gane en el referéndum de independencia que tendrá lugar en Escocia en septiembre. El organismo público presentó un informe en el que aseguró que tras la separación, la zona norte de la isla asumiría "una parte justa y proporcional" de la deuda británica que hoy en día alcanza casi los 1,4 billones de libras. Se trata de una maniobra para calmar a unos mercados que, aunque sin señales evidentes de pánico, comienzan a hacerse preguntas ante la incertidumbre económica que supondría la separación. De esta manera, el Tesoro pretende mantener sus bonos lo más competitivos posibles.
Según el documento publicado, el primer paso sería que Londres y Edimburgo empezaran unas negociaciones bilaterales para definir cómo se reparte esa deuda. El secretario del Tesoro británico, Danny Alexander dejó claro que "esta nueva posición debería equilibrar los mercados para que la gente que nos deja dinero siga haciéndolo al interés más bajo posible y los contribuyentes no paguen un coste extra". En la misma línea se expresó el gobierno que dirige David Cameron. El ejecutivo aseguró que "el Tesoro da una clarificación a los inversores". También recalcó que "no habrá una prenegociación con el gobierno escocés". Es decir, el gobierno británico no quiere tocar este tema, de manera oficial al menos, hasta que no se haya realizado la consulta. Todo con el objetivo de frenar un interés que, en los bonos a 10 años, se encuentra ya rondando el 3%, por encima de países como Alemania, Francia, Bélgica o Austria. En este sentido, analistas como Douglas Fraser, de la BBC, resaltaban que "no se encuentra tan lejos" de países como Irlanda, España o Italia "cuyas tasas de interés cuando amenazaron con colapsar el euro se situaban por debajo del 4%".
Lo que está claro que es que el Tesoro asegura que una Escocia independiente pagaría su parte proporcional de la deuda del estado a la vez que tendría que publicar sus propios bonos. La clave reside en cómo calcular la cantidad que Edimburgo tendría que asumir. Desde el ejecutivo escocés ya han propuesto dos caminos. El primero, el más conveniente, calcular el montante según los impuestos y el gasto público realizado en el país desde 1980, cuando se empezaron a registrar estos datos. De esta manera, el nuevo estado tendría que pagar unos 3.900 millones de libras. La segunda opción, la menos deseada, sería hacerlo teniendo en cuenta el peso demográfico de la zona norte de la isla. Según los cálculos del Ejecutivo, esta vía podría suponer unos 5.500 millones de libras.
zona esterlina La separación de la deuda es algo que el gobierno escocés lleva proponiendo tiempo por lo que el documento del Tesoro fue recibido con satisfacción por el primer ministro, Alex Salmond. El nacionalista recalcó que "negociaremos una separación justa del pasivo (la deuda), siempre y cuando también se repartan de manera equitativa los activos, como los monetarios". De esta forma, Salmond insistió una vez más en la creación de una "zona esterlina" para mantener la libra como moneda única en la isla. Además, volvió a recalcar que Escocia no entraría en ese reparto de la deuda si no se mantuviera la libra. Salmond aseguró así que "Escocia estará en una posición fuerte para negociar". Sin embargo, estas declaraciones fueron muy criticadas por el portavoz de la campaña unionista Better Together (Mejor Juntos, en castellano). Alistair Darling subrayó que "la libra es un sistema monetario suscrito al gobierno británico, no un activo". "No se puede compartir como una colección de CD's después de un divorcio", aseguró el político unionista.
razones para la unión Precisamente, la libra esterlina fue también ayer protagonista en la Universidad de Stirling donde el Secretario para Escocia, Alistair Carmichael, desgranó las que para el son las 20 razones más importantes para que los escoceses opten por la unión el 18 de septiembre. Una manera para dejar atrás la impresión, cada vez más extendida entre la población, de que los unionistas se han enrocado en argumentos negativos que fomentan el miedo en vez de aportar una visión positiva de la Unión.
La primera razón de la lista, como no podía ser de otra manera, que mantener la Unión aseguraría a su vez tener la libra como moneda. En su primer discurso del 2014, Carmichael dijo que los bancos serán más seguros "con todo Reino Unido protegiéndolos por detrás". En este sentido, subrayó también que con 60 millones de habitantes se reparten los costes y riesgos de manera más efectiva.
En otro orden de cosas, el Secretario para Escocia recalcó que la Unión es la manera de mantener un "ejército de calidad" y la fuerza internacional que actualmente tiene Reino Unido. Por eso, el liberaldemócrata aseguró que "no hay que subestimar lo que tenemos". "Hemos creado cosas de un valor enorme, ¿por qué romperlas?", se preguntó el representante del gobierno británico en al norte del país.